Capítulo 33

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«Se dice que lo más valioso para el clan Hyuga no es su Kekke Genkai, es la familia»

—Kikyo... por favor, dile a Neji-nissan que no se culpe por nada. Yo al fin he aprendido a disfrutar y soy feliz. A Naruto-kun que... gracias por permitirme ser la madre de su hija y que me perdone... por habérselo ocultado—una lágrima rodó por su cien mientras Kikyo mantenía agarrada su mano y Karin intentaba salvarla—.Gracias Kikyo por enseñarme sobre el amor... y gracias Karin por siempre preocuparte por... Himawari—su voz se apagaba con cada palabra pronunciada.

—¡¡Hinata!!—gritó Karin con abundantes lágrimas en sus mejillas, con desesperación intentaba reanimarla. Kikyo le colocó una mano en su hombro, y cuando Karin le devolvió la mirada ésta con tristeza hizo un gesto de negación, ya no había nada que hacer.

Hinata se había ido para siempre.

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El ambiente era amargo, aparte de Karin, también Suigetsu lloraba a Hinata mientras intentaba consolar como podía a la pelirroja, que en poco tiempo se había apegado mucho con la Hyüga. Sasuke se mantenía apartado de los demás junto con Orochimaru, al parecer planeaban algo. Con todo el asunto de Hinata muchos de ellos se habían olvidado de la situación actual por la que estaba el mundo. Kikyo había cerrado el portal pero aun habían miles de demonios rondando y matando personas inocentes.

Kikyo se preocupó al no percibir a Neji cerca. De hecho, podía decir, que había salido de la guarida de Orochimaru. Decidió ir a buscarlo, no era buena idea dejarlo solo.

La muerte de Hinata significaba también que Konoha se involucraría directamente en la batalla contra Naraku. O al menos eso era lo que se esperaba. Pero Kikyo no quería ver más muertes. A Naraku no le temblaba la mano para matar personas inocentes, ya lo había demostrado. Permitir que siguieran  más víctimas en una batalla sin sentido alguno, era inconcebible. Si ella tenía que sacrificarse por evitar miles de muertes más, entonces lo haría. Era su deber.

Se acercó a Sasuke y Orochimaru. Los cuales hablaban entre ellos.

—Hinata ha fallecido—anunció ella y ninguno de los hombres, dijo nada al respecto.

—¿Y la hija de Naruto?—preguntó Sasuke mirándola.

—Ella está bien, logramos salvarla antes que el veneno le hiciera daño—explicó la de cabellos negros.

Sasuke no dijo nada más y entonces habló Orochimaru.

—¿Crees poder entrenar a mujeres para sacerdotisa? No podrás hacerlo todo tú sola—analizó el Sennin.

—Aunque pudiera tomaría mucho tiempo—dedujo Kikyo—,y eso es exactamente lo que no tenemos.

—¿Cuál es tu plan entonces?—replicó el hombre serpiente.

—Bueno... sin duda debemos acabar con Naraku. Y eso es algo que solo yo puedo hacer—Kikyō pensó en retirarse y buscar a Neji. Pero Sasuke la retuvo un momento más.

—No mueras.

—Creo que se podrían aplicar tus técnicas, pero eso tomará tiempo—enfatizó Orochimaru que había estado estudiando las técnicas de Kikyo, ignorando las palabras de los jóvenes.

—Naraku no es capaz de matarme, por eso debo hacerlo yo—respondió Kikyo a Sasuke. Luego miró a Orochimaru—.Hagan lo que crean correcto.

Se alejó de ellos en busca de Neji, tenía tantas cosas que hablar con él, la situación era difícil a más no poder, pero estaba segura de que él la necesitaba, aunque fuera un poco. Y si ella moría quería al menos poder decirle todas las palabras que había callado por tanto tiempo.

Cadenas de Herencia |Neji y KikyōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora