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Sadie:

—La quiero a ella.

Su respuesta me deja atónita, mis labios se separan mientras siento más de una docena de ojos viéndome.

¿A mi?

¿Me quiere a mi?

—Esto es inesperado.—Habla el tipo del megáfono y yo no le quito los ojos al sujeto.

¿Desde cuando me volvi un objeto que dos "machos" pueden intercambiar?

Junto las cejas con fastidio.

—Si claro, como si eso fuera a suceder.—Me giro hacia mi novio.

—¿Quieres a mi novia? Estas demente.—Asi es, habla claro, Jhonathan.—No te la voy a da...

—Es eso o tu coche.—Le da la opción y Jhonathan lo duda.

Si, lo duda.

Observo con la boca abierta a quien debería defenderme.—¡Jhonathan!

El se sobresalta al oírme y me mira suplicando con los ojos no se que.

—Es un coche caro.

—¡Jhonathan!—Vuelvo a llamarlo.

—Acabo de comprarlo, Sadie.

Hijo de ...

—Bien, tenemos un trato.—Vuelve a hablar ese tipo, me giro hacia el cuando empieza a andar en mi dirección.

Retrocedo.—¡No te atrevas a toca..

Pero lo hace, me levanta tan fácil agachándose un poco para tomarme de las piernas y subirme en su hombro, mis pies ya no estan sobre el suelo mientras yo intento luchar golpeando su espalda desesperada para que me baje.

—¡¿Qué estas haciendo?!

—Reclamo lo que es mío ahora.

—¡Estas loco, ya suéltame!

¿Por qué nadie hace nada?

Busco a mi novio como si el fuera a hacer algo.—¡Jhonathan, Jhonathan!—No tiene caso.—¡Mitch! ¡Mitch, ayudame!—Llamo a mi amigo que intenta llegar hasta mi, pero la gente alrededor se lo impide.

Hay personas riéndose y grabando con sus teléfonos, mujeres que me lanzan dardos y hombres que alaban a este tipo.

—¡Parker Cranston ha reclamado su premio!



(***)



—¡Bájame!—Sigo pataleando como lo he echo durante todo el camino.—¡He dicho que me baj...

Mis puños golpean la espalda, pero no se si soy muy débil o el la tiene muy dura, o ambas.

—Deja el berrinche.

—¡Que me bajes!

Ya no hay personas alrededor y por lo que oigo otra carrera esta por comenzar, alzo la cabeza y veo como los dos coches arrancan a toda velocidad, estamos en el "estacionamiento" junto a los demás vehículos y termino arrugando el gesto al ver a una camioneta que no deja de moverse mientras los gemidos se oyen en el ambiente.

—Iugg.

El tipo se ríe, reacciono y cuando voy a golpear de nuevo su espalda, mis pies vuelven a tocar el suelo, furiosa me vuelvo hacia el reaccionando de inmediato, pero me toma de la cintura reteniéndome y parando la bofetada que iba a meterle, mi pecho golpea su tórax y mis ojos suben a su rostro.

En los neumáticos de la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora