Capítulo 19

21 3 0
                                    

Después de varias horas de viaje, Kikyo y Neji llegaron al país de los demonios. Kikyo se sintió nostálgica al volver a su tierra natal, recuerdos agridulces volvían a su mente. Le reconfortó saber que Neji estaba con ella, al fin volvían a estar juntos. Y aunque tenga que revivir recuerdos amargos del pasado, sentía que tenía las fuerzas suficientes para enfrentarlos. Porque ya no estaba sola. 

Se dirigieron hacia el santuario donde residía la sacerdotisa. Neji pensó que el lugar había cambiado desde la última vez que había lo visitado. 

Uno de los guardias nos recibió pidiendo identificación. De inmediato nos dejaron entrar.

—Siga Shion-sama la está esperando, usted debe quedarse aquí—comentó el guardia refiriéndose a Neji. 

Quiero saber qué es lo que tiene que decirte Kikyo—habló Neji mirando a Kikyo. Mientras recordaba la habilidad de Shion para predecir muertes.

—No te preocupes. Déjame hablar primero a solas—respondió Kikyo, dándole una mirada tranquilizadora. 

Neji asintió y luego Kikyo se adentró en el santuario, mientras era guiada por uno de los guardias. 

—¿Ha habido algún problema en el país?—preguntó la pelinegra

—No, todo ha estado en total paz desde hace varios años. Y gracias a habilidad del protector de Shion-sama, nadie más ha intentado matarla—habló el guarda con tranquilidad. 

—Ya veo—suspiró Kikyo. 

Kikyo prefirió no decir nada más, en cambio se dedicó a mirar el lugar. Ya podía sentir el chakra de dos personas, entre esas su hermano. Pero frunció el ceño por el otro chakra. 

Llegaron a un salón, en el cual estaba una mujer de cabello rubio claro, la cual estaba sentada, y a su lado Naraku que sonreía encantadora y siniestramente a la vez. 

La mujer volteo su rostro hacia el hombre de ojos rojos.

—¿Es ella?—preguntó con curiosidad. 

—Por supuesto que lo es—respondió sin mirarla. En cambio seguía con su mirada intensa sobre Kikyo. 

—Me retiro—comunicó el guardia. 

Kikyo seguía con su ceño fruncido. Había un chakra maligno que provenía de la sacerdotisa. Kikyo miró su abultado vientre. Intentando descifrar que ocurría. 

—Soy Shion la sacerdotisa de este país—se presentó la rubia, aunque parecía hacer un gran esfuerzo para hablar—.La razón por la que te he llamado, es que mi protector, aquí presente, me informó sobre tus poderes de sacerdotisa. ¿Esto es cierto?—preguntó haciendo una pausa, mirando a la pelinegra.

—Es correcto—respondió Kikyo muy seria. 

—¿Tu nombre es Kikyo?—preguntó la rubia.

—Sí. ¿Podría por favor ir al grano?—Kikyo detestaba estar tan cerca de su hermano. 

—M-muy bien…—Se quejó la rubia—.Voy a morir dentro de muy poco—anunció sorprendiendo a ambos pelinegros. 

—¿Por qué dices eso?—cuestionó Naraku. 

Aunque Kikyo se permitió dudar de su reacción. Realmente… si eso era cierto, seguramente tenía que ver con el chakra maligno que proviene de su vientre. Aunque nunca había visto algo así en su vida. 

—Lo he visto. Esta vez nadie me salvará de la muerte. Ni siquiera tú, sacerdotisa Kikyo— habló con voz ronca, pero llena de resignación. 

—Sabes muy bien que no siempre se cumplen tus predicciones—objetó Naraku—.Kikyo, tu podrías salvarla ¿no es así?—dirigiendo su mirada a Kikyo. 

Cadenas de Herencia |Neji y KikyōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora