En los neumáticos de la bestia

2

Sadie:

Carreras ilegales...

Soy la única que no desea estar aqui porque las personas estan eufóricas a nuestro alrededor, disfrutando del desfile de coches que van llegando, Jhonathan esta sonriendo al lado de Mitch y estoy a punto de ir hacia el a exigir que me lleve a casa, pero  los gritos crecen cuando un coche negro cruza por el centro.

Las personas corren y se acercan a las lunas de los costados, sobre todo las señoritas, algunas hasta se levantan las blusas mostrando sus pechos desnudos al conductor. 

¿Qué rayos?

—¡Cranston, Cranston!—Corean y mi estatura no me ayuda a visualizar bien por arriba de las cabezas, asi que sigo mirando entre la gente.

—¿Es el?—Pregunta Jhonathan con curiosidad al lado de Mitch, ignorando que me encuentro con ellos.

Me siento desplazada.

—Es el.—Contesta Mitch sin dejar de aplaudir.—Es el mejor.

—Eso lo veremos ahora.

Mitch ríe.

—Ya va a empezar.

Retrocedo cuando empiezan a apartarse, Mitch enseguida se vuelve hacia mi.

—No te pierdas, esto se volverá un caos.

Me cruzo de brazos y finalmente tengo visibilidad.

—Debería estar en casa preparándome para la entrevista de mañana.

Una mujer de prendas cortas y botas largas camina en medio de los dos coches que se enfrentan o lo que alcanzo a ver, tiene un pañuelo en la mano que alza y...

Mitch asegura.—Acabara pronto y estarás de regreso antes de que...

El pañuelo cae y la carrera empieza, los dos vehículos, uno amarillo y otro negro aceleran a toda prisa y las personas a mi alrededor corren viendo a los dos coches alejarse, no me muevo, pero hasta yo que ignoro esto se que el amarillo tiene cero posibilidades de ganar, el coche negro le lleva la delantera por mucho.

Jhonathan se tensa a mi lado.

Mitch se ríe.—Te dije.

Intercambio una mirada con mi amigo que se encoge de hombros y en poco tiempo el coche ya ha regresado mientras no hay rastros del coche amarillo.

Ha ganado la carrera....

(***)

—¡Cranston, Cranston, Cranstron!—Vuelven a corear, veo la puerta abrirse y a alguien salir, pero me distraigo cuando oigo que envían besos a alguien.

A mi.

Me giro siguiendo el sonido y encontrando a tres hombres, uno saludándome y otro mandando más besos logrando que me sienta incomoda, hasta aca siento el olor a cigarro y fastidiada me giro hacia Mitch.

—¡Parker Cranston sigue siendo el ganador invicto de nuestras carreras!—¿De donde sacaron un megáfono?—Ahora... aficionados, novatos...

Todos ríen.

—¡¿Alguien desea retar a nuestro vencedor?!

—Mitch...—Lo llamo y sus ojos encuentran los míos.—Llévame a casa.