EDINBURGO...

4.9K 363 6
                                    

—¡Mamá, ¿ya llegamos?! —insistió por veinteava vez.

—Aún no, DJ, te lo dije hace veinte minutos, cuando hayamos llegado lo sabrás —respondió la joven una vez más.

Dirigió su mirada al asiento en donde se encontraba Ray, estaba plácidamente dormido en dirección a la pequeña ventana del avión. Parecía una estatua con aquel rostro tan rígido y despreocupado, tenía unas facciones que le parecían perfectas, era tan maravilloso de contemplar que cuando los avisaron de que aterrizaban no escuchó lo que la azafata decía.

—Bienvenidos a Escocia, que tengan una buena estadía —dijeron por los altavoces.

Los niños observaban todos los lugares y vistas que les proporcionaba el aeropuerto mientras Brisa tomaba las maletas y Ray llevaba a caballito a Carrie. Hacía una semana que se había enterado de la sorpresa que le tenía preparada Ray, él era la razón por la cual se encontraban en aquel maravilloso lugar. Según contó, el segundo año de su carrera lo hizo de intercambio y pudo hacer amigos en el lugar, por lo cual solía ir los veranos a pasar algunos días, ésta vez decidió invitar a todos sus amigos, pero a ella fue a la única que no le dejó pagar ni un solo centavo, ya que quería que viviera la experiencia. No sabía cómo agradecerle aquel viaje, pero lo haría porque aquello era mucho más de lo que esperaba y porque Ray se lo merecía.

—No puedo creer que estemos en Edinburgo...

—Créelo, porque aquí estarás durante dos semanas y quiero que estés bien despierta para disfrutarlo —le dijo Ray.

Al salir del aeropuerto tomaron un taxi hasta el centro de la ciudad. Aquellas callejuelas vertiginosas y sus estrechos callejones medievales hacían que un visitante viajara en el tiempo y viera todas aquellas leyendas que se daban en las clases de historia, era tan hermoso y antiguo que era sorprendente como muchos lugares de Edinburgo siguieran intactos después de tantos años.

—Veremos el antiguo palacio, así que camina...

Fueron hasta la Royal Mile, calle principal de la Old Town, pudieron caminar en aquellos angostos pasajes, retranqueados callejones y rincones perdidos, el laberinto en sí, que fue la Ciudad Vieja durante gran parte de su historia. Luego en pocos minutos se encontraron con el Palacio de Holyrood House era colosal y hermoso, tenía tanta historia en sus vistas y aquel parque era tan hermoso e irreal que la joven tuvo que tocar parte de él para darse cuenta de que en serio había viajado. Al bajar aquella colina se podía apreciar los edificios de época maravillosos, comercios de productos típicos y antiguos pub, todo era tan exótico y diferente que los niños no paraban de correr de un lado a otro para revisar y curiosear todo lo que pudieran

«Hay verde y verde...»

No tenía palabras para expresar la emoción que estaba en su interior.

—¿Os ha gustado la visita al palacio, niños? —le preguntó Ray a los tres.

—¡Si! —respondieron al unísono.

—Debo llamar a Skylar para decirle que terminamos nuestro tour por hoy... La esperaremos aquí, elegid lo que queráis comer —les avisó Ray a sus acompañantes después de entrar al bar.

Brisa vio mucha cantidad de comida, pero eligió Haggis y la compartió con los niños. A pesar de saber qué ingredientes tenía lo comió muy bien, estaba delicioso y cuando volvió Ray fue justo a tiempo, ya que sino se hubiera quedado sin comida.

Una hora más tarde tomaron otro taxi hacia la casa de la amiga de Ray, la cual era la que los acogería a todos esas dos semanas. Estaba emocionada por reencontrarse con el resto de sus amigos, quería compartir su emoción con ellos, así que portaba una impaciencia peor que la de los niños. Sólo le faltaba preguntar y preguntar como ellos para que fuera aún más evidente su emoción.

BE HOPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora