Esta temporada será diferente, será desde la perspectiva de una chica llamada Hunter. Espero les guste y gracias por haber llegado hasta aquí.
11 años después.
Cada mañana es la misma situación, los gritos de mis padres suenan por toda la casa.
Me termino de arreglar el cabello para bajar a desayunar.
– Hunter ¿por qué no esperas a tu padre?- Dice mi mamá desde la cocina.
– Mamá, mi papá de seguro está haciendo negocios ilegales.
– ¡Cállate! Deberías de sentirte bien por tu padre, es el que mantiene esta casa.
– ¿Sentirme bien? ¿Por tener un padre que se dedica a prostituir mujeres y una hermana que se la pasa de compras? ¿Vivir en esta situación te parece bien? No mamá, no lo denuncio por que se que me mataría, a mi padre no le importa que yo sea su hija, a la única que ama es a mi hermana, ni tú me quieres.
– Sabes que mejor ya vete.
– Si, es lo que mejor sabes hacer mamá, huir de los problemas, a veces le tengo miedo a mi padre...
– Pues si no te gusta como somos tu padre, tu hermana y yo ¿por qué mejor no te buscas un lugar donde dormir?
– Sabes, tienes razón, buscare un empleo y me iré de esta casa.
– Es una idea estupenda.
Salí de mi casa.
Comencé a llorar.
Sentía tanta ira por la familia que me había tocado.
Llegue hasta la cafetería donde solía ir desde que tenia 11 años, ahora ya casi cumplo 18, para ser precisos faltan dos años.
– Hola Antony.- Salude al chico que ahí trabajaba.
– Hola Hunter ¿que te trae por acá?
– ¿Crees que el dueño tenga empleo para mi aquí en la cafetería?
– Hunter solo tienes 16 años ¿para qué quieres trabajar?
– Mi madre me corrio de la casa, tengo que conseguir un empleo y un lugar donde vivir.
– Deja hablar con el dueño, espera.
Pasaron unos minutos hasta que regresó.
– ¿Que dijo?
– Mañana empiezas y por el lugar donde te quedes, en el edificio donde vivo hay un departamento disponible, yo hablo con la dueña.
– Muchas gracias Antony.
Dos años después.
Ya tengo dos años sola viviendo en un departamento.
Mi cumpleaños número 18 me la pase en el trabajo y los chicos de la cafetería me regalaron un pastel, Antony me regalo un libro, sabe que amo la lectura.
Estoy intentando entrar a la universidad para así poder terminar mis estudios.
Ya envié solicitud a dos universidades.
Me gradúe con honores de la preparatoria, tal vez me den una beca en una universidad muy prestigiosa, pero para eso necesito aprobar el examen que harán.
Estoy tratando de estudiar para el examen que tendré mañana.
Empieza a sonar ruidos en el departamento de enfrente.
El ruido me desconcentra.
Dejo el libro que tengo en las manos y me dirijo hasta el departamento.
Tok tok.
Toco la puerta para que habrá.
Sale un chico de cabello rubio, pecas por gran parte de su rostro y ojos verdes, este trae una gorra y una camiseta negra.
– ¿Qué quieres?-Pregunta.
– Podría por favor bajarle a su ruido, estoy tratando de estudiar.
– Mire no es mi culpa, pague renta como todos aquí y solo quiero hacer mis cosas sin que una loca venga a decirme que hacer y que no. Adiós.- Cierra la puerta en mi cara.
– ¡Idiota mal educado!-Gritó.
– ¿Qué sucede Hunter?- Pregunta Antony quien viene con unas sodas y una bolsa de frituras.
– Te cuento adentro, vamos.
Pasamos al departamento.
– ¿Quién se mudó al departamento de enfrente?
– Un chico, creo que es hijo de un doctor muy importante en uno de los hospitales del pueblo.
– Está haciendo mucho ruido, no me puedo concentrar en mis estudios.
– Ay pero es muy guapo ¿no lo crees?
– Antony, dios mío, y obvio no es guapo, es un mal educado.
– Ay chiquita ya quisiera yo tenerlo de vecino y no al idiota de mi ex.
– ¿Volviste a terminar con el?
– Si, definitivamente no es mi tipo.
– ¿Entonces quien es tu tipo?
– Así como tu vecino.- Nos miramos y ambos reímos.