-Capitulo 37-

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Me desperté con mi cabeza enterrada en el pecho de Niall y mis piernas entrelazadas con las suyas. Estaba tan cómoda, calientita, y tranquila. No quería moverme, ni mucho menos dar cara al aire frío afuera e irme para casa.

“Hola, dormilona,” susurró él. 

“Hola. ¿Qué hora es?”

“Las cuatro más o menos. Debo llevarte a casa.”

Enterré mi cara en su pecho y le dije, “Tal vez en unos minutos.” 

Sus brazos me apretaron más y sentí un beso sobre mi cabeza. Por poco me volví a dormir, pero Niall me recordó que debía regresar. 

“No. Me gusta estar aquí.”

“Me gusta estar aquí también, pero a menos que quieras despertarte aquí por la mañana, debes irte a casa.” 

Él se levantó y me trajo consigo. Me tendió la chaqueta y los zapatos. Mientras se ponía la sudadera y los zapatos, hice lo mismo. Una vez listos, salimos de camino a mi casa.

Volví a preguntar si debía recoger a Greg al día siguiente para asegurarme de la respuesta una vez que estábamos enfrente de mi casa.

“Lo puedo hacer yo como no tengo práctica mañana, pero igual lo podrías recoger tú.”

“Lo haré yo. Lo echo de menos.”

Me sonrió y me dio un beso. 

“Te veré mañana, ______. Dulces sueños.” 

“Lo mismo digo, Niall.” 

Entré en la casa y lo despedí con la mano.

Me desperté al oír como la lluvia caía fuertemente sobre el techo. Me preparé para la escuela y me sonreí al recordar la noche pasada. Salí para la escuela poco después. Estacione el coche y pensé en correr dentro de la escuela para evitar mojarme. En vez de eso, caminaba tranquilamente, dando vueltas con mis brazos abiertos. Me cerré los ojos y me eché la cabeza para atrás.

“______, ¿qué haces?”

Me abrí los ojos y vi a Niall corriendo hacia mí. 

“Estoy disfrutando de la lluvia,” dije con ganas de besarle. 

Su pelo estaba aplastado a su cabeza y unas gotas se le resbalaban de los puntos del pelo.

Él se rió y dijo, “Bueno, necesitas entrar antes de que te pongas enferma o de que tengas que llevar ropa mojada todo el día.”

Se pasó un brazo por mi cintura y me llevó adentro. No paraba de mirarme y por fin le pregunté, “¿Qué?”

“Nunca te he visto así antes, tan despreocupada y rebosante de vida,” dijo con una sonrisa. Me sonreí, me encantaban las emociones que me corrían por el cuerpo. 

“Me gusta,” añadió.

Alcanzamos a mi casillero y me dio un beso sobre la frente antes de irse para el suyo. Agarré los libros que iba a necesitar y devolví algunos otros.

“Pues, mira quién es capaz de sonreírse.”

Me di la vuelta para ver a Claire y a otras dos chicas detrás de mí. El odio les llenaba los ojos y miré por otro lado. 

“¿Qué quieren ustedes,” les pregunté.

“Quiero saber por qué un hombre como Niall se desgasta el tiempo con una chica como tú,” dijo. 

La sorpresa le cruzó la mirada mientras yo sentí un cuerpo detrás del mío y unos brazos que me pasaron por la cintura. Sabía que era Niall.

Él le dijo, “¿Por qué no me lo preguntas a mí?” La cara de Claire se encendió de enojo. “¿Y...?” Niall le preguntó. 

Ella se dio la vuelta y se fue indignada con sus dos amigas siguiéndola. 

“Lo siento,” Niall dijo, descansando su barbilla en mi hombro.

Me apoyé contra él y respiré hondo. 

“No pasa nada,” le dije.

Él me besó el cuello y dijo, “Eso sí. Claire es Claire. Es mejor ignorarla.” 

“Debo irme,” le dije, alejándome y poniéndome la mochila al hombro.

Cerré mi casillero.

“Te veré al almuerzo,” dijo. 

Asentí con la cabeza y me fui.

Tenía algo de tiempo antes de la clase y me fui para el baño. Dos segundos después de que entré, alguien me empujó al suelo. Sentí como se me rompió la piel de las manos cuando me caí al suelo de cemento. Del suelo vi como Claire y las dos chicas se cernían sobre mí. Tropecé al levantarme y noté que me tenían con la espalda contra un rincón.

“¿Qué-qué qui-quieren?”

“Ah, tiene mi-miedo.” 

Intentaba no dejarme caer las lágrimas al ver el odio en sus ojos. Claire me puso un dedo en el pecho y con cada palabra me empujo aún más fuerte con ello. 

“Necesitas dejar en paz a Niall. Es mío. Puedo hacer que tu vida sea un infierno vivo. ¿Me entiendes? No eres sino basura y Niall merece más. Merece alguien como yo, no alguien como tú.”

“De acuerdo.” dije calladamente, mirando hacia el suelo. 

Ella se río y volvió a empujarme antes de salir.

El timbre sonó. Ya llegaba tarde y no me importaba. Tomé mi tiempo en el baño. Me salpiqué la cara con agua para refrescarme. Mi buen humor de antes se había esfumado y había sido remplazado con una nube siniestra que colgaba sólo unas pulgadas por encima de mi cabeza.

Caminé lentamente para la clase, metiéndome las uñas a las palmas de las manos para sentir dolor físico por encima del dolor emocional.

Ni siquiera intenté prestar atención y mi profesora lo notaba. No contesté cuando me llamó. Sólo subí el volumen de mi iPod.

Me sentía destrozada. Todo lo que mi mamá alguna vez me había dicho me chocó como un cañonazo. Ver el odio en los ojos de Claire me lo había traído de vuelta con aún más fuerza que antes. Entre eso y los últimos días con Niall, Greg y mi padre, me sentía forzada a elegir entre creer a mi madre o a ellos. Intenté no pensar de ello mientras me sentaba a la mesa al almuerzo. Me mordía el labio y miraba fijamente a mi comida.

Dulzura. ~Niall y Tu~ TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora