12

71.3K 3.4K 63
                                    

Dastan

¿Por qué esta mujer tenía que aparecer siempre que las cosas están bien?  

–Que coincidencia encontrarte aquí, querido –me dice Aurora mientras acerca su mano a mi mejilla y yo retiro mi rostro de su alcance.  

–Sí, como no. ¿No te fue suficiente estar yendo a mi oficina toda la semana? ¿A qué viniste? –le pregunto, molesto.  

–Escuché por ahí que acaban de abrir este club. 

–Tiene dos años que lo abrieron, Aurora. Ahora, deja de mentir y dime a qué viniste. 

–Cuando fui a tu oficina nunca pudimos charlar. 

–No quiero tener nada que ver contigo. 

–Ya supéralo, querido. Quedó en el pasado. 

–La que debería de superarlo eres tú. Si hubiera quedado en el pasado, dejarías de molestarme. 

–¡Aurora! –se oye el grito de Kaa, que se acerca para saludarla. 

–Hola, cariño –la saluda Aurora. 

–No sabía que vendrías. 

–Quise darme una vuelta. 

–¡Eso es genial! Este lugar es grandioso, ¿y a que no sabes quién es la dueña? 

–Alguien importante, supongo. 

–Es Pepper –le dice Kaa, con orgullo. 

–¿Quién es Pepper, cariño? –dice Aurora quitándole importancia con su maldito aire de superioridad, como si no la conociera. 

–Tienes que irte –le digo a Aurora, antes de que mi hermana conteste a su estúpida pregunta. 

–Pero si acabo de llegar. ¿En dónde están sentados? Me gustaría quedarme con ustedes un rato. 

–Vamos –le dice Kaa, mientras se la lleva a nuestra mesa. 

¡Mierda!

Los empiezo a seguir pero decido cambiar de dirección. 

–¿Podrías traerme un trago, querido? –alcanzo a escuchar a Aurora, mientras me alejo hacia la barra, pero no voy por su jodido trago. 

Aunque sea mi madrastra, no soy su esclavo para hacer lo que ella quiera, antes la respetaba, ahora no. 

–¿Todo bien? –me pregunta Pepper cuando llego a la barra. El sólo hecho de escuchar su voz me pone de buen animo. 

–Contigo todo está bien –le digo sonriendo. 

Entonces se sonroja y sonríe. Es tan hermosa. Después, desvía su mirada a alguien que esta detrás de mi. 

–¿Por qué tardas tanto con esos tragos? –pregunta Aurora, mientras se pone a mi lado, e ignora a Pepper. 

¡Que me jodan! ¿Por qué no desaparece? 

–¿Qué le sirvo? –le pregunta Pepper cuando ve que no contesto. Supongo que mi expresión lo dice todo. 

–¡Vaya! Le diré a Kaa que tiene que escoger mejor a sus amistades –le dice Aurora, cuando la voltea a ver con su jodido tono altanero–. Pero te daré una oportunidad, aunque no creo que una camarera en un club de mierda tenga mucho que ofrecer. 

–¡Maldita sea, Auro...

–Oh, le agradezco que me avisara, señora –me interrumpe Pepper–. Supongo que la puerta del club es demasiado estrecha para que las anoréxicas puedan salir. Tendré que mandarla a hacer más estrecha aún para que los esqueletos andantes no puedan entrar. 

Huellas en la Piel ©Where stories live. Discover now