Hoseok pasó la noche alejado de Kihyun, quien estaba en una punta durmiendo al lado de Jooheon, mientras que él estaba en la otra. Mirando al techo, incapaz de dormir. Se preguntaba si era correcto llorar en silencio. Su cabeza estaba hecha un lío, Kihyun no hacía más que volver a cometer acciones estúpidas que no hacían más que lastimarlo y para colmo estaba en un lugar que no era su casa, sin poder regresar. Literalmente perdido, sufriendo por una persona cercana encaprichada por un pasado que ya no existe y no puede recuperar.
Todos los demás estaban durmiendo, se escuchaban los bajos ronquidos de aquellos hombres que estaban algo ebrios. Y si no lo estaban, se encontraban cansados. Hoseok estaba ebrio, con sueño, triste, pero no podía dormir. Un cansancio mental espantoso, que ni siquiera le permitía pegar un sólo ojo. Así que se puso de pie, caminó hacia la cocina en completo silencio y procurando no hacer un sólo ruido, y se sirvió un vaso con agua. Sentía esa necesidad de llorar, pero nada salía. Quería estallar, sin embargo no había ningún detonante. Era extraño. Los motivos para aislarse por un momento, lucir como un perro abandonado, eran más que suficientes, pero aún así su cuero y su mente no querían expresar toda esa mezcla de sentimientos que lo mantienen despierto a las tres y tantas de la mañana. Cuando todos duermen, cuando Kihyun está acurrucado contra el pecho de Jooheon por más que hace unas horas estaba junto con Hoseok besándose en el baño.
Eso era lo que más estaba presente dentro de su cabeza. El por qué Kihyun de repente actúa de esa manera, acercándose a él, haciendo insinuaciones o besarlo para luego marcharse. ¿Acaso no es consciente de que eso a Hoseok le jode bastante? No puede tolerarlo, y todas esas palabras que quería decirle antes de que salieran del cuarto de baño quedaron estancadas dentro de su boca. Quería escupirlas, pedirle a su mejor amigo de una puta vez que dejara en claro qué siente por él, por Jooheon, a quién quiere, por qué está actuando como un estúpido. Esta vez, no puede excusarlo. Porque antes fue directo, ahora parece una pelota de ping-pong rebotando en distintas raquetas.
—¿Pasó algo con Kihyun? —el susurro de una voz profunda se escucha detrás. Hoseok deja el vaso a medio tomar sobre la mesada, volteando para encontrarse con Changkyun apoyado contra el marco de la puerta. Sus ojos hinchados, su cabello despeinado, aún con mucho sueño.
—¿Por qué preguntas?
—Aunque no lo creas, los conozco. No cambian mucho a como fueron aquí—Changkyun se encoge de hombros, entrando a la cocina y toma un vaso de la alacena para servise algo de agua—. Entró al baño preocupado y luego salió triste, parecía que quería llorar. Después se llevó a Jooheon a su habitación.
Hoseok aprieta su puño para retener su dolor.
—No puedo dormir—trata de desviar el tema, no queriendo hablar de Kihyun. Mucho menos si tiene algo que ver con esta supuesta relación que tal parece ser que se está volviendo realidad.
Debe aceptarlo, el menor ya es como si en verdad fuera parte de este sitio y no parece querer regresar. Al menos no cuando está en brazos de su pareja, porque cuando está junto con Hoseok las cosas cambian. Quiere irse cuanto antes, evitar los lazos que ya están formados aunque él mismo lo niegue.
—Eso sólo me da a entender que sí pasó algo—observa Changkyun—. Anda, cuéntame. Somos amigos.
Las grandes manos del mayor pasan por su cabello tirándolo hacia atrás, suspirando con cansancio y se demora un tiempo en responder. Desconfía de este Changkyun en particular, cuyas orbes oscuras están fijas en él esperando a obtener alguna respuesta. Siente como si lo estuviera presionando a hablar, como si lo estuviera analizando y eso sólo lo intimida.
No sabe muy bien por dónde empezar, ni siquiera sabe si es correcto expresar que Kihyun engañó a Jooheon con la persona que el menor tiene adelante. Sólo se toma unos pocos minutos en reflexionar solo acerca de las palabras que puede usar y aconsejándose, o tratar de hallar una solución antes de comentarla y que este extraño conocido pueda ayudarlo a tomar una decisión. Y lo único que se le cruza por la cabeza es lo que Changkyun le comentó e la tarde que ambos estuvieron a solas yendo a cierto lugar.
—Tú no eres el Changkyun que conozco...—murmura. Misma voz, mismo rostro, misma personalidad. Pero no es lo mismo. Para Hoseok sigue siendo un desconocido—. Dijiste que sabes sobre cómo puedo volver a casa... ¿cierto?
—¿Ya quieren volver? —el más bajo y delgado de los dos abre sus ojos con sorpresa, incluso hasta no parece convencido de esta idea.
Changkyun le había confesado sobre que el tren del tiempo le pertenece a su mundo y él, al ser hijo de uno de los científicos que ayudó con la investigación de estos viajes, sabe cómo controlarlo. Pudo localizarlo y guiarlos hasta aquí porque Jooheon estaba desesperado en ver a Kihyun. Cuando le comentó sobre esto, muchas cosas comenzaron a cobrar sentido. El por qué en ningún momento apareció Shin Hoseok y Yoo Kihyun, el par de amigos que en verdad pertenecen aquí. También le contó la historia, algo que a Lee lo dejó con un nudo extraño en su estómago. Oír sobre su muerte, cuando en realidad respira, está vivo y siente todo a su alrededor, se le hizo bastante extraño. Y una vez Changkyun lloró porque lo extraña, acurrucándose en su pecho y sollozando su propio nombre, hizo que se sintiera como un fantasma.
Le calló ese balde de agua fría al recordar que él no tiene que estar aquí. Es una pieza sobrante en el rompecabezas de este mundo, no consigue encajar y desató todo ese malestar que ahora tiene.
Piensa que es momento de dejarlo a Kihyun. Aguantó mucho durante la depresión de su amigo, trató de ser paciente y acompañar, pero esta vez sobrepasó los límites. Aquí no puede ayudarlo, sólo se desgasta a sí mismo en la espera de volver a la normalidad con él cuando jamás hubo una colaboración. Parecía como si quería estar ahogándose en ese pozo oscuro, rodeado de teorías sobre la física cuántica. Fallando una y otra vez en el intento de descubrir la manera de viajar en el tiempo para traer de regreso a la persona que amaba, sin saber que la respuesta ya había sido resuelta. En otro mundo, y que sólo empeoraría más una amistad que ya se estaba desgastando. A Hoseok lo estaba agotando ya, intentaba esperar paciente pero acabó de esta manera, perdido en la infinidad del universo, viendo una vez más cómo esos sentimientos que estaban despertando, fueron rotos de nuevo sin importar lo que él sintiera al respecto.
Kihyun no lo escuchó en ningún momento, se siente un cero a la izquierda. Es momento que Lee lo deje ir, regresando solo a casa para dejar a su mejor amigo florecer como tanto quiso aquí y centrarse en sí mismo. Regresar con Hyunwoo, con Minhyuk, con su Changkyun. Regresar a los ensayos, a trabajar en el gimnasio, a componer. Ese era su lugar en el mundo y está comenzando a creer que su mejor amigo, tal vez, no fue hecho para formar parte de él. Y por mucho que le duela, cree que es así.
—Siendo sincero, quiero volver solo—confiesa Hoseok—. No soporto más estando con Kihyun, por su culpa acabé aquí.
—No me contaste qué pasó antes de que entraran al tren—dice Changkyun con calma, inclinando su cabeza en muestra de interés.
—Después de que Jooheon falleciera y Kihyun callera en depresión—esa parte de la historia ya había sido contada antes—, él se obsesionó con la física y la idea de descubrir la manera de viajar en el tiempo. Traté de apoyarlo, pero los últimos meses he estado cansado de que nuestras charlas fueran las mismas. Me estaba atando a Kihyun sin querer abandonarlo porque me sentiría una mierda si algo malo le pasara, y acabé peor en este viaje.
—¿Por qué?
—Antes de que saliera con Jooheon, él y yo estuvimos juntos—Hoseok suspira, como si se liberara un gran peso de encima—. Luego me fue sincero con sus sentimientos y quedamos siendo amigos. Pero ahora... no sé en qué demonios piensa. Se me acerca, me besa, me confunde y después se va sin siquiera mirarme a la cara.
—¿Eso pasó en el baño?
Hoseok asiente.
—No le diré a Jooheon—comenta Changkyun, tranquilizando al mayor—. Sin embargo, ¿por qué no lo hablaste con él?
—Lo intenté, pero simplemente no puedo—Hoseok dibuja una vaga sonrisa, harto—. Sería como seguir navegando en un mar de miel, no avanzaría en nada. Creo que es mejor dejarlo y ya, lo veo feliz cuando está con Jooheon.
Changkyun queda en silencio un momento, analizando las palabras que el hombre que lo acompaña le dijo. Durante este periodo, el chico pálido que estaba hablando antes aprovecha para añadir:
—No sé por qué estuve aguantando tanto, de todas maneras me hacía mal estar pendiente de que Kihyun no se lastimara o se quite la vida. Me dijo que no quería estar aquí, fui paciente una vez más. Hoy te pedí algo de tiempo antes de irnos porque quería ver qué era lo que realmente quería Kihyun. Por un lado me decía algo, pero actuaba de otra manera. Fue así siempre, me dejé llevar otra vez por sus palabras. Hasta ahora, creo que es mejor hacerle caso a sus acciones. Me cansé de darle oportunidades de superar una tragedia, me cansé de él.
Una vez le habían contado sobre la verdad del tren del tiempo, una máquina creada por dos mundos -el de Changkyun y Hyungwon- que habían sido conectados tras investigaciones, dispuestos a colaborar unos con otros, el menor le preguntó sobre si quería o no regresar a donde pertenece. Pues, de alguna manera, ambos estaban parados en la misma línea en cuanto a sus respectivos mejores amigos. Jooheon no está muy lejos a ocupar el lugar de Kihyun si hablamos de su obsesión. Hoseok prefirió esperar, una última oportunidad le daría a cierta persona. Si parecía querer volver, ambos se irían juntos después de confesarle este secreto, sin olvidar a Hyungwon. Y si no, se iría solo.
Hoy esa duda fue resuelta.
No merecía la pena seguir tirando de la cuerda porque de todas maneras iba a acabar perdiendo. Era mejor darse por vencido e irse por otro camino. Las chances ya estaban acabadas, hasta aquí había llegado. No quería volver a sentir a Kihyun sobre él, besándolo y mirándolo como si estuvieran hechos el uno para el otro, porque no lo eran. Más bien, en verdad parecían de mundos distintos. Y lo que más le molesta, es que no sabe exactamente lo que piensa Yoo porque no tuvo los huevos de ir de frente. Decía algo, pero hacía otra cosa totalmente diferente, contradiciéndose a sí mismo.
Mientras tanto, Changkyun desconoce qué más hay detrás de el resumen de la historia que Hoseok acaba de decirle, y entiende que no quiera indagar porque se siente incómodo al confiarle sentimientos y pensamientos más profundos a él. Así que intenta sacar sus propias conclusiones con la poca información, ya deduciendo que el mayor debe estar fuera de sus propios límites como para tomar la decisión de abandonar a su mejor amigo. No lo culpa de nada, ni tampoco está en el derecho de reprocharle. Al fin y al cabo, ambos comparten una posición algo similar.
—Kihyun al menos debería saberlo—es la conclusión a la que consigue llegar.
—¿Puedes decirle tú? Por favor—Hoseok luce angustiado, casi suplicándole a Changkyun que lo haga por él. Ya sabiendo que si cruza palabras con Yoo, sólo haría las cosas más difíciles. Prefiere evitarlo—. En serio ya no quiero saber más nada. Sólo quiero irme y ya. Si lo veo de nuevo, me voy a arrepentir y sé que eso no sería lo correcto para mí.
—Bien—dice Changkyun, no del todo seguro acerca de lo que le están contando—. Prepárate, nos vamos ahora que están todos durmiendo.
(...)
Son al rededor de las siete de la mañana cuando Kihyun abre los ojos. Dolor de cabeza, su boca seca, con sed y ganas de ir al baño. Mira a Jooheon a su lado, durmiendo plácidamente. Le siguen Changkyun, quien irrumpe el espacio de Hyungwon. Este último duerme en posición fetal, con su cabeza apoyada en el espacio vacío donde se supone que debería estar Hoseok. Kihyun sólo se pone de pie, yendo a la cocina. Se encuentra con dos vasos de agua sobre la mesada, uno vacío y el otro sin terminar, con las burbujas de oxígeno dentro debido al reposo. Toma el vaso vacío, bostezando, antes de abrir la canilla para enjuagar el recipiente de cristal y servirse agua. La frescura le quita la sed, pero las ganas de orinar aumentan. La puerta del baño cerrada, toca antes de entrar, pero no recibe respuesta alguna.
Hasta aquí, nada le parece extraño, salvo que cuando regresa al living con los demás chicos que se encuentran durmiendo, el espacio de Hoseok sigue vacío. No le da mucha importancia, acostándose a dormir un poco más y despertándose una hora y media después. Otra vez, ese lado de la cama está vacío, los demás duermen. Kihyun va a la cocina, a preparar el desayuno. En la cocina no se encuentra nadie y eso sólo lo extraña más.
Los minutos van pasando, uno a uno se van levantando lo demás hombres en la casa. Desayunan juntos, Kihyun los escucha hablar mientras dentro de su cabeza arma un monólogo para expresarle a Hoseok lo que siente. Las disculpas, de que le gusta, que Jooheon sólo le está llenando ese vacío de antes y que está fingiendo ser alguien de aquí. Que lamenta ser estúpido, que están juntos para apoyarse y regresar a casa. Eso y un montón de otras cosas más, dándose cuenta en su recapacitación de que está siendo un completo imbécil y que Hoseok está en todo su derecho de enfadarse con él, pero necesitan arreglar las cosas. Anoche, Kihyun escapó como un estúpido cuando fue el momento indicado de dejar sus problemas en el pasado.
Pero lo desaprovechó.
Bebe su café, escribiéndole mensajes, pero ninguno le llega. Entonces le marca, esperando la llamada. La voz de la operadora diciéndole que el número con el que intenta comunicarse no existe. Y su corazón se detiene. No obstante, tratando de lucir calmado, pregunta:
—¿Saben dónde está Hoseok?