Cadenas de Herencia |Neji y Kikyō

Capítulo 35

Había caído la noche, el cielo se cernía de oscuridad, mientras las almas abandonaban sus cuerpos, miles de cuerpos que tras de sí, dejaban sus propias historias, historias que llegaban a su fin. Los demonios, criaturas llenas de maldad no sucumbían ante el miedo de las personas que sin tener idea de lo que ocurría, corrían despavoridos intentando resguardarse de aquella catástrofe, en un intento de salvar sus vidas.

Los ninjas, batallan arduamente contra aquel enjambre, algunos obtenían la victoria, otros solo conseguían ser cruelmente arrebatados de su existencia.

Si las naciones ninjas hubieran tenido ocasión de armar sus tropas contra las ambiciones del nuevo enemigo, habrían logrado defenderse con su propia fuerza militar. Pero lamentablemente, nadie se había preparado con anticipación para la batalla.

Naruto, Sasuke, Sakura, Lee y otros ninjas más; luchaban fervientemente. Entre Naruto y Sasuke habían logrado eliminar gran parte de ellos. Pero aún quedaban miles en los alrededores, con sus clones y en su modo Kurama, Naruto salvaba a cuántos aldeanos podía.

Kikyo también eliminaba cantidades de ellos, bastaba con lanzar unas pocas flechas para que los demonios fueran purificados y posteriormente eliminados. Pero aquello no era suficiente, necesitaba hallar el paradero del causante de dicho desastre. Ella sabía muy bien que él se ocultaría de ella. Por lo que lo primordial era eliminar a su «ejército».

Habían tomado esa decisión antes de salir de la guarida de Orochimaru. Naruto había ido con ella, pero tras la batalla que estaba teniendo contra un demonio bastante grande, Kikyo pudo percibir ligeramente el chakra de Naraku.

—Me adelantaré—le hizo saber mientras se separaba del rubio, el cual intentó detenerla, pero sin conseguirlo.

Kikyo corrió en dirección hacia aquel chakra, está vez estaba decidida, debía detenerlo a como dé lugar. Ya nada más importaba, había perdido el amor de Neji por su culpa, había matado a una de sus amigas, y ahora era el responsable de miles de vidas que se estaban perdiendo. Paró en seco al percatarse de alguien más, que al parecer la iba siguiendo y la había encontrado.

— ¿Neji? —Su rostro reflejó confusión por un segundo, pero luego fue disuelto por una expresión de felicidad reflejado en sus ojos cafés. Él estaba viendo, y estaba utilizando su Byakugan. Y lo que más hizo latir con fuerza su corazón; la estaba buscando.

Lo miró expectante, esperando que él le dedicara algunas palabras. Pero rápidamente borró esos pensamientos al recordar la situación en la que estaban.

—Kikyo, no pensabas esperarme—expresó como si estuviera indignado, pero su pequeña sonrisa le hizo entender a Kikyo todo lo contrario.

—Sabía que vendrías—respondió ella en complicidad, mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios rosados—.Siempre lo haces.

Él la miró aceptando que tenía razón, no importaban las circunstancias que los separaban, siempre conseguían encontrarse y él buscaría la manera de encontrarla y protegerla. Comenzó siendo una misión más de las muchas que había realizado como Ninja de Konoha y evolucionó tras muchos acontecimientos convirtiéndose en lo que eran en ese momento.

Las palabras sobraban, Kikyo ya le había dicho lo que tenía que decirle y aún no había obtenido una respuesta por parte de él, pero tampoco lo presionaba. Sabía que había prioridades, y en caso de que ella muriera esa noche; no se arrepentiría de nada.

Neji tragó saliva, era difícil serle indiferente a Kikyo, sobre todo cuando lo miraba de esa manera. Sus sentimientos eran confusos y no tenía tiempo a descifrarlos, pero sabía cuán importante era aquella joven de cabello negro para él, incluso en ese momento deseó revivir todo el amor apasionado que había experimentado junto a ella, y que lo había conducido a tomar decisiones irremediables. El tiempo no se podía devolver pero aún había un presente esperando ser escrito, ellos aún tenían una oportunidad, quizás la última de sus vidas, y él no se lo negaría.