♡Capitulo treinta♡

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Croos leía un documento sobre la empresa, bebió de su copa y se puso de pie. Unos pasos lo pusieron alerta e inmediatamente salio de su oficina, grande fue su sorpresa al ver a Candas con un vestido negro de brillantes, parecía como si fuera a una fiesta.

Croos se recargo en la pared y la miro: — ¿A dónde crees que vas? — preguntó asustando a Candas.

— Iré a bailar a un antro de la ciudad — respondió observándolo.

— ¿Con qué permiso? — preguntó Croos.

— Tu dijiste que yo podía hacer lo que quisiera con tal de no darte problemas — respondió irritada.

— ¿Sabes? Pareces una zorra así  — dijo con una sonrisa burlesca.

Candas sonrió con falsedad, no le demostraría que sus palabras le dolieron: — Gracias por tu opinión, pero no me importa — dijo sonriente.

Croos borro su sonrisa y camino hacia ella: — Eres una puta zorra, miras a mil hombres, ni que estuvieras tan buena, te acuestas con todo aquel que tiene pene entre las piernas... Ahora me avergüenzas mas.

Candas soltó una risa: — Si, tienes razón, adoro mirar a los hombres, soy mujer, tengo debilidades, y si mirar a los hombres me convierte en una zorra, entonces lo soy con orgullo, que yo sepa mirar no es un pecado, ni mucho menos tener pensamientos subidos, yo no estoy comprometida con nadie, si quiero revolcarme con el primer hombre que se me pare es mi puto problema... ¡Tu ya me tienes harta! — dijo casi gritando.

Croos trago saliva molesto: — Haz lo que quieras estúpida. — Dijo con desprecio notorio.

— ¡Ya me tienes harta! — grito — ¡Mierda, ya decidete! Me pides disculpas, tenemos sexo, te arrepientes, me odias, me humillas... ¡Mierda, basta! — grito. — ¡Ya estoy hasta la mierda de tu puto comportamiento! ¡El amargado eres tu, no yo! Yo aún quiero vivir... — grito respirando con dificultad.

Croos respiro profundamente: — Esta bien, vete y diviertete, por mi follate al que se te pare en frente — dijo y volvió a su oficina.

Candas suspiro, sobó sus sienes y camino a la salida, una lágrima se resbaló, la seco, pero mas lágrimas cayeron, camino sin rumbo fijo, con vergüenza y todo tenia que admitir que esperaba que la detuviera, no lo hizo, sonrió con lágrimas, fue estúpido pensar que haría eso.

Croos arrojo la botella de licor, sentía como su sangre se incendiaba como si tuviera fuego dentro, imaginarla con alguien mas, que alguien mas la tocara, que acariciara lo que era suyo por naturaleza lo mataba, ya no solo era deseo, era algo mas, y aunque le costaba admitirlo sentía algo mas por ella.

Sin resistirse salio de la oficina y corrió a la salida, saco las llaves de su bolsillo y se subió a su vehículo que siempre se encontraba en la entrada por cualquier emergencia, subió y arrancó a toda velocidad, su aroma no estaba lejos, la encontraría y la haría suya una vez mas, pero esta vez... Esta vez seria diferente, esta vez no seria  sexo... Esta vez le haría el amor.

[...]

Croos bajo casi corriendo del vehículo, corrió a la entrada del lugar, pago y entro, se sintió joven otra vez, el olor a alcohol, a sudor y a cigarro,inundo a su sensible olfato, intento evadir esos olores desagradables y se enfocó en el aroma de Candas, al mirar de donde provenía el olor esforzó su vista y miro a Candas, ella bailaba con un hombre, muy sonriente por cierto, Croos comenzó a sudar de mas, respiro mas agitado y apretó sus puños, poco a poco se fue acercando, sudaba cada vez mas, miro de cerca y el desgraciado tenia sus manos en su cintura.

Croos

Iba a matar al maldito que tentoneaba a "MI" Candas, el pretexto de hombre tenia sus manos en su cintura, empuje a toda aquel que aparecía en mi camino, a penas tuve al hijo de mierda en frente lo empuje y el hombre cayo al piso, espere a que se pusiera de pie, mire a Candas, ella me veía sorprendida, como si no creyera que estoy aquí, el hombre se puso de pie y sin esperarmelo me golpeó haciendo girar mi rostro, tampoco espere y le lance un puñetazo en el rostro, y así sucesivamente, el cayo al piso, me subí encima de él, y comencé a golpearlo, me puse de pie y ahora empecé a patearlo, solo veía sangre siendo escupida por él. Varios hombres de seguridad llegaron a detenerme, pero yo tenia más fuerza que ellos, finalmente termine tirándolos, y continúe golpeando al imbécil que con dificultad se ponía de pie, volvió a golpearlo y él nuevamente cayo al piso, esta vez pise con todas mis fuerzas sus manos, esas asquerosas y repugnantes manos que habían tocado lo mio.

— ¡Basta Croos! — grito Candas, voltee a verla y ella tenia lágrimas, patee por última vez al hombre y me acerque a ella.

— Bo-bonita, ¿estás bien? — pregunte con la respiración agitada.

— ¡Eres un monstruo! — grito con desprecio y salio corriendo.

Tarde unos segundos en reaccionar pero finalmente corrí tras ella, seguí su olor.

— Candas... — la tome suavemente del brazo y la gire para que ella me viera.

Ella lloraba y yo sentía un nudo en mi garganta: — ¿Q-qué qui-quie-quieres? — pregunto entre llanto.

— Yo... Quiero disculparme por lo que te dije... No era cierto... Te ves preciosa...

Candas se seco sus lágrimas, y río sin ganas: — Y ahí vamos de nuevo, me pides disculpas ahora, pero dime, ¿cuánto tiempo tardarás en hacerme daño otra vez? — pregunto mirándome fijamente.

Trague saliva con dificultad y con sorpresa lleve mi mano a mi mejilla, una lágrima mojo mis dedos, la seque y mire con tristeza a Candas: — Esta vez no sera así, lo prometo... — dije al borde del llanto.

Hace tanto que no lloraba, Candas me hacia sentir vivo otra vez, me encantaría decir en algún futuro que la amo, justo ahora seria ridículo decir eso, a penas la llevo conociendo unos meses, nuestra relación no ha sido la mejor, aún así, su esencia me tranquiliza, me hace sentir bien, no se que es lo que exactamente siento, pero si estoy seguro que esta vez si quiero descubrirlo.

Candas me miro y negó con la cabeza: — Esto es estúpido y masoquista... No quiero esto, yo quiero volver a mi vida, quiero salir con personas normales, quiero casarme y tener un lindo esposo... No quiero pertenecer a unos locos prehispánicos con costumbres raras... Yo no nací para esto — dijo ahora llorando mas.

Y de verdad que no se que demonios me sucedía, pero lo hice, hice algo que jamas creí que haría.

— No me dejes — rogué tirándome a sus pies, abrace sus piernas y me aferre a ellas.

Y como niño pequeño llore: — Dejame Croos... Te ves ridículo haciendo esto —dijo con na voz cortada.

— Se que no he sido el mejor, pero se que puedo cambiar, solo te estoy pidiendo una oportunidad... Solo una, si te fallo yo mismo te voy a dejar frente a tu casa — dije ahora abrazando su cintura y tratando de controlar mi llanto.

— E-esta bi-bien, pero quiero que me des tu palabra que si me fallas me iré — dijo alzando mi cabeza para que la viera.

Me puse de pie y la abrace: — Te doy mi palabra... Gracias — la alce del piso y le di una vuelta — no te vas a arrepentir — la alce mas y ella enredo sus piernas en mi cadera, la mire y ella aun tenia lágrimas, pero algo en ella había cambiado, no se que es, no tengo ni la menor idea, pero algo ya era diferente.

Y sin que me lo esperara ella enredo sus manos en mi cuello y me beso.

Hasta la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora