Capítulo 12

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Dolor.


Traición.


Ira.


Miedo.


Esos cuatro sentimientos cruzaban por mi mente en ese momento. Yo seguía con la cabeza en la tierra, aun con los puños apretados.


"Yo soy el séptimo."


Hace tan sólo segundos de esa frase, pero yo lo sentía como horas, incluso días.


La imagen de Jared hablando con los demás vino a mi mente. La imagen de Jared en el sueño vino a mi mente.


La imagen de Jared hablando en la entrada del bosque me vino a la mente.


Ese chico... me había mentido, tal vez toda la vida.


Tal vez ahogarse en la piscina había sido a propósito.


No sabía nada sobre él.


Todo lo que me dijo habían sido mentiras.


Mentiras.


Me di cuenta de quién era el enemigo en ese momento.


-Max. Levántate, tenemos que irnos.


¿Irnos por qué? ¿Por la esfera? Creo que eso no era el verdadero enemigo...


Enojado, y mirando la tierra, levanté el puño derecho. Lo bajé con fuerza, golpeando el suelo. De ésta, flotó una piedra. Yo estiré con fuerza mi brazo, y la piedra se dirigió hacia adelante. Escuché un ruido, como si arrastraran algo y luego la piedra explotó en una lluvia de polvo.


-¡¿Qué estás haciendo?!


No respondí.


Brooom.


La tormenta.


El paraguas.


Me levanté de un salto, y Jared me miró extraño. Delante de él había una pared de tierra que le llegaba a las rodillas. No. Él no la hizo así. Yo la destruí con la piedra.


Atrás de mí se encontraba un hombre con ropas negras en el suelo. Se veía inconsciente.


-Tú...- dije, sin poder creerlo aun.


Empecé a agitar el aire, haciendo que las nubes de tormenta se acercaran más rápido. Agité el pasto y dirigí el aire hacia Jared. La fuerza comenzo a arrastrarlo hacia atrás. Pero yo no era el único con poderes.


Él levantó su brazos, en medio de la brisa, y los cruzó a la altura del pecho. Después los bajó a sus lados con fuerza. Acto seguido, una enorme pared de tierra se levantó enfrente de él, haciendo que el aire no le pegara. Yo, por mi parte, hice soplar el aire aun más fuerte, cosa que hizo que la pared se deshiciera hasta mostrar un poco la cara de Jared. Lamentablemente la pared se regeneró, arrastrando hacia sí mismo unos granos de tierra.


-¡¿Por qué lo hiciste?!- grité entre el sonido del aire. Necesitaba respuestas.


-¡¿Hacer qué cosa?!- soplé más fuerte, pero la pared volvió a regenerarse.


-¡¡Mentir!! ¡¡Sólo has mentido!!- el aire estaba aún más fuerte, pero a mí no me afectaba.


-¡¡No sólo he mentido!!- la pared se regenera.


-¡¡Sí lo has hecho!! ¡¡Tu estúpida vida se basa en mentiras!!- el aire estaba casi arqueando los árboles del bosque.


-¡¡Max!! ¡¡Era para protegerte!!- se vuelve a regenerar.

La Espada de Oro (Los Elegidos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora