♡Capitulo veintisiete♡

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Narrador

Candas caminaba temblando, tenia miedo, ella no quería perder a Zack, amigos de toda la vida, novios, prometidos, tantas locuras compartidas... Y todo se había arruinado por un lobo estúpido.

Miro la puerta de lejos, la casa de Zack seguía igual, aunque el pasto había crecido un poco, aún permanecían bien las flores que ellos dos sembraron cuando eran niños, negó con la cabeza. Camino lentamente sabiendo que después ya no le quedaría nada, sus ojos se cristalizaron, ella respiro y detuvo las lágrimas que ya se han avecinaban.

Llego a la puerta, con todo el dolor de su corazón toco el timbre, unos pasos se escucharon, y al instante salio Zack, lo miro como el mejor de los tesoros, seguía tan guapo como siempre: traje bien planchado, cabello bien peinado, sin rastro de barba, la única diferencia fue esas terribles ojeras y su notoria delgadez.

Zack la miro sin creerlo, la miro de pies a cabeza, seguía hermosa, había perdido peso, pero seguía hermosa, su piel se veía más clara, sus ojos ya no brillaban como antes, sus cejas comenzaban a engrosarse a causa de no depilarse, pero seguía hermosa, su rostro seguía perfecto...

Sin esperar más la abrazo, ella sollozo y él no pudo evitar llorar. La amaba, la había extrañado tanto, no importaba nada... Él la amaba.

Croos miraba con rabia la escena, apenas Candas camino unos pasos él la siguió, se oculto en un árbol y podía observar muy bien la escena, a kilómetros se veía el amor que se tenían, Zack era demasiado guapo: ojos verdes, piel clara, cabello castaño claro, alto y con músculos visible, y un hombre de traje... Algo que él jamás podría ser.

Le hervía la sangre, ella lo abrazaba con tanto amor... Se veía muy feliz... Sin siquiera poder evitarlo comenzó la fiebre, su respiración se torno agitada, lo mejor era irse de ahí, esta vez no podría controlar su lobo, la última fue gracias a Candas, gracias a ella se controlo, se controlo de una manera que hasta a él le sorprendió.

Candas se calmó, se separo de Zack y lo miro: — Tenemos que hablar. — Dije un tanto seria.

Zack se seco sus lágrimas: — Pasa. — Los dos entraron, se sentaron en los sillones de la sala. — ¿Te ofrezco algo de tomar?

— No, gracias.

— Bien, dime...

Candas suspiro, sabia que era el final: — Antes que nada quiero disculparme contigo... Se que tu tuviste que dar la cara para suspender la boda, no se que decir, me sentí presionada, no se que me paso...

Zack suspiro: — No te preocupes, fue horrible todo, pero en fin... Te conozco de toda la vida, se que hay más, pero si no me quieres decir esta bien. — Zack se sentó a su lado, la tomo de la barbilla y la volteo para que se vieran, sus rostros estaban cerca, poco a poco se acercaron más, se besaron, se besaron con desesperación, un beso que era de despedida, un beso que lo era todo, Zack no espero nada, la sujeto de la cintura y la sentó en sus piernas, cada una de las piernas de ella a un lado de las suyas.

Metió su mano por abajo de su blusa, la había extrañado, no esperaría, si era un sueño quería disfrutarlo bien, Candas no se inmutó, inmediatamente le quito su saco y comenzó a desabrochar su camisa, ya tenía experiencia, muchas veces lo hacían cuando el volvía de trabajar, él le quitó su suéter, después su playera y comenzó a besar su cuello, noto una marca en el, una marca que formaba una luna llena, también podía verse una C en cursiva, como un tatuaje, aún hací continuó besándola, ya después le preguntaría, Candas enredo sus manos en su cuello, y acaricio su espalda... Lo extrañaba pero ya no lo deseaba.

Croos se retenía, no iría a detenerla, él sabía bien lo que pasaba adentro, su olor y el de él se mezclaban, respiro, se lo merecía, comenzó a caminar alejándose de la casa, si se quedaba ahí los mataría a ambos.

Hasta la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora