Un adios

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Tropece con una raiz y cai de bruces al piso. Por la velocidad a la que iba, cai fuertemente, dejando marcadas mis manos y rodillas en la tierra. Estaba agitada, realmente agitada, pero no por la carrera, era mi corazon el dañado. No habia segundas interpretaciones con ese mensaje, no habia manera de ver un malentendido. Sean me estaba engañando, desde el principio lo hizo, y yo cai como una imbecil. ¿Por que me estaba haciendo esto? ¿Que hice mal?

Llore desconsoladamente, lo amaba demasiado, su traicion habia desvanecido mi alma, dejando un gran vacio en mi cuerpo. Aun tenia frescas sus caricias sobre mi piel, aun percibia su perfume y escuchaba sus latidos junto a los mios, acompasandose al ritmo de nuestro amor. O al menos a lo que yo crei que era amor.

De repente, todo este paraiso, se habia convertido en mi purgatorio. Me senti desesperada, desamparada. Necesite gritar y lo hice con todas mis fuerzas, arrancando el veneno de mi piel. Me levante y corri, esta vez, concentrandome en el suelo, sintiendolo como una extension de mi. No sabia cuando parar, solo sabia que me ayudaba a limpiar mi dolor.

En mi carrera, divise unas ruinas, no parecian pertenecer alli, pero no le di importancia. Nada me importaba. Me detuve en una cueva natural que encontre por alli, y me oculte en su oscuridad. Me tire en el piso y nuevamente expulse todas las lagrimas que en mi quedaban.

No se cuanto tiempo paso, para mi fue como una eternidad. Estaba condenada por alguna razon, y el dolor seria mi fiel carcelero. El amor destrozado mi insano compañero. Y poco a poco, la noche se convertia en mi unico abrigo. Cerre los ojos, buscando consuelo, y me abrace para resguardarme del frio nocturno. No cai en la cuenta de que me dormi, hasta que la pesadilla comenzo nuevamente.

-El es mio y siempre lo sera... -una mujer con la cara en sombras me hablaba maliciosamente, podia notar una sonrisa filtrada en su voz.

Quise alejarme, me di la vuelta, pero choque con Sean, que me observaba frio, distante, sarcastico.

-Sean, ¿por que...? -quise preguntar, pero el me tapo la boca.

-Simplemente no eres suficiente para mi, necesito mas, y tu nunca me lo podras dar...

Senti sus palabras como bofetadas. Como dagazos al corazon. Horrorizada, camine hacia atras y tropece, cayendo de espaldas al suelo. La misteriosa mujer me rodeo y se puso junto a el, se abrazaron y continuaron mi tortura con un humillante y apasionado beso.

Me desperte con lagrimas en los ojos. La oscuridad en la cueva era total, por lo que encendi mis puños cuidadosamente para guiarme. Sali de alli, y me encontre con puras estrellas y muy poca luz, puesto que la luna se hallaba en gibosa creciente, si habia algo que me habia quedado de las clases de astronomia era eso, el ciclo lunar.

Usando mis manos como antorchas camine y camine dentro del bosque, concentrandome solo en el lugar, evitando pensar en nada que no fuera la naturaleza.

Aunque sabia, nada podria quitarme el vacio que ahora tenia.

Eche un vistazo al celular, siempre lo llevaba encima. Tenia unas cincuenta llamadas perdidas, la mayoria eran de Ayla y otras de... Sean. Y muchos mensajes, la mayoria eran como "donde te metiste?" O "te estamos esperando" y al pasar de las horas, el miedo y la desesperacion aumentaban y se podia apreciar en los mensajes, como "India contesta por favor!" O "por favor que no te haya pasado nada, por favor contesta, una señal de humo, lo q sea, pero comunicate". Habia hecho pasar un muy mal rato a todos, y eso era injusto. Probablemente ya habian llamado a mi padre para avisarle y hasta el estaria comiendose las uñas.

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