Capítulo 8

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P.O.V. DARWIN

Sus palabras resonaron en mi cabeza durante los segundos más largos de mi vida. Allí la tenía delante mío, mirándome con sus ojos dorados y el miedo plasmado en todas sus facciones. No sabía quien era yo, y por lo tanto, tampoco sabría quien era ella misma. Tenía que avisar a los reyes de las dimensiones que ya la había encontrado.

Rose me miró desconfiada.

-¿Quién eres? -volvió a repetir, dando un paso hacia atrás.

Algo se rompió en mi interior al verla tan indefensa, tan desconfiada.

- Soy Darwin -contesté con la garganta seca-, soy tu pececito.

Ella frunció el ceño, como si le sonara de algo. Luego dio otro paso hacia atrás y miró hacia los lados , como si tratara de escapar.

- Yo...yo no sé quien eres-dijo dubitativa y luego añadió mas confiada-. Te estás confundiendo de persona.

Como si esos ojos los tuviera todo el mundo, pensé apretando la mandíbula. Rose se dio la vuelta y yo tenía que actuar rápido. Me acerqué por detrás y la agarré de los hombros, con cuidado de no hacerle daño y presioné el dedo en un punto del hombro, dejándola inconsciente al segundo. Era un truco que había aprendido de los guardias reales, ya que cuando eres amigo del príncipe de Harliam tienes que saber cómo dejar fuera de combate a los enemigos.

La dejé con cuidado en el suelo y cogí el teléfono móvil que tenía para emergencias. Solo tenía guardado el número de Adam y lo pulsé con la mano temblando.

- ¿Darwin, por qué me llamas?- preguntó extrañado al coger el teléfono.

- Pásame con el rey de Eldim.-ordené con la voz entrecortada.

- ¿Qué? ¿Para qué?

- ¡Que lo hagas! -grité- ¡Hazlo ya! Que la he encontrado-lo último fue apenas un susurro.

- ¿Cómo que la has encontrado? -su tono de voz fue más cálido.

- Tú pásame a su padre -pedí con la voz rota-, solo hazlo.

Y en ese momento, me sentí miserable. Sentado en la nieve, con Rose tumbada a mi lado y una lágrima solitaria bajando por mi mejilla.

...

Quince minutos después, el rey de Eldim estaba arrodillado, acariciando la mejilla de su hija. La levantó en sus brazos como si no pesara nada y me miró con el sufrimiento marcado en sus ojos verdes.

- ¿Cómo que no recuerda nada?

Yo miré el suelo, intentando recuperar las palabras.

- No me reconocía -murmuré.

- Alomejor solo no te recuerda a ti , porque eres más reciente en su vida -especuló con un tono de voz esperanzado.

Aquello me sentó como una patada en el estómago. ¿Qué pasaba si recordaba a todo el mundo menos a mí? ¿Si ya no me quisiera? Tendría que volver a empezar desde cero. Luego me sentí despreciable por lo egoísta que estaba siendo.  Prefería que se olvidara de todos antes que se olvidara solo de mí.

Caminamos hasta el castillo, él con Rose en brazos. Todos nos esperaban en la puerta con expresiones alegres y esperanzadas. Al menos, hasta que nos vieron llegar con las expresiones de muertos que llevábamos.

Naomi se acercó corriendo hacia mí, preocupada.

- ¿Está...?

- ¿Viva? -terminé por ella- Sí, pero está algo olvidadiza.

Frozen fireWhere stories live. Discover now