Capítulo 10

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Una de las excusas que tenía para hacer que el aire soplase fuerte era que el Invierno se acercaba. Habían pasado un poco más de un mes desde que pude controlar los Cuatro Elementos y ahora estábamos Noviembre. Recuerdo que en Halloween el viento soplaba tan fuerte que tiraba las calabazas de los niños, incluso, "curiosamente", un poco de su contenido llegaba a parar a mí.

Controlar los Elementos era genial. Podía usar el agua de los bebederos para mojar a alguien y así culpar a la tubería. También podía hacer que el viento soplara fuerte hasta abrir las ventanas y volar todo los papeles y objetos cercanos a ellas. Fue grandioso ese día. Nos perdímos la mitad de la hora de la clase de Matemáticas por acomodar todo. Estos últimos meses fueron geniales, excepto por uns cosa:

-Bien hecho, Sr. Carrington y Sr. O'Donnell. Quiero que trabajen así en el próximo proyecto- comentó la maestra Crowell al ver nuestro trabajo.

Así es. Volveré a trabajar con Malus.

Aunque, por alguna razón, Malus ya no me desagrada tanto. Un día me mostró su libreta de Latín y era inteligente en eso. Incluso más que yo. También ya no me molesta tanto, algo que era casi un milagro.

Jared comemzó a molestarme diciendo que tal vez le gustaba, lo cual no era cierto.

Su padre seguía siendo. el mismo idiota de siempre, siempre lo criticaba. Pero yo pienso que Malus tenía potencial para logar algo.

-Max, ¿otra vez pesando en tu novio?

Y también estaba Jared.

-Cállate, idiota- le contesté sonriendo. La pierna de Jared había sanado, por lo tanto, ya podía caminar; por lo tanto, ya no me quedaba sólo en Gimnasia.

-¿Y bien?- preguntó, refiriéndose a mis poderes.

Ambos estábamos en la cafetería mientras todos gritaban. Cuando un chico del equipo de americano llamado Gerard pasó a nuestro lado con una bandeja de comida, estiré la mano e hice que el agua de la botella se agitara haciendo que la botella se volteara encima y cayera en él, mojando toda su camisa. Pronto toda la cafetería quedó en completo silencio.

Excepto Jared y yo, que nos aguantábamos la risa.

Cuando Gerard escuchó un gemido que hice, dejó caer la bandeja al suelo y volteó a verme.

Estoy casi seguro de que escupía fuego por los ojos.

-Date por muerto- dijo, mientras yo veía cómo le salía humo por la nariz al bufar.

En un parpadear de ojos yo ya había salido de la cafetería y corría por los pasillos de la escuela.

-¡Rick, Jason!- gritó Gerard para llamar a sus amigos -¡No escaparás!

Yo, sin embargo, me escabullía entre las personas escapando.

-¡Idiota! ¡Vuelve acá!

Justo enfrente de mí aparecieron Rick y Jason. Dos chicos con tanto músculo que no sé si son humanos o extraterrestres

Lamentablemente los curiosos empezaron a agruparse a nuestro alrededor.

Adelante de mí se encontraba Gerard, detrás Rick y a mi derecha Jason. Demonios. Esto sería difícil.

-¡Pelea, pelea, pelea!- gritaban todos

De pronto, un instinto apareció en mí. Todos a mi alrededor desaparecieron. Me encontraba en un lugar oscuro, dentro de un haz de luz, junto con Gerard y sus amigos.

Cuando a mi derecha escuché un gruñido, pude ver a Jason y a su rubio cabello correr hacia mí. Pero estuve preparado.

Poco antes de que me embistiera, yo giré evitando el impacto de su cuerpo. Al no atraparme, se tambaleó y cayó. Rick preparó su puño desde adelante de mí, pero poco antes de que me golpeara, me tiré al suelo, por lo tanto, el puñetazó dio en la cara a Gerard. Desde el suelo, vi cómo se tambaleaba y caía al suelo, con una mano en su nariz.

La Espada de Oro (Los Elegidos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora