Parte I: Capítulo ocho.

4.9K 312 68
                                    

III

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

III. Discusiones de medianoche

Montecarlo;
Mónaco, 2019.

Los incesantes murmullos de todos alrededor de Max y yo me comienzan a hartar. Hablan tantas cosas al mismo tiempo que apenas y puedo entender que dicen. No entiendo cuál es el problema aquí si la que está involucrada en los chismes de un tabloide soy yo.

—¡Ya cállense! —grito, molesta. El silencio se apodera del lugar, gracias a Dios, y lo disfruto— Esto solo nos incumbe a Max y a mí. A nadie más.

Charles niega con la cabeza, molesto.

—¿Algún problema, Charles? —le pregunto.

—No —dice desviando su mirada de mí.

—¿Hace cuánto están juntos? —pregunta Bianca, sin poder contener una creciente emoción. Siempre ha intentado buscar pareja para mí. Esto claramente le interesa.

Suspiro antes de responder— No estamos juntos. Solo salimos a pasear.

Max, que sigue a mi lado, toma mi mano y me aparta un poco de los demás para decirme algo. Por el rabillo del ojo puedo notar que Charles nos mira fijamente con los brazos cruzados sobre su pecho.

¿Qué le pasa?

—Prometo que podremos solucionarlo —murmura— Luego de unos días se cansarán de especular cosas. Aunque si te sientes demasiado incómoda puedo hacer que mi equipo nos respalde.

—No te preocupes. No hagamos esto más grande de lo que es. Ve a descansar. Gracias por todo.

Él me sonríe— Si necesitas algo puedes llamarme.

—Gracias —le devuelvo la sonrisa.

—Que te vaya bonito —dice Charles acercándose a ambos y me quita la gorra que Max me había regalado— Puedes llevarte tu gorrita.

Max frunce el ceño ante su acción, sin embargo no le dice nada. Ambos están frente a frente, mientras yo estoy en medio. Me siento tan inferior en esta posición.

—Es mía —se la quito y vuelvo a ponerla sobre mi cabeza— Adiós, Max.

—Adiós, Lu.

Se va de casa y me giro hacia mi familia y a Charles, especialmente hacia Charles. O sea, ¿qué tiene que ver él en todo esto?

—¿Qué fue eso? ¿Qué les pasa?

Todos comienzan a hablar nuevamente al mismo tiempo, provocando que mi cabeza comience a doler. Al final termino cansada de todos y me decido seguir a Max. Están todos tan inmersos en discutir que probablemente ni noten que me fui.

—¡Max! —lo nombro para llamar su atención. Camino lentamente con el fin de no pisar tan fuerte. El dolor en mi tobillo, a pesar de no ser tan intenso, sigue presente— No quiero molestarte, pero, ¿tienes algo que hacer ahora?

¿Cómo evitar un amor prohibido? Where stories live. Discover now