🚬10. El ganador

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    LA MAYORÍA DE LAS VECES, LOS SILENCIOS ERAN DEL AGRADO DE SASCHA, sin embargo, el que hubo en los primero metros al salir del embarcadero, eran tensos y el ceño fruncido de Tommy, le hacían saber que algo estaba fuera de orden, y dado que el alemán había estado ausente desde hace dos días del círculo habitual, lo ignoraba.

    —¿Ha pasado algo mientras no estaba?— Sascha preguntó, mirando a Tommy, pero el inglés no lo hizo.

    —Sólo un irlandés queriendo hablar con nosotros.

    «Por eso el Garrison» Sascha se dijo, entendiendo que sería el punto de reunión y probables negocios al que iban.

    —Parece que estamos subiendo de nivel si eres tan cotizado —dijo sarcástico, intentaba bromear, pero había salido más como un gruñido.

    —Deben estar aquí por sus muertos. Grace admitió que ella mató a uno.

    Sascha no se encontró sorprendido, pero seguía preguntándose: ¿Qué veía Tommy en ella? ¿Por qué la seguía dejando entrar a pesar de que era una potencial informante del IRA o alguna banda rival? ¿Acaso era el único que veía el peligro enfrente?

    —Supongo que la mirada de los santos la puso nerviosa sí confesó— se burló, mirando de reojo al pelinegro y sólo así, Tommy lo miró... hablando de ella. Fue imposible que el rubio no soltara una risa entre dientes, volviendo a mirar por la ventana.

    —¿Cómo sabes que estábamos en la iglesia?—Tommy preguntó al volver su mirada al camino.

    —Porque fui para buscarte, pero te encontré ocupado y no quise interrumpir. Diría que tal vez llegué en el momento equivocado.

     —Últimamente diría que sólo existen y debemos lidiar con ellos, sean buenos o malos— y sin embargo, Sascha notaba como las frases salían a medias.

    —Hay algo que no me estás diciendo.

   —¿Por qué lo dices?

    Sascha elevó sus cejas y se hundió en el asiento con un suspiro mientras señalaba a medias en su cara— Tienes... esa... elevación en la mandíbula. Aprietas los dientes cuando estás... frustrado o algo que quieres decir, pero no sabes como.

     Hubo un momento de silencio dónde Sascha se cuestionó si había dicho demasiado. ¿Tommy se cuestionaba cómo había notado eso? ¿Si pasaba mucho tiempo mirándolo? -suspirando-, era cierto, pero Sascha quería tirar de su cabello por haberlo hecho incómodo.

    —Mi padre volvió—Tommy por fin habló y la forma en que lo dijo fue casi como si estuviera escupiendo una verdad luego de horas de interrogatorio, Sascha lo miró de inmediato, provocando que sus miradas se cruzaran dolorosamente, pues aunque el gitano intentó volver a su expresión estoica, el alemán había logrado captar el brillo apagado en sus ojos.

DERNIÈRE DANSE ─── Tommy ShelbyWhere stories live. Discover now