🚬 03. En otra vida

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    SASCHA SOÑABA CON LOS MUERTOS. Soñaba con ojos azules topas, cabellos rubios perfectamente peinados, labios delgados y rosados, suéteres de lana grises, camperas de cuero y bufandas. Soñaba con que sus manos lo tocaban de nuevo y se sentía tan real como el viento que acariciaba con sus manos cuando las estiraba fuera de la cabina entre los guerrilleros cielos.

    Tommy le decía que en sus terrores nocturnos volvía a los túneles, Sascha abría los ojos devuelta a ese apetecible día de primavera que se volvió un infierno. Aviones ingleses y canadienses volando con su distintiva diana en las alas, así como a lo largo de su fuselaje. Balas de ametralladora rompieron el aire cuando la escuadrilla de Richthofen se abalanzó con la confianza de un león sobre los enemigos aliados. Ninguna maldición entre pilotos, sus combates aéreos siempre fueron respetuosos ante el pensar que sus aviones y armas ya hacían demasiado ruido.

    Pero ese abismal silencio se rompía tanto cómo sus nervios cada vez que Sascha veía el Fokker rojo cayendo en picada. Y el metal de su arma parecía resonar eternamente en su cabeza cuando caía de sus manos, tanto que ni siquiera sus gritos podían despertarlo. El terror se apoderaba de cada músculo en su cuerpo cuando finalmente la deriva, el estabilizador y su ala izquierda eran destrozados por una ráfaga de balas que no sabía de dónde habían venido hasta que estaba cayendo entre una nube de humo negro.

    ─ ¡Manfred! ¡Manfred! ─ y aun cuando era él quien estaba cayendo, seguía gritando su nombre.

    Entonces se estrellaba y despertaba... Sascha prefería revivir cada noche su último vuelo a los sueños que tenía de vuelta con el mismo piloto, porque era más doloroso para él despertar y darse cuenta que él ya no era real. Al menos no en el mismo plano de los vivos, todo por él.

    Y despertaría pensando "pude hacer más, pude hacer más". Esa mañana sucedió después que Isaiah lo despertara arrojándole algo de agua. Había llegado a dormir en su sofá, agotado hasta los huesos, sus músculos le ardían y rogaban por un descanso por haber estado cavando y enterrando toda la tarde con otros cuatro Blinders que Tommy le asigno para ocultar las armas del puerto de Charlie -quien no estaba muy feliz de verlo- y ponerlos en la tumba de un Daniel Owen; porque su compañero Danny "Proyectil", estaba perfectamente caminando por Londres bajo encargo, después de haber sido salvado por Tommy de la mafia italiana que quería su cabeza por haber asesinado a un barbero italiano en uno de sus episodios de neurosis de guerra.

    ─ Creo que le gustas.

    ─ No tengo idea de que estás hablando─ Tommy respondió tan monótono como sólo él podía sonar sin hacer sentir a la otra persona que estaban en una plática insignificante.

    Las últimas semanas habían sido de reflexión; por conservar las armas, por la creciente presión de mano de hierro del Inspector Campbell, por una Ada introvertida, pues era cada vez más ausente por los dominios de sus hermanos y por Grace Burgess -Sascha se había dado su tiempo de investigar con Harry al ver que su puesto como camarera superaba la semana, ya que su trabajo incluía la seguridad-.

DERNIÈRE DANSE ─── Tommy ShelbyWhere stories live. Discover now