♡Capitulo treinta y ocho♡

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Croos

Beso a Candas con suavidad, pero una punzada en el pecho provoca que me aleje de ella.

— ¿Estás bien? — pregunta.

— Sí, es solo que me dio una punzada en el pecho, no es nada — respondí fingiendo tranquilidad.

— A la mejor es un mal presentimiento, ¿quieres volver a casa? — pregunta con rostro preocupado.

— Sí, además ya esta anocheciendo.

[...]

Llegamos a pie a la manada, me siento demasiado intranquilo, miro alrededor y no veo a nadie, ningún guardia, eso me parece sumamente extraño.

— Candas, ve adentro, iré a ver algo.

— Croos, te ves muy pálido, además estas sudando, en cualquier momento te puedes desmayar, iré contigo — responde firme.

— Esta bien — la tomo de la mano.

Comienzo a guiarnos hacia el jardín, tal vez sea una exageración ir hasta ahí, pero prefiero prevenir que luego lamentar con los hubiera.

[...]

Después de haber abierto los primeros pasillos, abro el último, algo malo esta pasando aquí, termino de abrir la puerta y quiero morir al ver lo que veo.

— Dime que es mentira — digo con el corazón a todo lo que da.

— Croos — dice él y miró como traga saliva con dificultad.

Me acerco con lentitud, no se ni que es lo que siento.

— Siempre fuiste tu... — murmuro cuando estoy frente a él, muevo mi cabeza y la veo — y tú... ¡Eres una traidora! — grito a todo pulmón.

— Croos, dejame que te explique — pide él.

— ¡¿Qué mierda me vas a explicar?! — grito — ¡¿Cómo me viste la cara de estúpido?! ¡Tu fuiste testigo de todo lo que sufrí, me viste llorar...! — grito y mis labios comienzan a temblar.

— No es lo que parece — dice él — yo solo pensé en ti...

— ¡¿Por qué lo hiciste?!

— ¡Por mi hija! — lo miro sin comprender — tuve una hija Croos, estuve juntado, tuve una vida y si, yo soy el maldito fenómeno que ha atacado a tu manada...

Niego con la cabeza: — Lo espere de todos menos de ti... — digo en voz baja — ¿por qué no me pediste ayuda?

— Porque se todo el miedo que le tienes... Y porque yo quiero ser quien acabe con Douglas...

Mis ojos se cristalizan: — Siempre has sido mi mejor amigo, eres el único que se quedo conmigo... Yo al menos lo hubiera intentado.

— Lo se, pero también se lo mucho que te lastimaría, solo pensé en lo mejor para ti...

— ¡¿Y como crees que me siento ahora?! — grito y las lágrimas caen — ¡me traicionaste!

— ¡Lo se! — grita él — pero fue lo mejor...

Las lágrimas ya caen sin detenerse: — Llevate lo que te tengas que llevar, no te detengo... — seco mis lágrimas y respiró profundamente — después vete, vete y no vuelvas más.

— Lo se, no te daré problemas, solo te aviso que iré directo a matar a Douglas.

— Haz lo que quieras — abrazo a Candas de la cintura y lo veo por última vez — adiós.

— Croos, lo siento, siento mucho todo esto — dice él — tu padre me separo de mi familia, me quito lo más importante que tengo, además, te lastimó, y la lastimo a ella...

— No era necesario que hicieras esto, solo debiste habérmelo dicho, yo te hubiera ayudado, jamás podre perdonarle lo que le hizo a ella, él se lo merece.

— Lo se.

— ¿Cuánto tiempo han estado juntos? — pregunte viendo a Rachel.

Rachel traga saliva: — Desde antes que termináramos — responde ella.

Niego con la cabeza: — Adiós.

— Adiós Croos, se feliz — dice ella.

— Adiós, amigo. — Dice él.

Adiós, Ediabrazo a Candas y ambos caminamos hacia la salida.

[...]

Ni Candas ni yo hemos dicho algo, solo estamos sentados en el césped del patio trasero de la casa, estamos mirando las estrellas y la luna menguante.

— No es necesario que te guardes todo — murmura.

— Es solo que no se que hacer, no se nada, verlo fue... Horrible, él fue mi mejor amigo, me vio llorar, me consoló, él sabia todo sobre mí, aunque eso no fue lo que más me dolió, lo que más me dolió fue que allá hecho esto a mis espaldas, no era necesario, esto sólo me demostró que nunca me considero su amigo.

— Tal vez no te quería lastimar.

— No es eso, simplemente ya tenia sus planes hechos, nunca existió nada: ni siquiera hubo intruso, no hubo amistad, no hubo confianza... Justo ahora no tengo a nadie, me he quedado solo.

— Estoy aquí, saldremos adelante...

— Gracias, gracias por quedarte — nos miramos como jamás lo habíamos hecho.

Nunca hubo nada, nunca hubo una persecución porque él sabia nuestros planes, sólo se reía de nosotros, esto solo me demostró que no hay amigos sinceros, tal vez si existan, pero a mi no me toco conocerlo, también me demostró que yo no nací para ser un buen líder, soy un fracaso en esto, y ni siquiera estoy interesado en intentarlo.

[...]

— Entonces, ¿siempre fue él? — pregunta Caín.

— Sí, Ediberto siempre estuvo detrás de todo...

— Vaya, todo comenzó por el imbécil que tenemos como padre, aunque ahora que lo pienso, entonces, ¿cuántos años tiene Edi?

— No lo se, pero estoy seguro que muchos — bebo mi copa de licor.

— Ni hablar hermano, me has dejado sin palabras, ahora dime, ¿qué piensas hacer? La manada necesita un beta.

— Piensa dejar todo — respondo y me sirvo mas licor — voy a dejar la manada, pero quiero que seas el nuevo alfa, tu lo harás mejor que yo — bebo el licor.

Caín me mira con sorpresa: — ¿Estás seguro?

— Cien por ciento seguro, tu sabes que yo jamas quise esto, prácticamente fui controlado, pero ahora que ya no tengo a nadie detrás de mi, puedo hacer lo que yo desee...

— ¿Qué pasara con Candas?

— Hablamos de esto anoche, ella esta de acuerdo...

— ¿Y la empresa?

— Yo me haré cargo de ella, es como un intercambio...

Caín suspira: — Esta bien, me parece una muy buena idea Croos, ¿cuándo se hará todo esto?

— Este sábado, es luna llena, el mejor momento...

Caín suspira: — Me alegra que hagas lo que a ti te gusta... Y lamento no haberte apoyado antes.

Niego con la cabeza: — Ambos estábamos aterrados, nadie tiene derecho a juzgarnos, nadie sabe por lo que hemos pasado... Nadie.

— Salud — pone su copa y ambos las chocamos brindando — por un mejor comienzo.

— Salud — y bebemos nuestras copas.

Hasta la eternidadWhere stories live. Discover now