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Sadie:

—Al fin te haces presente.—Pronuncio bajando las últimas gradas hacia la calle.—Pero escogiste un mal momento, mi taxi llegara pronto.

Me detiene del brazo.—¿Cómo se te ocurre ridiculizarme frente a todo el internet?

Le cojo el brazo y aprieto, mi reacción lo hace soltarme.

Le muestro mi móvil.—3 minutos para que llegue, hasta eso tienes.

Bajo el móvil y una sonrisa de burla curva sus labios.

—La misma de siempre, de haber sabido que harías—Hace una pausa.—¿Eres consiente de como esto afectara a ambos?

Guardo silencio. 

—No se que carajos paso durante tus clases, si peleaste con Devora por un estúpido labial.—Voltea rapido hacia el edificio y luego hacia mi, frunzo el ceño.—O si tuviste una rabieta, pero hablarlo conmigo...

—De ninguna manera usaría su misma marca de labial.—Le interrumpo.—Y no es ninguna rabieta.

Respiro profundo.

—Te escribi. Te llame, muchas veces.

—Soy un corredor de Karting, Sadie.

—Mi tiempo no es más que el tuyo y tuve tiempo de comunicarte lo que haría. No respondiste y solté el comunicado más respetuoso para ambas partes, no metí chisme o rumores, no hable pestes de ti, solo fui directa.

—¡¿Por qué ahora?!

Cierro los labios.

—¿Por qué no ahora? Es más que obvio que la falta de tiempo distancia una relación, es una realidad que use aunque fuera falso.

Me queda mirando y mi coche llega.

—Tus tres minutos acabaron.—Finalizo.

Me dirijo hacia el coche y abro la puerta, pero enseguida me la cierra, la puerta atrapa mi uña y mi dedo, suelto un grito leve.

—¡¿Qué demonios, Jhonath...

—¿O es que estas viendo a alguien más?—Me interrumpe viéndome furioso.

Me olvido del dolor y lo alejo de mi, empujando tu tórax. El retrocede observándome en silencio.

—Eso ya no es de tu incumbencia, Jhonathan. Nunca lo fue.

Abro la puerta e ingreso, el coche se aleja y levanto mi mano, observando mi dedo, la uña se me ha roto y mi dedo esta sangrando.

—Carajo.



(***)



—¿Qué le paso a tu mano?—Es lo primero que nota antes que mi outfit rosa.

—Me golpee la mano con la puerta.—Sin rodeos.—¿Llevas mucho esperando?

—No en realidad.

Bajo mis lentes oscuros y me los pongo.—Bien, nos espera un día largo.

Camino delante de el y enseguida toma mi mano agarrándome por sorpresa.

—¿Es demasiado, reina?—Pregunta y me sonrojo.

Carraspeo y mantengo la mirada hacia un lado.

—Déjalo si quieres.

Se ríe con mi respuesta y asi caminamos.




(***)


Visitamos las tiendas y califico las camisas, luego las corbatas, tomo varias y se lo coloco encima.

Le muestro ambas, una de color rojo y otra verde, depende de su decisión será el color del vestido que elegiré.

—¿Cual?

Escoge el verde elegante y antes de decir algo, el mismo lo paga. Me quedo en silencio procesando la situación y termino siguiéndolo segundos despues.

—Veamos mi vestido.—Podría elegirlo con mamá, pero me imagino lo tardado que estará y al final acabara eligiéndolo ella.—Pero antes a comer.

Tiro de el hacia uno de mis restaurantes favorito, hay una cola inmensa y no quiero ser la portada de la próxima noticia en redes.

—Conozco un lugar.

—No hay mejor lugar que este.

—Ya lo veras.—Ahora es el quien me lleva.

—De una vez aviso que el hot dog de esa vez fue un snack y tengo una dieta que seguir.—Aseguro.

Unos quince minutos más tarde aparece con una hamburguesa tamaño de mi cabeza.

—¿La contemplaras toda la tarde o le darás un mordisco?

—No estoy segura.

Esta toda grasosa, bañada en queso derretido y con una carne doble en medio, papá a los lados y....

Acabo por morderlo.

Parker acerca su mano a mi rostro, me limpia la mejilla y mi cara arde. No hay manera que comiendo esta comida me vea bien.

Mastico y saboreo.

—¿No estuvo tan mal, no, reina?

—Estuvo peor.—Se rio y vuelvo a comer otro pedazo.



(***)



Las cortinas se abren y me muestro en el tercer vestido, también de color verde pastel, ahora de tela satén, de dos tiras en los hombros  y con la tela hundida en el pecho, la falda es de vuelo amplia hasta el suelo, con una abertura en la pierna izquierda.

Me levanto el cabello con la mano y me pongo de lado.

—¿Y qué opinas?

Parker ya no esta sentado, como lo estaba con los primeros dos vestidos, aunque ahora no solo esta impresionado, sino también se encuentra de pie.

—De saber que combinaríamos, hubiera elegido el rojo.

—No solo el rojo es sexy.—Me suelto el cabello y el se me acerca, mis manos se apoyan sobre sus hombros cuando llega hasta mi.—Tomare esa mirada lujuriosa como un aprobado.

Le tomo la mano y hago un giro, el me sigue el juego y sonrio.

Me observa serio.—¿Estas segura que quieres hacer esto?

—¿No crees que pueda manejarlo? Ya me atreví con la publicación, ahora mismo habrá dudas y... papá mismo te invitó.

—Sadie...

Coloco mi mano sobre sus labios y observo como su mirada cambia mientras los segundos pasan al verme.

Bajo la mano por completo y el respira profundo.

—Cerremos dudas ese día entonces.

Me toma la mano que no esta con el vendaje y me sujeta de la cintura con la otra, apoyo la mía libre sobre su hombro.

Empieza un baile en silencio, donde ambos reímos y tengo fe que esa noche saldrá bien.

En los neumáticos de la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora