Dankworth [+18]

MariaElenaJB tarafından

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¿Por que elegir amar a uno cuando puedes amar a los dos? El mayor amaba a la niña buena. El menor amaba a la... Daha Fazla

Sipnosis
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EPÍLOGO
NOTA
SEGUNDA TEMPORADA

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MariaElenaJB tarafından

Faltaban pocos días para regresar a Derby. No quería regresar, quería quedarme aquí. Este lugar era tan hermoso y mágico, tan irreal ¿Ya había dicho que estaba enamorada de Eslovenia? Por que lo vuelvo a repetir.

Magnus había bajado la guardia y al parecer estaba bien conmigo aunque aveces lo veía analizarme y no me molestaba por que no encontraría nada malo que no fuera mi desastroso pasado y procedencia. 

Hablando de procedencia...

Papá no respondía mis llamadas y mucho menos mamá. Hannah no daba señales aún de vida y estaba nerviosa respecto a eso. No quería ser yo quien la llamara, así que me tocaba esperar pacientemente a que ella me llamara a mi.

A pesar de que papá me dijo que no haría nada, todavía tenía mis dudas. El era posesivo y territorial. A pesar de que mamá se acostaba con quien sea que le diera muchos billetes, con tenerla bajo su techo y bajo su protección, era de el. Era extraña, muy extraña relación pero así funcionaban. Sabía que el estaba dolido e incluso indignado por haber sido dejado por haberse ido con Escorpión, digo ¿A quien no le joderia que su mujer se fuera con su peor enemigo? A cualquiera.

Muchas historias hay en el barrio sobre el por qué Escorpión y papá se odiaban a muerte y convivían en el mismo barrio solo por un tratado, pero todas coinciden en algo. Una muerte. De eso estaba segura, alguien importante murió y eso desató el odio entre ellos. Nadie sabía la verdadera historia y si se sabía se mezclaban con las demás. Papá nunca ha hablado de eso y una vez que le pregunté a mamá ella simplemente calló y me dijo que no me metiera en esas aguas por que aún seguían turbulentas. Solo sé que fue antes de que yo naciera, ya se podrán imaginar el tiempo que llevan odiandose.

Pasara lo que pasara yo había elegido el bando y ese era el de mi padre. Nací en Black Souls y a pesar de no estar dentro, le debo siempre mi lealtad. Esto será algo hasta la muerte. Naces dentro, mueres dentro. Hannah y yo lo sabemos muy bien, a pesar de huir y hacer nuestras vidas diferentes algo siempre nos ata a la pandilla y al barrio, y eso es la familia. No tenemos la mejor familia pero cuando se trata de elegir, nuestra lealtad siempre será para ella.

Lo sentía tanto por mi mamá pero ella traicionó a mi padre y con eso también me traicionó a mí. Ella llegó lejos y espero no se arrepienta de sus desiciones y vaya tras papá, por que ahí si sabrá lo que es tener una probada del mismísimo infierno. Papá enojado era el diablo encarnado y nadie se atrevería a meterse con el... Claro, excepto mi madre. Jamás le ha temido y creo que nunca lo hará.

Suspiro y masajeo mi cabeza. No quería volver a Miami pero esta situación me tenía de los nervios y no saber que estaba ocurriendo hacía que estuviera al borde de la locura. Necesitaba con urgencia saber que estaba pasando y Hannah no aparecía.

Tenía que ser paciente y esperar.

Paciencia. Paciencia. Paciencia.

Yo podía ser paciente.

—¿Ocurre algo, muñequita? —Alzo mi rostro y me encuentro a Malcolm mirándome extraño. — Te veo inquieta.

—Mis padres no contestan mis llamadas. —Digo una verdad a medias. — Me preocupa.

El me mira y me sonríe un poco para después sentarse a mi lado.

—¿Paso algo aparte de eso que te preocupa tanto que no te contestan? Cuando una de mis madres o mi padre no contesta es por que están ocupados, no quieren hablar conmigo o pasó algo grave que todavía no quieren decirme. —Me río por lo último dicho. Ojalá fuera una de esas opciones. Ellos me cuentan hasta lo que no deberían. El silencio es malo, muy malo.

—Ocupados tal vez. —Respondo a la opción a la que más se acerca. — Detesto cuando no me contestan, me hacen pensar que ocurrió algo malo.

—Yo también lo odio. —Me río de su cara fruncida y el sonríe al verme.

—Adoro tu risa y tú sonrisa, Abi. —El acaricia mi rostro y me sonrojo. — También amo cuando te sonrojas cuando te digo cosas lindas. Eres uno de los seres más tiernos y puros que he conocido. No dejes que nada destruya lo que eres, Abi. Y no permitas que nadie dañe tu hermosa alma.

Mis ojos se cristalizaron y quise gritar. Gritar que ya me habían dañado, que me habían arrebatado mi pureza y manchado mi alma. Gritar que a pesar que en el exterior estaba bien, por dentro había sido destruida y todavía quedaban cenizas. Por que el recuerdo había quedado impregnado en mí. Por que el recuerdo de haber despertado aquella mañana adolorida iba a estar en mi mente para siempre. Por que la evidencia nunca desaparecería. Por que estaba segura que nunca lo superaría y mi conciencia sería mi peor enemiga. Por que ellos dejaron una huella profunda e imborrable, y la vergüenza sería mi mejor amiga y compañera hasta el final de mis días.

—Tratare de protegerme. —Sonrio temblorosa y evito que piense mal. — Mírame. No puedo creer que tenga a alguien como tú... A alguien como ustedes a mi lado.

El me sonríe y limpia un poco las lágrimas que ya habían corrido por mis mejillas.

—Te veo, y veo a una pequeña pelirroja hermosa por dentro y por fuera, con una luz maravillosa que puede opacar a cualquiera. Te juro que si te vieras a través de mis ojos te enamorarias de ti misma todos los días... Al igual que yo.

Mi corazón se detiene y empieza a latir con rapidez.

El toma mi rostro con sus dos manos y me acerca para dejar un suave beso en mis labios.

—Por que sí, estoy condenado y perdidamente enamorado de tí, Abigail Russell. — Vuelve a dejar otro beso en mis labios y yo solo puedo estar en shock. — Y no hay nada en este mundo que no haría por ti ¡Joder! Solo fueron unos pocos meses para que me tuvieras besando el piso por el que caminas. Le agradezco infinitamente a Dios por que te hayas levantado tarde aquel lunes en octubre.

Mis lágrimas son incontrolables y me lanzo en sus brazos apretándolo fuerte.

¿Esto es real? ¿De verdad que es real? ¿El está enamorado de mí?

Recuerdo cuando Sander había dicho esas palabras y aprieto fuerte mis ojos. El no es Sander, el no es como Sander. Malcolm jamás me haría daño, ni me lastimaria. Podría esperarlo de Magnus por su actitud fría y desinteresada, pero nunca de el. Malcolm es el amor sincero que siempre espere de alguien. Es ese cariño que jamás me dieron pero siempre necesite. Su afecto, sus besos, sus abrazos, sus caricias, sus palabras, todo el, es lo que siempre quise. No hago de lado a Magnus, el es toda la protección y estabilidad que necesitaba
A su lado me siento invencible e intocable. Su firmeza, su dominio, su fuerza pero también sus detalles, sus presentes, su preocupación, me hacen sentir cuidada y protegida. Y sí, yo también estaba perdidamente enamorada.

Me separo de el en medio de lágrimas incontrolables por aquel fuerte sentimiento que inundaba mi corazón.

—Y-yo también estoy enamorada de ti, Malcolm. —Acaricio su rostro con mis manos temblorosas. — Me tienes, me tienes desde el primer momento en que choque contigo en el pasillo.

El sonríe con sus ojos cristalizados y me besa. Me besa con toda la ternura y el amor posible. Compartimos sentimientos y caricias inocentes que nos hace sonreír entre besos.

Nos separamos y el besa mi frente para luego pegar la suya contra la mía.

—Eres perfecta ante mis ojos y no importa qué, siempre lo serás.

Y le creí. Le creí cada palabra que me dijo esa tarde.

(...)

—Oh mi Dios. —Susurro cuando veo las diversas flores de colores y aquel verde predominante en toda el área.

—Necesito un área así en casa. —Malcolm y yo volteamos a Magnus y el nos ve serio. —¿Qué? Si lo quiero lo haré.

—No es eso. —Malcolm lo ve raro. —¿Ahora te gusta la naturaleza?

Magnus se encoje de hombros.

— Este lugar me da paz. Quiero uno en casa.

Magnus podía ser todo un hombre a quien temer pero cuando quería algo, parecía un niño caprichoso que obtendría lo que quiere si o si.

Ahora mismo estábamos en el Jardín Botánico de Liubliana. Esto era otro nivel de naturaleza. A donde vieras había verde, un verde vivo y brillante. El aire traía hacia mí el maravilloso olor de las plantas, flores y tierra húmeda, era fabuloso.

—Quisiera llevarme este maravilloso olor. —Ellos me observan raro.

—¿Qué? ¿No huelen? Es naturaleza pura, algo que no en todos lados encontrarás.

Ellos aspiran para después asentir y estar de acuerdo conmigo. 

—Mañana será nuestro último día aquí. —Suspiro con tristeza. — Iremos a un lugar especial de Eslovenia, fuera de Liubliana.

—¿Qué lugar? —Pregunto curiosa y Malcolm sonríe divertido.

—No te diré. Será sorpresa. —Sonrio y lo acepto. La última vez que me sorprendieron admire lo más hermoso que mis recuerdos tienen de Nueva Zelanda.

(...)

—¡Por favor! No será lo mismo sin ti. —Hago un puchero a Magnus quien vuelve a negar y se sienta. — ¡Magnus!

—Ya dije que no, vayan ustedes.

Suspiro y miro a Malcolm quien me espera descalzo.

—Vamos, muñequita. Deja a el viejo sentado y disfrutemos nosotros los jóvenes. —Magnus mira mal a su hermano pero no hace indicio de levantarse.

Vuelvo a suspirar y asiento.

Tomo su mano y nos dirigimos a los trampolines.

Estábamos en Woop! Trampolín Park. Un complejo deportivo lleno de trampolines, lugares para escalar y lanzarte, piscinas con esos cubos suaves, diversión pura.

Malcolm y yo empezamos a saltar y reír. El me empujaba y yo a él. Hacíamos piruetas en el aire y decidí lucirme un poco. Empecé hacer acrobacias recordando mis tiempos cuando era voladora en mis tiempos de animadora. Veo a Malcolm con su boca abierta mientras me mira. Hago mi última acrobacia y me dirijo a el.

—No tienes idea de lo caliente que fue ver eso. —Me río.

—Estarias ardiendo entonces si me hubieras visto en traje de animadora haciendo esas mismas acrobacias.

—¡Joder, Abi! ¡Necesito ver eso! ¿No tienes algún vídeo. — Me quedo pensante.

—No lo sé. Tendría que buscar.

—El que busca, encuentra. —Me vuelvo a reír y tiro de su mano para seguir saltando.

En una de esas dirijo mi mirada para ver a lo lejos a Magnus y lo veo hablando con una mujer. Me detengo de repente y Malcolm hace lo mismo mirándome confundido. El sigue mi mirada y ve lo mismo que estoy viendo.

—¿Qué diablos? —Susurra sorprendido.

Volteó a mirarlo y veo la sorpresa en su rostro. La conocen. A esa chica la conocen.

—¿Quién es? — Pregunto o más bien exijo.

El me mira y veo como seca el sudor de su frente y dirige su mirada a otro lado, está nervioso.

—Nadie del por qué preocuparse. — El agarra mi mano y me obliga a saltar. Me suelto y me cruzo de brazos, el vuelve a detenerse. —Abi, no es nadie. Estoy seguro que Magnus le pateara el culo en unos minutos.

—¿Quién es? — Vuelvo a preguntar y veo como su mirada se endurece, eso me sorprendió.

—No es nadie, Abigail. —Y eso lo hizo aún más. —Ahora, vamos a escalar.

Su tono volvió a ser dulce pero su mirada no.

Vuelvo a mirar a Magnus y su mirada ahora está en mi, está solo. Más adelante de el aquella figura esbelta y rubia se alejaba hacia la salida. Algo de ella se me hacía conocido y no recordaba de donde. Vuelvo a mirar a Magnus y el seguía con los ojos fijos en mí. Un jalón en mi brazo hizo que rompiera contacto con el y fuimos a la pared para escalar, pero ya mi ánimo no estaba ni cerca a como estaba hace algunos minutos.

¿Quién era esa chica?

(...)

Magnus había contratado una Van para que nos llevará a nuestro destino el cual quedaba a una hora. No tenía idea de a dónde nos dirigíamos pero mis ganas se habían ido desde ayer.

Todo nuestro ambiente había cambiado. Malcolm estaba distante y Magnus estaba tenso. Los dos se habían mirado y sus ojos dijeron tantas cosas que solo ellos podrían decifrar.

No volví a preguntar sobre la identidad de la chica. Si Malcolm no lo dijo, Magnus mucho menos. Había pensado en que tal vez pudo ser su ex pero si lo hubiera sido se que Malcolm me lo hubiera dicho, total ya sabía su historia, o eso creía yo.

Según escuche del conductor que hablaba inglés el viaje sería alrededor de cuarenta minutos o una hora. Iban veinte minutos de viaje y el silencio me estaba matando.

Saque mi celular y le envié a Ava. Teníamos días sin hablar.

Yo:
"¿Qué tengo que pensar si una chica misteriosa hace que un ambiente entre nosotros esté tan tenso?

A los pocos minutos recibí una respuesta.

Ava:
"Pues yo pensaría que se trata de la ex..."

"Pero tus novios son hombres serios, si algo les cambia el ánimo debe ser más serio."

"¿Pero que más serio que una ex que engañó?"

¿Y si, si era su ex?

Yo:
"Si fuera su ex, Malcolm me lo habría dicho"

"Me contó su historia ¿Por qué no me diría que la vió?"

Ava:
"¿A quien coño le gustaría que su novia viera a su ex?"

"Sería incomodo, además, tal vez no quieren que te pongas celosa o te molestes."

Pero algo no me cuadraba.

Yo:
"¿Entonces por qué están distantes conmigo? ¿Por qué Malcolm reaccionó mal al insistir saber quién era?"

El "escribiendo..." En el chat de Ava aparecía y desaparecía haciendome saber que a ella también le había sembrado la misma duda.

Ava:
"Solo te diré que te cuides por favor. Mantén los ojos abiertos, no quiero que rompan tu corazón."

"Cuando alguien reaccionó de esa manera conmigo, se trató de su amante."

"No digo que sea tú caso pero no está demás alertarse. Los hombres son todos iguales así que siempre es mejor prevenir que curar."

Eso hizo que mi corazón saltará y empezará a acelerarse.

¿Y si era su amante? ¿Y si estaban molestos por que ella se apareció estando ellos conmigo? ¿Ellos serían capaz de algo así?

Miro a Malcolm a mi lado y está concentrado en su teléfono con su ceño fruncido. Alzo mi vista hacia delante y veo a Magnus diagonal a mí también con su teléfono y puedo ver cómo está dentro de un chat escribiendo.

¿Estaría hablando con ella?

Decido averiguarlo.

Me levanto del asiento y me inclino hacia el, me apoyo en su asiento y rodeo mis brazos en su cuello. El se tensó y veo como baja su teléfono y oculta la pantalla contra su pierna.

—¿Ocurre algo?— Parpadeo rápidamente y evitó llorar ahí mismo.

—¿Cuánto falta? —Pregunto con voz aguda.

—Cuarenta minutos. Vuelve a tu asiento no sabemos que podría pasar. — Asiento y vuelvo lentamente a mi lugar. Solo puedo sentir mi corazón apretarse al ver como vuelve alzar su teléfono.

¿Será...?

Miro a Malcolm y el está concentrado escribiendo en su teléfono. Cierro los ojos y lo vuelvo a intentar.

Me acomodo y dejo caer mi cabeza en el hombre de Malcolm mientras suspiro, y como me lo espere... El bloqueo su teléfono y  lo ocultó entre sus piernas. El tomo mi mano y la acarició pero no me sentía cómoda. Aquella caricia fue tensa y actuada.

Cerré los ojos y no quise pensar. Solo no quería volver a ser engañada de nuevo, no lo soportaría. Así que con el dolor de mi alma, alcé mi barrera. No sabía que ocultaban pero Ava tenía razón. Era mejor prevenir que curar, y eso haría exactamente. Me protegeré y esperaré cualquier golpe inesperado, pero no dejaría que me volvieran a destruir.

Solo había pasado cinco minutos y estaba incómoda, me sentía extraña en su brazo. El estaba tan tenso que podía sentirlo ¿Le incomodaba que estuviera cerca de el? Me removi y me quite de se hombro para recostar mi cabeza en la ventana. No voltee a verlo, seguramente hizo lo mismo que Magnus. Cierro mis ojos y doy un pequeño suspiro.

Ahora quería irme y acabar con este viaje que al parecer terminaría mal. Todo por la sola presencia de aquella chica.

—¿Estás bien, muñequita? ¿No te sentías cómoda en esa posición? Puedes apoyar tu cabeza en mis piernas. La puerta es muy incomoda —Su voz suave entró por mis oídos.

No me sentía cómoda contigo querrás decir.

Ignoro su pregunta y hago como si no lo escuché. Me sentía incómoda desde ayer, necesitaba un descanso.

—¿Abi? —La voz de Malcolm vuelve a llamarme y abro los ojos para poder verlo. —¿Qué pasa?

Los observo por que los dos están con sus ojos en mi. Decido responder con la verdad.

—Eso me pregunto yo ¿Qué ocurre? —Los miro a los dos. —  Y no es que no me sintiera cómoda en esa posición... Estas tan tenso conmigo que ni siquiera me siento cómoda cerca de tí.

Malcolm se ve sorprendido ante mi respuesta que se queda sin saber que decir. Luego de unos segundos en que ninguno habló vuelvo a la misma posición de antes.

Relajarme. Eso necesitaba y lo único que podía darme un poco de tranquilidad era la dura y fría puerta. Cierro mis ojos y me concentro en mí, en mi aura, mi paz y tranquilidad interior que a pesar que estaba un poco irrumpida, recordé los ejercicios de la profesora Misty. Concentrarme en mi respiración. No pensar en nada que no sea yo y borrar todo lo que está en mi mente. Y funcionó como las anteriores veces. Me encerré en mi burbuja concentrándome en mí.

Esta era una de las cosas que le agradecía a Misty Brown. Ella es un angel sabio que entró en mi vida para guiarme. Me enseñó el arte de la relajación y el encuentro contigo misma. Recuerdo que fue mi profesora de primaria. La escuela a la que asistía estaba cerca del barrio y era aún territorio de Black Souls. Misty era  joven cuando empezó a dar clases, pero era inteligente y daba buenos consejos. Ella se encargo de guiarme todos esos años por el camino del bien. Me impulso a dar más de mi en mis estudios y me ayudó en cada paso para llegar lejos. Ella es otra persona importante para mí. Tenía mucho tiempo sin hablar con ella, me preguntaba cómo estaría. La última vez que supe de ella es que se fue de los territorios de la pandilla de papá y Escorpión, era entendible pero no se despidió. Esperaba que le estuviera llendo bien, ella era alguien que merecía mucho en esta vida.

Y desde aquí le agradecía infinitamente todos los conocimientos que me dejó por que sí, a ella es la principal persona que le agradecía por creer en mí.

Siento como mis ojos empiezan a picar un poco.

Ella de verdad creyó en mi con solo verme. Me dijo que tenía un futuro brillante y que yo misma me haría paso en el mundo y triunfaria como una de las mejores. Solo tenía seis años y aún lo recuerdo.

Todos en la vida necesitábamos a una persona como Misty. Alguien que crea en nosotros, vea nuestro potencial y nos ayude a llegar lejos.

Estuvo conmigo en mi graduación de primaria, lo estuvo en la de preparatoria y celebró conmigo mi beca en la universidad de Miami.

Merecía mucho más que un hombre que la golpeaba cada vez que le diera la gana. Y con todo mi corazón deseaba que donde sea que estuviera la vida le haya devuelto todo aquello que ella alguna vez dió y que también me diera la oportunidad de volver a verla y agradecerle todo lo que hizo por mi.

Me sobresalto cuando siento como alguien me mueve. Abro los ojos y me volteo, encontrándome a Malcolm quien me sonríe un poco y me alza para luego sentarme encima de él.

—No soporto verte ahí incómoda cuando puedes usarme a mí. —El toma mi cabeza y la coloca sobre su pecho. Empieza a acariciar mi cabello con una mano y mi brazo con otra.

El ya no estaba tenso ni nada. Estaba relajado y me lo transmitía por medio de sus caricias. No quería pensar en lo de antes así que solo me hundí más sobre el y cerré los ojos.

—Te quiero demasiado, muñequita. —Fue lo último que escuché antes de caer rendida sobre el.

(...)

Siento como me sacuden suavemente haciendo que me queje. Escucho una suave risa.

—Ya llegamos, muñequita.

Mis ojos se abrieron y me quito del regazo de Malcolm. Miro por la ventana y suelto chillido reír a Malcolm.

Rápidamente me bajo y camino a la orilla del lago.

No puede ser.

El lago de Bled.

Estaba frente al jodido lago de Bled que posee una pequeña isla en medio y una hermosa iglesia en ella. 

A mí alrededor había un denso bosque verde y podía oír el ruido de la naturaleza.

Pero mi vista no se apartaba de aquella impresionante isla.

Siento nuevamente la manipulación de mi pulsera y volteó a ella y puedo ver cómo Malcolm coloca otro dije.

—Para que nunca olvides que lo viste con tus propios ojos. — Mis ojos se cristalizaron al escuchar las mismas palabras que en Nueva Zelanda. Y es como todo lo de aquella chica y el auto desapareciera.

Ellos me querían y tenía que confiar en ellos.

Me lanzo en sus brazos y el me ataja apretandome a su cuerpo.

—Gracias. — Susurro a su oído.

El voltea su rostro al mío y deposita un pequeño beso en mis labios.

—Todo lo que quieras y desees estaré aquí para cumplirlo. —Lo vuelvo abrazar un poco más y lo suelto para ir hacia Magnus que no había dicho ni una sola palabra.

Lo abrazo fuerte y el me corresponde agregando un beso en mi cabello y una caricia en mi espalda.

—Gracias a ti también. — Digo mientras miro hacia arriba. —Te quiero.

El me regala una sonrisa de labios cerrado y besa mi frente.

—Para mi es el mayor de los placeres.

Ellos definitivamente son lo mejor que me había pasado en mucho tiempo. No se qué haría sin ellos.


Presiento que vienen problemas... ¿Qué creen ustedes?

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