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Dastan

Tomo aire profundamente, armándome de valor para lo que voy a decir. Nunca me había dado miedo hablar, pero la realidad es que jamás había hablado de algo tan personal con nadie. Siento como Pepper sube junto con mi pecho cuando tomo aire, y baja cuando suelto un suspiro-. Murió a los veinticuatro. Era exactamente diez años mayor que yo. Kaa tenía ocho entonces.

-¿Cumplían años el mismo día? -me pregunta.

-Ajá.

-Entonces, tus papás lo tuvieron muy jóvenes, ¿no?

-Mamá tenia dieciséis y papá veintiuno.

-¿Cuándo es tu cumpleaños?

-Mañana... más bien hoy -me corrijo, tomando en cuenta que ya son las 3 de la mañana.

Ella se levanta de mi pecho y se recarga en sus brazos mientras alza su mirada hacia mí-. ¿Y por qué no me dijiste?

-Porque no me gusta festejar mi cumpleaños.

-¿Por qué? -. Ninguna de sus preguntas ha sido con una sola pizca de asombro, sorpresa o incredulidad. Sabe que me duele.

-Porque también vivió exactamente veinticuatro años.

-Murió el día de su cumpleaños -afirma. Su voz está llena de dolor y comprensión, nada de lástima.

-Sí, en la noche, cundo ya había terminado todo, al menos para mí, porque aún era joven y mamá me mandaba a la cama temprano. Cuando cumplí quince ya no festejé nada, porque ya no estaba él, que también era su cumpleaños, pero ahora era diferente, porque era festejar el primer aniversario de su muerte, lo mismo con cada año -. Yo no lloro, y aunque mi voz suena igual que siempre, eso no evita que sienta un nudo en mi garganta.

Cuando empecé a contarle lo que pasó, yo estaba mirando hacia el techo. Después cambié mi mirada hacia Pepper. Ella sólo se quedó callada, viéndome con sus preciosos ojos verdes como jades y esmeraldas. Comprendo que quiere que continúe, así que lo hago, sin apartar mis ojos de los de ella-. Como te has dado cuenta, a mí no me gusta seguir reglas, y ese día no fue la excepción, pero ojalá la hubiera desobedecido un poco antes. Planeaba ir a molestar a Zegger, él ya vivía solo entonces, pero esa noche se quedaría en casa, me gustaba estar con él, pero quería esperar un rato más porque sabía que mis padres saldrían esa noche y obviamente no quería ser atrapado fuera de la cama. Cuando se fueron, después de un rato escuché un estallido. Al principio me dio miedo salir, así que esperé y presté atención por si escuchaba si Zegger había salido a investigar, pero no oí nada, así que después de un rato salí yo-. Es un tanto más fácil hablar mientras me pierdo en sus ojos-. Cuándo estaba en el pasillo rumbo a su habitación, vi que Kaa estaba en la puerta de su habitación, se notaba que se había despertado por el ruido porque sus ojos aún estaban medio cerrados, le dije que regresara a dormir y así lo hizo. Llamé a la puerta de la habitación de Zegger cuando llegué a ella, pero no tuve respuesta, así que la abrí-. Tomo aire de nuevo y suelto un suspiro otra vez, aún sin apartar la mirada de mi chica-. Encontré a mi hermano en el suelo, sobre un charco de sangre, con un agujero en su frente y un revólver en la mano-. Los ojos de Pepper se llenan de lagrimas y unas cuantas empiezan a resbalar por sus mejillas-. No llores, nena -le suplico, mientras la tomo del rostro y le limpio sus lagrimas.

-Tú no debiste de haber visto eso nunca -dice, con su voz entrecortada.

-No. Lo que debí haber echo fue haber ido a su habitación desde antes, sin importar que me atraparan mis padres.

-No, Dastan, no fue tu culpa -dice mientras quita su cara de mis manos, la apoya en mi pecho y me envuelve con sus brazos en un fuerte agarre.

Yo le devuelvo el abrazo.

Huellas en la Piel ©Where stories live. Discover now