♡Capitulo treinta y dos♡

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Una disculpa por publicar tarde, es que estoy enferma, así que si el capítulo no es el mejor lo siento, pero después de su apoyo no podía dejarl@s así.

Croos

Tarde unos milisegundos en reaccionar pero finalmente me arroje a esa bestia. Salte y me puse encima de él, con una de mis patas le golpee en sus partes nobles y la pobre bestia cayo al lado.

Me di unos segundos de relajamiento, hasta que escuche el quejido de Candas, me puse de pie y trote con mis cuatro patas, me acerque a ella y la sangre se me heló, Candas tenia unos rasguños en la frente, resbalaba sangre, la mire con dolor e impotencia, si hubiera reaccionado mas rápido no estaría sangrando.

La bestia gruño y yo lo mire retador, mire a Candas, me acerque mas a ella y bese su frente con el contorno de mi nariz, ella sollozo y mi corazón se encogió, me separe de ella y le señale con la mirada al árbol mas lejano, ella asintió y comenzó a caminar con lentitud. Mire a la bestia, esta es la segunda vez en mi vida en la que siento tanto coraje, la primera fue en su muerte de ella, lo mire y yo, a su lado, era un simple perrito, pero el tamaño no importa, como pude moví mi cabeza y lo incité a la pelea, él se lanzo sobre mi y comenzó la disputa, su fuerza era asombrosa, sus colmillos eran demasiados filosos, siendo honesto dudo mucho que pueda vencerlo.

Era vuelta tras vuelta, él estaba sobre, lo mire y sus ojos se me hicieron muy conocidos, él se detuvo y nos observamos como si fuéramos amigos de toda la vida. Gruño y mostró sus colmillos listo para desgarrarme el cuello, con mis patas intente arrojarlo, pero era inútil, estaba perfectamente acorralado, miraba con horror como sus colmillos se acercaban, yo pataleaba y gruñía, si iba a morir al menos lo haría peleando hasta el final.

De repente, una enorme roca cayo sobre su cabeza distrayéndolo y dándome tiempo de arrojarlo, me puse de pie de inmediato y mire a Candas, tenía la respiración agitada y las manos raspadas, sonreí en mi interior, ella había arrojado la roca, volví a mirar a la bestia, él ya estaba de pie y me miraba furioso, esta vez tendría que ganar, el esfuerzo de Candas no sería en balde. Lo mire y estaba listo para atacar.

— ¡Espera! — escuche que alguien grito.

Gire mi cabeza y una hermosa mujer venía corriendo, tenía el cabello pintado de colores, su piel blanca realzaba al máximo sus extraños ojos azul cielo, su mirada era temerosa y su olor me era extraño.

— Él no hará daño, solo es una bestia que no se puede controlar, se nos escapo de mi aldea, menos mal que llegó con alguien fuerte — dijo con su voz angelical y se acerco a nosotros.

— ¿Quién eres? — pregunto Candas.

— Mi nombre es Atenas, pertenezco a la aldea de brujos que se encuentra cerca, estaba dándole de comer a las especies mutantes pero no me di cuenta y accidentalmente esta se me escapo.

Miro a la bestia y esta solo la miraba como si estuviera hipnotizado: — Deberías de tener mas cuidado, casi nos mata — dijo Candas irritada.

— Una disculpa, esta es una bestia mutante con una fuerza asombrosa, pero no es inmune a la magia, me lo llevare y le prometo que jamas lo volverá a ver. — Miró a la bestia con intensidad y la bestia se puso de pie y la siguió — hasta luego y una disculpa — dijo la chica y se fue.

Hasta la eternidadWhere stories live. Discover now