♡Capitulo cuarenta y uno♡

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Por favor, lean el final.

Croos
(5 meses después)

— ¡Candas! — grito ansioso.

Hoy al fin iremos con la doctora para saber que será el bebé.

Candas sale de la habitación, lleva una blusa holgada, últimamente usa ropa muy holgada, aún así muestra su precioso vientre.

Camina con cuidado: — Vamos tarde.

Ella gira sus ojos: —Croos, tenemos casi una hora para llegar...

— Lo se, pero ya quiero saber que será... Además, quiero preguntar el porque de sus rápidos latidos...

[...]

Entramos con rapidez al consultorio de la doctora, ella nos miro y sonrió.

— Al fin sabemos que sera — dijo alegre

Candas se recostó en la camilla y la doctora unto gel en su vientre, puso ese extraño aparato y comenzó a moverlo alrededor del vientre de Candas, su ojos se abrieron más de lo normal.

— ¿Todo bien? — pregunte preocupado.

— Ahora comprendo todo — murmuro — son dos — susurro como si fuera solo para ella misma — ¡son dos! — ahora grito.

Candas y yo la miramos confundidos: — ¿De qué habla? — preguntó Candas.

— Ahora entiendo porque el bebé estaba algo gordo, porque sus rápidos latidos... Es porque son dos, no lo habíamos notado porque sus bolsas están muy pegadas, y como eran muy pequeños no se veían.

Me quede en shock, dos bebés. De por si uno era difícil de asimilar, ahora no me imagino dos: — ¿Está segura? — pregunte y trague saliva en seco.

— Sí, las bolsas ya crecieron, y por lo que se ve los dos serán mellizos varones...

Candas miro la pantalla y se le resbalaron lágrimas de sus ojos: — ¡Son dos! — grito efusiva.

Yo aún no me movía, mire la pantalla, mi bebé... Bueno, mis bebés ya estaban más grandes, me siento estúpido, ¿cómo pude ser tan imbécil? Yo soy un licántropo, tengo el oído más desarrollado, y lo único que note fue los rápidos latidos, probablemente era porque eran dos, uno latía y después el otro, ambos se sincronizaban, y yo no hice nada por escuchar a mi hijo... Bueno, a mis hijos, confíe en esta moda de los ultrasonidos.

— ¡Croos — grito Candas y salí de mi trance — ¡Son dos! — grito con sus pupilas brillosas.

Sin darme cuenta, las lágrimas salían de mis ojos y acaricie el vientre de Candas, tome una toallita de al lado y la limpie, bese su vientre y con mis dedos lo acaricie.

— Perdoname por no haberte notado antes — me arrodille para estar más cómodo — pero eso no importa, mamá y yo te querremos por igual, no importa que sea uno extra... Ahora tendré a mis dos campeones — mis lágrimas rebalaban más — y a los dos los quiero como a nadie más... — lo volví a besar — los amo a los tres — dije mirando a Candas. Me puse de pie y mire la pantalla, puse una mano en el vientre, fije mis ojos en la pantalla y bese a Candas.

— Es genial — dijo con alegría.

— Gracias Candas, gracias por esto — bese su frente.

— ¡Seremos padres de dos en una sola vez! — grito alegre.

Hasta la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora