Capítulo 34

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"Sería fácil para mí destruirte".

Las palabras flotaron en mi mente. En medio del sueño.

Las imágenes se distorsionaron. Yo corría y corría y escuchaba a Tom decir esas palabras. Escuchaba a James amenazarme. Pero, sobre todo, oía a alguien decir mi nombre. Estaba seguro que esa persona no era otra mas que Él. ¿Cómo sabía? No lo sé, pero dentro del sueño lo sabía.

Estaba aterrado. Las voces me perseguían y yo no sabía a dónde ir. Me ncontraba con un bosque y un río, y cuando lo seguía, terminaba en un mar con una bahía. Esa bahía tenía un acantilado y éste tenía a su vez una abertura. Sabía que había otra ubicación, pero cuando el sueño se transformó en el nuevo lugar, todo se oscureció y la temperatura bajó.

-Encuéntralo -escuché cómo suspiraba Él. Lo repetía una y otra y otra vez, pero yo no veía nada. No podía encontrar nada en esa oscuridad.

-Voy a destruirte -escuché a Tom decir. Luego, escuché a mi padre gritar por ayuda.

-¡Papá! -grité yo. Pero no recibí respuesta de él.

-Encuéntralo -volvió a decir Él, ahora en voz alta. Luego, volví a oír a mi padre gritar. Creía haberlo oído hacia el frente, pero en la oscuridad no se sabía nada.

-Eres un peligro para todos -oí a James. Al parecer lo era. Al parecer todo en el Campamento era mejor antes de que llegara. Incluso con mi familia. Mi familia me odiaba, además había destruído la casa de la tía Agatha. Y también casi asesinaba al padre de Malus. Y destruí parte de la ciudad. Todo a mi paso era destrucción.

-Encuéntralo -volví a oír. Pero ya no quise poner atención, sólo quería que el sueño acabara. Sólo quería despertar. Quería dejar de escuchar los gritos de mi padre y las palabras de todos.

-No debieron de haberlo traído al mundo -escuché ésta vez a tía Krista. Su voz con todo el rencor del mundo expresado en esa sola frase.

Todas esas frases de odio se repitieron una y otra vez durante el sueño. Hasta que logré despertar.

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Desafortunadamente, cuando desperté, era demasiado temprano.

El cielo aún se veía algo oscuro, pero afuera ya se podían oír pasos sobre la grava. Suspiré. Podía dormir de nuevo o podía levantarme y empezar el día. Opté por la segunda opción, pero de todas formas cerré los ojos por un momento, recordando todo lo que había visto en mi sueño.

Todo era tan... frustrante. El no saber qué es lo que ocurre; el no saber por qué te pasan esas cosas a ti; el no saber por qué las personas te veían como una amenaza y no como algo que debía de recibir apoyo. El no saber dónde estaba mi padre, por más ayuda que pedía. Era frustrante y me enojaba.

-¡Lauren! -gritó de repente Frank. Levantéel brazo y me incorporé en la cama. Frank estaba sentado en la suya respirando entrecortadamente.

-¿Un mal sueño? -pregunté y luego recordé las palabras que había dicho en la Enfermería. Me estremecí un poco al pensar en qué debía de estar soñando la atormentada mente de Frank.

-Sí, algo así.

-Dímelo a mí. -Me tiré de nuevo en la cama y dejé escapar todo el aire de mis pulmomes-. Tuve una pesadilla muy extra... -Los ronquidos de Frank me interrumpieron. Giré a mi cabeza y sí, Frank ya estaba dormido. Si dormir fuese un trabajo, Frank sería el empleado del mes por todo el empeño que le pone.

Me levanté y saqué la ropa que usaría ese día. Me arreglé y salí de la cabaña. Justo enfrente me encontré a Tom y a Bethany riendo juntos.

-Hey, Max. ¿Qué tal? -saludó Tom con una sonrisa que seguramente significaba "Te voy a asesinar mientras duermes". Bethany se acomodó el cabello oscuro y rizado y se abrazó a Tom. Sólo esperaba que ninguno estuviera en alguna relación.

La Espada de Oro (Los Elegidos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora