-Capitulo 26-

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Yo eché una mirada en el cuarto de Greg y vi que estaba durmiendo. Abajo eché otra mirada en el cuarto de mi padre. También estaba dormido.

Tenía cuidado para estar callado mientras salía de la casa. Corría despacio a la casa de ______ y le mandé un mensaje de texto. Unos minutos más tarde, salió de la casa. El aire estaba fresca, pero llevaba unos pantalones cortos azules y una camiseta blanca.

La luz de la farola le tocó la cara cuando me miró. Sus ojos estaban enrojecidos y hinchados de tanto llorar. Yo la tomé en mis brazos una vez que estaba bastante cerca. “Ven. Volvamos a mi casa. No quiero que Greg se despierte mientras no estoy.”

Empezamos a caminar para mi casa con mi brazo alrededor de ella. No estaba hablando y me daba miedo. ¿Qué había hecho su madre esta vez? Como quiera que fuera, tenía que contar por algo que me había texteado, ¿sí? Cuando llegamos a mi casa, estaba para abrir la puerta cuando ______ por fin habló. “No podríamos quedarnos afuera? ¿Y si se despierta Greg?”

“Adentro o afuera, te va a ver de cualquier modo. Y hace más calor adentro.” Ella vaciló por un minuto y entonces asintió con la cabeza. Entramos a la casa oscura y la llevé a mi cuarto. “Déjame ver como está Greg. Puedes tirar mis cosas a un lado si están en tu camino,” le susurré.

Ella entró y fui al cuarto de Greg. Todavía estaba durmiendo. No se me ocurrió hasta volverme anoche que no debía haber estado afuera por tanto rato con Greg aquí, prácticamente a solos. Fui a mi cuarto y me alegré de que todavía estuviera limpio. ______ estaba sentada en el borde de mi cama, retorciéndose las manos.

Cerré la puerta y me senté a su lado. Era como si se rompiera la presa. Las lágrimas cayeron como lluvia y ______ intentaba lo mejor que podía hablar. “Ella no debe llamarme. Ella… ella no debe… hablarme… nada.”

“Shhh. Sólo suéltate las lágrimas y entonces hablaremos,” dije envolviéndola con mi brazo para darle mi hombro. Su llanto era como solía hablar con su padre y yo, callado.

Más o menos treinta minutos más tarde, nos situamos en medio de la cama. Nuestras espaldas estaban contra la cabecera y estiramos las piernas. Por fin había dejado de llorar.

“Dime lo que pasó,” le dije suavemente.

“Ella me llamó y se disculpó. Dijo que no quería ser tan ‘dura’ cuando me estaba contando ‘la verdad’. Niall, no entiendes. Mi madre puede ser tan mala conmigo, pero a la vez puede ser tan cariñosa. Ella quiere que le diga a mi padre que quiero irme a vivir con ella. Yo no sé que hacer.

“¿Qué quieres decir con eso de qué no sabes? ______, no puedes volver con ella. ¿No ves lo que ella te ha hecho? Volver con ella sería como condenarte a la muerte. ¿Por qué querrías volver?”

Su voz era aún más suave de lo que nunca la había oído. “Ella es mi madre y mi mejor amiga. La amo… la echo de menos.”

Suspiré. “¿No puedes honestamente echar de menos como te trataba?” “Eso es lo que intento decirte. Ella estaba siendo cariñosa por decirme esas cosas. Por eso, si estaba diciendo la verdad, ¿por qué no la puedo creer?”

Levanté la cara de ______ para que me mirara. “Allí está la cosa, ______. No te estaba diciendo la verdad.”

“¿Pero por qué me mentiría?”

“No lo sé. ¿Qué le dijiste cuando te pidió volver?”

“Le dije que no. Que no puedo dejar a mi padre. Que él estaría hecho polvo. Además, tendría que volver a cambiarme de escuelas y no quiero hacer eso.” Sus ojos se llenaron de preocupación. 

“¿Y si me vuelve a llamar?”

“No contestes. Dale el teléfono a tu padre y deja que le hable.”

Ella asintió con la cabeza y apoyó la cabeza sobre mi hombro. 

“¿Alguna vez será más fácil?”

“Por supuesto que sí. Sólo necesitas dejar que te ayudemos mientras tanto.” Ella respiró hondo y miraba lo que estaba en la tele, lo que era The Nanny. Después de que se terminó el episodio, iba a decirle algo, pero ______ estaba profundamente dormida.

Odiaba despertarla. Parecía relajada y en paz. Esperaría un poco antes de despertarla.

Sentía un cuerpo caliente a mi lado. Un brazo estaba envuelto a mi cintura y unas piernas estaban entrelazadas con las mías. Con mi mano libre, froté mis ojos y vi a ______. Mierda. Eché una mirada al despertador y vi que eran un poco más de las tres de la madrugada.

“______,” dije. Ella se movió, pero no sé despertó. La sacudí suavemente y volví a llamar su nombre. Ella se sentó bruscamente y me miró.

“Me asustaste,” ella dijo con una sonrisita.

Le sonreí. “Lo siento, pensaba despertarte alrededor de las doce, pero me dormí también. Déjame llevarte a casa.”

Le tomé por la mano y bajamos las escaleras calladamente. A mitad del camino a su casa ella habló, y su voz era clara con un poco de confianza. “Gracias, Niall. Me siento un poco mejor ahora.”

“¿Aunque dormiste casi todo el tiempo?” le pregunté, mirándole.

Ella me devolvió la mirada y dijo, “Sí. Dormí pero muy bien.” Me reí y le apreté la mano. “Eres una buena almohada, Niall,” ella dijo con una risita.

“Pues, muchísimas gracias. Eso lo pretendía.” Estábamos acercándonos a su casa cuando volví a hablar. “Sería demasiado que te pidiera salir conmigo?”

______ me miró y la sorpresa era evidente en su cara. Miró fijamente hacia adelante por unos segundos y dijo, “Pídemelo y ya lo veremos.”

Dulzura. ~Niall y Tu~ TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora