24

60.9K 2.8K 90
                                    

Pepper 

Unos brazos rodean mi cuerpo por detrás mientras siento como dejan delicados besos a través de mi cuello y espalda y todos los vellos de mi piel se erizan por donde dejan rastro. 

–Despierta, dormilona. 

–Mmmm –me quejo sonriendo. Mi voz suena amortiguada a través de la almohada y escucho como Dastan se echa a reír. 

–Vamos. Nos están esperando. 

–¿Mmmm? –me vuelvo a quejar aún sin abrir los ojos. 

–Esta vez comeremos en casa de Kaa –dice entendiendo que con ¿mmmm? me refería a ¿quiénes? 

Vaya, nunca había ido a casa de Kaa. Seguramente es muy bonita. Y grande. 

Me giro por debajo de él y lo miro apenas abriendo un ojo–. Mmmm –lo saludo. 

Suelta una ligera risita–. Hola, nena. ¿Dormiste bien? 

–Mmmm. 

–¿Sólo dirás mmmm? 

–Mmmm –sonrío y luego me tapo los ojos con el brazo. 

Hay mucha luz y todavía me muero de sueño. Lo sé, soy muy perezosa. 

De nuevo se echa a reír y siento un rápido beso en mi nariz–. Vamos, arriba. Hay que llevar a Nikky con tus padrinos –dice mientras se levanta–. ¿Crees que quieran ir con nosotros? 

Me encojo de hombros para decirle que no lo sé mientras bostezo y me estiro– Los llamaré para preguntarles. 

Dastan asiente con la cabeza–. Bueno, le diré a Grace que prepare un rápido desayuno para Nikky –dice mientras se pone una playera y un pantalón deportivo, privándome de la vista de su escultural cuerpo. Malditas sean esas prendas–. ¿Tú quieres algo? 

Niego con la cabeza mientras me siento con las pocas ganas que tengo. ¡No quiero despegarme de esta fabulosa cama con sabanas de seda! 

Escucho que de nuevo se ríe mientras deja un bulto a lado de mí–. Es ropa para ti y para Nikky. 

–Uh hum –le digo ahora asintiendo con la cabeza y con los ojos cerrados de nuevo. 

Luego siento que me besa en la frente y sé que aún está sonriendo–. Ahora vuelvo –me dice y luego sale de la habitación. 

Siento que me muero de sueño otra vez y mi cuerpo cae de lado justo encima de la ropa. 

Después de un rato siento una nariz algo húmeda y olfateándome muy deprisa, y cuando abro un ojo veo el hocico de Rush justo enfrente de mi cara. 

–Hola, Rush –lo saludo y el suelta un ladrido. 

Bien, es hora de levantarme. 

Tomo la ropa que dejó Dastan y me pregunto si de nuevo le pidió a Thomas que la comprara, porque es nueva, mientras me dirijo a la habitación donde está Nicole y nos alistamos para bajar. 

Cuando entramos al comedor, veo a Dastan ya bien vestido. ¿A qué hora se cambio? 

Él nos ve y sonríe. 

–¡Dastan! –lo saluda Nicole contenta y se echa a correr a donde está. 

–Hola, pequeña –dice mientras la carga–. ¿Quieres comer algo antes de irnos? 

–Ajam. 

Dastan la sienta frente a un plato cubierto y lo destapa y ella empieza a comer. Luego se dirige a mí–. Al parecer el único que puede despertarte es Rush –me dice sonriendo. 

Huellas en la Piel ©Where stories live. Discover now