Capítulo 29

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Kikyo despertó notando como primera impresión: estar encerrada en una celda como una prisionera. Sus manos y pies atados. No reconocía el lugar en el que se encontraba. Estaba oscuro y húmedo, no tenía idea de cómo llegó allí ni el porqué. Intentó zafarse de sus ataduras. Pero le resultó imposible. Llamó a gran voz por ayuda. Pero solo se escuchó su propia voz en un sonoro eco.

—No hay nadie cerca—reflexionó para sí misma. Buscó en sus recuerdos  la última escena antes de recuperar la consciencia entonces cayó en cuenta de lo que había ocurrido.

Aquella noche Hinata, Karin y Kikyo habían estado conversando hasta que decidieron irse a descansar. Todo estaba en completa calma y para el desconcierto de la Hyüga y la sacerdotisa no habían tenido durante esos últimos cinco meses pistas sobre el paradero de Neji.

Pero fue justamente cuando se empezaron a dirigir a sus dormitorios que Kikyo volvió a percibir la misma sensación del día en que Neji desapareció. Su reacción fue ligera pero las mujeres lo notaron.

—¿Ocurre algo?—preguntó Karin debido a su cambio de chakra repentino.

—Quédense aquí—les ordenó mientras empezaba a correr en dirección hacia donde percibía los chakras demoníacos.

—¡¡Kikyo espera!!— chillo la pelirroja sin éxito ya que Kikyo se había alejado lo suficiente.

Kikyo corrió y pronto estuvo alejada de la aldea. Sus finas facciones  reflejaban incredulidad por lo que pudo divisar y sentir. Un escalofrío recorrió su espina dorsal y sin verlo venir unos fuertes brazos masculinos la inmovilizaron, en un forcejeo rápido pudo distinguir las cualidades de su atacante. Ojos blancos como la luna llena que los iluminaba esa noche, sus labios finos ligeramente fruncidos formaban una línea que a la sacerdotisa siempre le había parecido increíblemente atractiva. Su piel pálida ahora se asemejaba con el color de su cabello antes castaño ahora plateado.

—Nej...—su voz fue apagada cuando un dedo en su frente le hizo perder la consciencia.

Ahora recordaba que Neji había vuelto junto a una gran cantidad de demonios que se esparcían por todos los lugares, se estremeció al recordar el cambio no solo de su aspecto, sino de todo su ser. 

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Mientras tanto, en un lugar no muy lejos de donde se encontraba la sacerdotisa se cernía una batalla. Por una parte Sasuke y por la otra el Neji de cabello plateado.

— Admito que esta es una buena oportunidad para definir de una vez por todas cuál es el mejor Doujutsu—comentó Sasuke mientras se colocaba en posición de combate.

—Concuerdo.

Mientras los ninjas combatían entre ellos, Naraku los observaba oculto desde lejos con satisfacción. Sería agradable para él ver cómo se matan entre ellos. Definitivamente era la mejor idea que había tenido. Pero entonces sintió que Kikyo había despertado.

Una hora antes de que empezara la pelea...

—Sasuke, Kikyo se fue, creo que está pasando algo. Siento numerosos chakras malignos en muchas direcciones—anuncio una alarmada pelirroja, luego de presenciar la repentina reacción de la sacerdotisa para posteriormente perderse en el bosque.

—¿Por dónde?—preguntó el de cabello azabache refiriéndose a la dirección de Kikyo. 

Karin le dijo la ubicación por la que Kikyo se fue, aún la podía sentir pero se había alejado mucho y ya empezaba perder su rastro, además que era bastante difícil seguirle el rastro con tantos ckakras a su alrededor.

Sasuke se apresuró a ir hacia donde Karin le había dicho, pero no halló nada más que la vista de las criaturas surcando por los cielos.

Neji había logrado esquivar su encuentro con el Uchiha, por lo que logró escapar llevando consigo a Kikyo inconsciente hasta una cueva donde permanecería encerrada. La ató de sus manos y pies y luego la encerró en la celda. En medio de su pensamiento trastornado por la manipulación del demonio en su interior, podría decir que era mejor que estuviera allí y no expuesta. 

Cadenas de Herencia |Neji y KikyōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora