¡No Soy un Chico!©

~Capitulo #139~

Nos separamos.

—Lo siento Anett, eso no debió pasar.-Dijo Benjamin.

–Tienes razón, mira tú dormirás aquí en el sofá.-Dije y me retire hacia mi habitación.

Por todo esto qué pasó ni cuenta me había dado que no había ido por mi celular.

Tome uno que antes tenía, lo encendí para llamar a Mauricio.

Lo llame más de cinco veces y no respondió a ninguna llamada.

Minutos después recibí un mensaje.

Esposo❤️: Estoy ocupado no estés molestándome Anett.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, él jamás me había respondido así, en ocasiones le llamaba para saber cómo iba su día y siempre me llamaba para decirme que estaba ocupado y que me amaba.

Baje a la cocina por un helado que tenía en la nevera.

Me senté y lo comencé a comer.

–¿No pudiste dormir?-Pregunto Ben desde el umbral de la puerta.

–Mauricio me respondió de una manera muy fea.-Dije y me eché a llorar como una niña pequeña.

Benjamin me abrazo.

–Anett, él debe de estar muy ocupado, entiéndelo.-Dijo tratando de animarme.

–Es que él siempre me responde, y si esta con otra mujer.

–Alto ahí, tienes que confiar en el Anett.

Tal vez Benjamin tiene razón, debo confiar en Mauricio. Esta trabajando.

Subí hasta mi habitación, coloqué en mi cara una manta y me quedé dormida.

(...)

–¡YA BASTA!-Escuche un grito desde la planta baja.

Baje rápidamente y era Benjamin discutiendo con un hombre alto que vestía un traje muy elegante.

–¿Qué está sucediendo aquí?-Pregunte.

–Así que ella es Anett Wishaw, esposa del gran Mauricio Collins.-Dijo el hombre acercándose a mi.

–¿Quien es usted?-Pregunte frunciendo el ceño.

–Mi nombre es Hans Daer.

–¿Daer?-Ese apellido se me hacía conocido de algún lado.

–Así es señora Collins.

–¿Qué es lo que quiere?

–Este hombre me debe muchos favores, vengo a cobrarlos todos.

–¡Estás loco yo no te voy a pagar nada!-Grito Benjamin.

–No lo harás, esta bien.-Dijo mientras se acercaba a mi.

Me tomo en brazos, yo forceje para que me bajase pero él era muy fuerte.

–¡BÁJAME!-Grite.

No obtuve respuesta alguna.

Me tapo la boca con un pedazo de tela que saco de su bolsillo.

Mis ojos se cerraron.

(...)

Abrí los ojos percatándome de que estaba en un lugar muy oscuro.

–¿Hola?-Hable para saber si alguien más estaba conmigo.

–Conmigo no se juega.-Habló el hombre.

–Yo no tengo que ver nada con Benjamin y sus malas decisiones.-Dije mirando a la nada.

–Benjamin me contó mucho de ti y por lo que me enteré él te considera una persona muy importante en su vida.

–¡Diablos!

–Eres una joven muy guapa, veo que para eso Benji no tiene malas decisiones.

–Habla de mi como si fuese un objeto.

–Las mujeres son un objeto para nosotros los hombres, no me mal entiendas, son objetos muy bellos a los qué hay que apreciar.

Las palabras y el comportamiento de este hombre me atemorizaba demasiado.