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Sadie:

Le unto pasta de dientes a mi cepillo y lo meto en mi boca, comienzo a cepillar con fuerza mientras mi mente recuerda lo sucedido ayer en el circuito de carrera.

Abro el caño y dejo correr el agua, enjuago mi boca al acabar, me seco con una toalla y vuelvo a mirarme al espejo.

Parker Cranston...

Pensar en el solo me hace enfadar.

—¿Cómo se atrevi...—Cierro los ojos y hago mi trabajo de respiración.—No pienses en eso, Sadie. No vale la pena empezar tú día con esos pensamientos.

—¡Sadie!—Escucho a mamá. 

Abro los ojos agotada, necesito un descanso.



(***)



—Gina, que gusto.—Mamá saluda con un beso en la mejilla a la dueña de la boutique.—Encantada de que nos des un espacio en tu día tan atareado.

—¿Bromeas?—Se aparta de mamá para observarme.—Tengo a una finalista del certamen de belleza en mi tienda, es un placer para mi ser su guía.

Mamá sonríe volviéndose hacia mi, se coloca a mi lado.

—¿Tienes las prendas que mi hija ya eligió?

—Por supues...

Escucho que alguien ingresa por la puerta principal, pero lo que más me llama la atención es la sorpresa, no, la cara de felicidad de la dueña.

Frunzo el ceño y me giro.

Devora Williams. 

Otra de las favoritas del publico junto a su madre, aunque no más que yo. 

El rostro de mamá cambia y murmura.—¿Qué hacen aqui?

—Tal vez debiste reservar solo para nosotros.

Finjo una sonrisa al igual que Devora.

—¡Dos finalistas en mi tienda!—Chilla la dueña.

Esto no puede acabar bien.



(***)



Subo la última tira del bikini y observo en el espejo lo bien que se me ven los pechos dentro de la tela de estampado mármol azul y negro, hay una argolla en el centro con un cordón que une ambos lados y hace resaltar más el busto, mi abdomen también se marca muy bien con la falda que esconde la parte baja y que terminare quitando a la hora de modelar en la pasarela.

Abro la cortina y los ojos de mamá se abren, separo los brazos estirándolos y sonrio.

—¡Tada!

—¡Te ves preciosa, cariño!

—Como siempre.—Me miro en el espejo una vez más, colocando mi cabello hacia atrás y me muevo de costado observando como se me ve mi trasero al levantar una pierna.—Lo quiero.

Mamá se gira hacia hacia la dueña.

—Y con este serian los ocho de los nueve que separo.

En los neumáticos de la bestiaWhere stories live. Discover now