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Sadie:

—Señoritas, luego de una larga semana y una exhaustiva evaluación, voy a anunciar a quienes irán al frente .—Nos anuncia la coreógrafa.—Estas señoritas elegidas guiaran a las demás, pero es una presentación, no una competencia. La verdadera competencia empezara despues de el baile con el que abriremos.

Camina frente a nosotras y una de sus ayudantes le entrega una carpeta con la lista.

—¡Sadie!

La sonrisa la tengo en toda la cara.

—Por aqui, por favor.—Me indica el lugar y doy un paso hacia ubicarme. Las chicas detras de mi aplauden.

Ella vuelve a leer.

—¡Jessica!

—¡Si!

Jessica se ubica a mi lado y los aplausos vuelven a llenar el salón, entonces lee el último nombre.

—¡Devora!

La sonrisa se me borra, Las chicas restantes vuelven a aplaudir mientras ella modela hacia nuestra dirección, da una vuelta completa y sonríe sujetándose la cadera.

—Chicas, calma. Ubíquese de una vez, por favor.

Lo hace y su mirada encuentra la mía, enseguida me guiña un ojo poniéndome de malas.

—Las demás las ubicaremos ahora.—Sigue la coreógrafa, regresa la carpeta y se pone delante de nosotras tres.—Estas tres señoritas serán sus guían. Confíen ellas y ustedes confíen en las demás y todo saldrá perfecto.

Empieza a ubicar a cada modelo detrás de nosotras, veo como Devora William intenta ponerse un paso más adelante y no se lo permito, ubicándome en su altura, me mira molesta y encojo los hombros.

¿Compartir escenario con Devora? Ni en sueños.

Nuestra coreógrafa regresa al frente.

—Recuerden sus puestos, asi es como abrirán, mis bellas modelos.



(***)


—Lo de atractiva lo tiene de odiosa, envidiosa y... ¡Dios! Acabo de llamarla atractiva.—Me corrijo y escucho la risa de Parker, quien esta debajo del coche que arregla en el talle.—Eso no le quita lo horrible que es.

El vuelve a reir, frunzo el ceño y golpeo su pierna con mi tacón.

—Reina...

El sale de debajo del coche y se pone de pie, me mantengo cruzada de brazos.

—No es gracioso.

Mi mirada baja por su camiseta de tirantes pegada a su tórax por el sudor, paso saliva y mi mirada se desvía hacia los pantalones con grasa de motor, Parker lleva un pañuelo en el bolsillo metido hasta la mitad, el que saca y con el que limpia su frente.

—¡Ya me voy, Parker!

Dereck se despide y me hace un gesto de adiós, otros trabajadores también apagan las luces de sus zonas de trabajo y se retiran, veo a algunos salir de los baños también.

—¿Ignorar no es una opción, reina?

—No.

Camilla aparece en la puerta.—Ya me voy ¿Te dejo la llave?

—¿Soy el único que queda? Mierda. Si claro.

Ella ubica la llave sobre el perchero en la entrada del taller.—Aqui la dejo.—Indica.—Sadie.—Me saluda y abro mucho los ojos al ver que lleva el maquillaje que le di.

En los neumáticos de la bestiaWhere stories live. Discover now