🚬06. El país de los sueños

1K 149 31
                                    


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


    LA SANGRE SECA EN SUS MANOS y el olor metálico de pegado a su ropa no seguía siendo mejor que el de la pólvora, pero lo prefería, al menos no podía lavarse, obligando a Sascha a deshacerse de la ropa manchada cuando acababa, como si tuviera que cambiar de piel cada vez que arrojaba al fuego una camisa... dándole la impresión que podía borrar su crimen de la Tierra y la memoria, pero los que no podía desechar, se quedaban con él. Aunque así era su trabajo, un lavado de culpa constante, por cosas que quería hacer y otras que no tanto.

    Polly le había dicho que tenía un aura negativa la primera vez que lo conoció en la casa de apuestas y por meses, no lo dejó entrar a la casa Shelby hasta que lo llevó a las colinas donde una prima de la familia Barwell le hizo una limpia, asegurándoles que los malos espíritus se habían alejado. Sascha no era supersticioso, en su mayoría seguía siendo un hombre de ciencia que creía en lo que veía y cuando las pesadillas siguieron en su vida, no lo hizo cambiar de opinión, sin embargo, entre más tiempo pasaba con los Shelby, más dudaba.

     ─Manos de asesino─ había murmurado Pol en la noche entre sueños cuando dormían, el alemán la escuchó y no pudo dormir, por lo que había sido el primero en llegar con Curly para ayudarlo a arreglar los autos que llevarían a las carreras en Cheltenham.

    No era mecánico, pero había ayudado a arreglar aviones, así que sabía algo y cuando uso esos viejos conocimientos para evitar que Curly hiciera un desastre con el aceite, al menos hizo que Charlie se quedara callado en un rincón, viéndolo crudamente trabajar y conteniendo sus comentarios mordaces por su presencia.

    ─Le cambió el aceite y lo engrasó─ la voz de Charlie se escuchó a unos metros, pero no venía solo si el rubio seguía el sonido de los pasos, por lo que Sascha terminó de ajustar la tuerca de la llanta y le señaló a Curly un trapo, ya que sus manos estaban llenas de polvo y un poco de aceite.

    ─ ¿Y me llevará hasta Cheltenham, Curly?

    Tommy se quedó a medio paso cuando vio a dos figuras emerger del lado contrario del auto, siendo uno de ellos Curly y el otro Sascha.

    ─Con la llanta que tenías, probablemente te hubieras quedado varado en Bromsgrove─ el alemán bromeó y palmeó el capo del auto con orgullo─, ahora, puede que Grace quede impresionada.

    ─Hmm, no es a Grace a quien tenemos que impresionar hoy ─Tommy mencionó tomando la chaqueta y el sombrero de Sascha de una caja donde el rubio las había dejado para evitar que se ensuciaran.

    ─También será suficiente para Kimber, Curly lo dejó brillando como las lentejuelas de esas bailarinas francesas de cabaret.

   Tommy no pudo evitar una ligera risa mientras Sascha se ponía el saco, por lo que él alemán también sonrió, pensando que las sonrisas eran raras para muchos, pero no tanto para él y se sentía agradecido de ser no sólo el testigo principal de gesto, sino el motivo.

DERNIÈRE DANSE ─── Tommy ShelbyWhere stories live. Discover now