Ella sabe que está mal. Ella llora por las noches, sufre por los sentimientos que le abruman y desordenan la vida, sentimientos que comenzaron sin darse cuenta y se transformaron en algo que ni ella sabe descifrar.
¿Cómo poder superar algo que ni tu...
Hechos ocurridos antes del comienzo de la parte dos.
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1
Aquella noche
Palm Beach; Aruba, 2021.
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—¿En dónde está tu chica? —me pregunta papá, acercándose a mí en el bar del hotel en que nos hospedamos con el fin de pasar el año nuevo rodeados de la calidez de Aruba. Le hace una seña al encargado de los tragos y éste inmediatamente pone frente a nosotros dos vasos con whisky que papá me incita a beber.
Él y su familia se encuentran aquí, sin saber, que al otro lado del hotel, se encuentra mi madre y la familia de Victoria que viajaron junto a mí y Luciana para pasar las fiestas de fin de año. Mamá y él no se soportan, por lo que espero no se encuentren, confío en que por lo grande del lugar no lo hagan.
—¿Luciana?
Él asiente, bebiendo su trago de golpe. Su rostro no se contrae ni un poco al sentir el alcohol bajar por su garganta.
—No es mi chica —hago una mueca inconscientemente al decir estas palabras que causan tanto dolor en mí. Había intentado no demostrarlo frente a nadie, menos frente a papá, pero me tiene tan mal que nisiquiera puedo ocultar mi frustración— Es mi amiga.
—¿Amiga? Por Dios, no son unos jodidos niños —se burla, sin embargo, escucho cierta decepción en su voz al decir aquello, lo cual me asusta. Papá decepcionado no es algo digno de ver— Tienes que cogértela de una maldita vez. Ya verás que luego de eso correrá detrás de ti.
Todo en mi interior se contrae al escucharlo hablar así. De todas maneras, no soy capaz de decir nada.
—Vive en tu puta casa, Max. ¿Qué hacen allí? ¿No te gusta? —vuelve a pedir otro trago, esta vez más fuerte que el anterior, mientras yo apenas he tomado un sorbo del mío— Es linda, tiene buen cuerpo, ¿qué te frena de conseguir tu objetivo?
