Capítulo 32

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Hinata yacía acostada, en medio de la habitación, sus párpados cerrados y su piel pálida hicieron que Karin tragara saliva. Había trabajado arduamente en obtener un antídoto que contrarrestara el veneno, pero aún no conseguía que fuera tan potente como para que los daños causados en los órganos de Hinata fueran del todo reparados.

Kikyo había llegado hace algunas horas, también había sido tratada por sus heridas y apesar de su cansancio se encontraba acompañando a la pelirroja en el propósito de salvar la vida de Hinata.

Mientras aplicaba ninjutsu médico, la Hyüga abrió a la mitad sus párpados.

—¿Cómo está mi bebé?—dijo en un susurro cansado—.Quiero verla.

—Nació sana y salva—respondió Karin—.¡Es una pequeña muy fuerte! Felicidades Hinata. La verdad me hiciste pasar un buen susto. No debiste haber hecho eso—le regañó mientras meneaba un tubo de ensayo con un líquido verde claro.

—Está con Neji—le mostró una leve sonrisa—.Creo que ahora debes guardar energías para recuperarte, aún estás muy delicada—le hizo saber Kikyo con calma.

—Karin, podrías pedirle que venga a verme, necesito hablar con Neji-nissan.

Karin lo pensó por un momento pero no pudo negarse, así que dejó el tubo de ensayo y asintió para luego salir de la habitación hacia donde se encontraba Neji.

—Hinata, cualquier cosa que quieras decirle lo puedes hacer después, ahora es vital que recuperes energías—insistió Kikyo.

—Debe ser ahora—fue todo lo que respondió la Hyüga cerrando sus párpados. 

Kikyo la miró por un instante pero no replicó nada más. Las mujeres pueden ser tan obstinadas a veces. 

A la habitación hizo acto de presencia Neji teniendo en brazos a la recién nacida con sumo cuidado. Frunció sus cejas al ver a Hinata, se notaba con mejor semblante que antes, pero aún así, este era débil. Neji se posicionó a un costado de la cama teniendo en frente a Kikyo, que se encontraba al otro costado. La pequeña dormía plácidamente mientras el Hyüga la colocaba al lado de Hinata.

Hinata al notar la presencia de su hija, abrió nuevamente sus párpados para visualizarla y poder tener contacto con ella. Con ayuda de Neji la acercó hacia sí y una lágrima rodó por su rostro.

—Himawari—la nombró—.Mi pequeña Himawari.

«Perdoname» pensó mientras le acariciaba.

Neji bajó su vista, no sabía muy bien como sentirse. No entendía por qué Hinata había hecho eso. Por él ahora ella estaba en esta situación crítica, estuvo a punto de perder a su hija y aún estaba luchando por la suya. Se suponía que no debía ser así. Quién debía proteger al otro; era él, ese siempre fue su deber para con el clan, para con su familia.

Hinata intuyó lo que en ese momento Neji estaba pensando, entonces le habló directamente.

—Neji-nissan, no sabes cuanto me alegro de que hayas vuelto—sonrió con sinceridad—.Durante el tiempo que he estado aquí junto a Kikyo, Karin y los muchachos, he conocido todo lo que ha sucedido, esto me ha llevado a tomar una decisión—hizo una pausa para recuperar el aliento—Espero que la respetes porque también es una orden como parte de la rama principal—miró a Kikyo—.Aunque no me lo hayas dicho abiertamente sé que sabes la manera de eliminar el sello de mi clan—Kikyo bajó la vista apenada.

—No es un buen momento para hablar de eso—refutó Neji.

—Neji-nissan, no quiero que sigas teniendo que estar bajo el mando de nadie—a pesar de su condición Hinata fue firme en sus palabras, lo que hizo sorprender a Neji y a Kikyo—.Lo mejor es que aceptes que Kikyo deshaga el sello—dijo después de esperar que alguno de los dos contradijera su afirmación.

Cadenas de Herencia |Neji y KikyōWhere stories live. Discover now