-Capitulo 6-

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“Bien, Greg, necesitamos irnos a casa,” dijo Niall. Greg empezó a recoger su basura.

“Debemos irnos también, cariño,” dijo mi padre. Asentí con la cabeza y puse mi basura sobre la bandeja que tenía mi padre.

“Yo se la tiraré,” ofreció Niall. Mi padre le dio las gracias. Niall llevó las dos bandejas para tirar la basura y regresó por Greg.

“Hasta luego, _____. Mucho gusto de conocerte, Mike.” Le dio la mano a mi padre y me saludó con la mano.

“Mucho gusto de conocerte, _____” añadió Greg, ignorando completamente a mi padre. Me agaché para ponerme cara a cara con él. Me tendió la mano y le di la mía.

“Mucho gusto de conocerte a ti también, Greg.” Me sonrió y se despidió con la mano mientras se alejaban.

Seguí a mi padre afuera y volvimos a casa. Gracias a dios.

El día en la escuela pasó volando. Todos parecían estar de buen humor. Eso era lo bueno de los viernes. Todos se centraban en sus planes para el fin de semana. Yo nada más estaba lista para ese último timbre. Tenía el coche hoy porque tenía algunas cuantas cosas para hacer después de la escuela antes de que llegaran Niall y Greg.

Papá quería que parara por el supermercado para comprar varias cosas. Yo quería comprar unas meriendas y unas bebidas extras. También tenía que pasar por la Wal-Mart para comprar algunas cosas para nuestro proyecto. Una vez hechas las hojas de trabajo, teníamos que hacer un cartel para presentar a la clase. Yo ya estaba orando que Niall diría todo lo que había que decir. Yo podía sostener el cartel…y sostenerlo bastante alto como para esconderme la cara. Así no tendría que verle a nadie y no podrían verme a mí.

Me parecía el plan perfecto. El timbre sonó y me escapé del aula. Después de parar por mi armario, me dirigí a mi coche, un Focus de Ford.

“Hola, _____,” dijo alguien detrás de mí mientras tiraba mi mochila dentro del coche. Me di le vuelta para verle a Niall. Su coche estaba aparcado tres espacios más allá del mío.

“Si tienes un coche, ¿por qué caminas?”

“Me gusta caminar,” dije encogiéndome de hombros. Sin pensarlo dos veces, me metí en el coche y salí del aparcamiento.

Odiaba ir a la tienda. Por la mayoría, los cajeros eran sonrientes y amables. Siempre intentaban chatear. Yo no podía hacer eso. Siempre temía que alguien me regañaría por tardar demasiado conversando.

Por eso, estaba callada, viendo como se escaneaban mis compras. Le di el dinero y murmuré mis gracias mientras me alejaba. Ya tenía todo lo que necesitaba, me fui para la casa feliz.

Dulzura. ~Niall y Tu~ TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora