Capítulo 10

2.4K 210 45
                                    



P.O.V   ROSE

Supuestamente, cuando tu padre persigue a tu novio con una sartén por todo el bosque, tendrías que estar enfadado con él y defender a tu novio. Yo lo único que pude hacer fue reírme sin parar. Pero no me culpéis, si hubierais visto la escena...

-¡Rose! -gritó Darwin mientras corría, huyendo de mi padre- ¡Ayuda!

Naomi, a mi lado, se lo estaba pasando igual que yo.

- En realidad -comentó-,os lo merecéis tanto él como tú. No sabéis lo preocupados que hemos estado todos al despertarnos y ver que no estabais en vuestras habitaciones.

Me sentí un poco culpable. No quería ni pensar lo que habían creído al ver que yo no estaba en mi cama.

Mi padre se acercó con la sartén en la mano y el pelo en todas direcciones.

- Al menos he hecho ejercicio -dijo mientras se cruzaba de brazos, mirándome enfadado-. Espero que sepas que estás castigada hasta que tu madre y yo queramos.

Me puse roja de enfado e inflé los mofletes como un hámster, pero no me opuse porque me lo merecía.

Me encerraron en mi habitación nada más llegar al castillo, sin poder ofrecerle una mínima disculpa a Darwin por reírme todo el rato y no hacer nada para ayudarle.

En mi habitación no había mucho que hacer, así que me puse los auriculares en el móvil y me puse a escuchar a mis chicos como la pequeña zanahoria que soy.

Me quedé mirando un pájaro. Era interesante. En realidad no, pero como me aburría hasta una roca  me parecía interesante.

No lo aguanto más , pensé mientras me acercaba a la puerta e intentaba abrirla. Cerrada. Me habían encerrado de verdad.

¿Por qué me tenían que castigar encerrándome en mi habitación? ¿No podían hacerme fregar los platos o aguantar un día entero a Adam? Bueno, eso último mejor no.

En ese momento llamaron s la puerta y se me plantó una enorme sonrisa en la cara.

- ¡Por fin! -exclamé- ¡Se acabó la tortura!

- Me temo que no -contestó Gema cerrando la puerta detrás suyo-, solo vengo a ver cómo estás. Vas a estar aquí dentro todo el día. Además, solo llevas cinco minutos aquí dentro.

- Los peores cinco minutos de mi vida -suspiré sentándome en la cama con Gema a mi lado . Luego se me vino a la cabeza el recuerdo del Señor Oscuro y cuando me pegaba - Bueno, en realidad no.

- ¿Quieres comer chuches? -me preguntó Gema sacando una bolsa de su bolsillo del pantalón- Es lo mejor que he podido traerte.

Asentí con la cabeza en modo de agradecimiento pero no me apetecían así que le dije que no.

- Más para mí -dijo encogiéndose de hombros y empezando a comer. No sé como nunca le daba una indigestión.

- Entonces, ¿al menos te han dejado venir a hacerme compañía?

- ¡Que va! -exclamó riéndose-No saben que estoy aquí. Se supone que no puedes ver a nadie.

-¿Y cómo has entrado? -pregunté sorprendida.

- Pues que la puerta está cerrada desde dentro pero no desde fuera, así que cualquiera que se lo proponga puede entrar. Lo que pasa es que todo el mundo piensa que está cerrada también por fuera.

- ¿Y cómo sabías que no estaba cerrada por fuera?

- No lo sabía hasta que he probado y se ha abierto.

Frozen fireWhere stories live. Discover now