¡No Soy un Chico!©

~Capitulo #142~

1 mes después.

Ya pasó un mes desde que estoy aquí prácticamente secuestrada por este hombre.

Todas las mañanas es la misma rutina.

Mauricio no se ha dignado en buscarme.

–Anett.-Me llamo el hombre.

–¿Qué sucede?-Pregunte mientras me levantaba del suelo, ya que mi pasatiempo era leer los libros que había en la biblioteca de la casa.

–Tereza se irá por un par de semanas y quiere hablar con ambos.

–Ahora bajo.

–¡AHORA!

Su voz me atemorizaba demasiado.

Obedecí y baje junto a él.

–¿Qué sucede señora Tereza?-Pregunte acercándome a ella.

–¿Hans podrías dejarnos un par de minutos a solas?

–Si, estaré en mi habitación.-Dijo y subió por las escaleras.

–Anett, querida, te pido por favor trates bien a mi niño Hans.

–¿Qué? Pero señora el es el que me trata como una basura.

–Lo se, mi niño no está bien de su mente, por eso te pido que por ningún motivo lo hagas enojar, sigue todo lo que te diga, obedece cada cosa que te ordene y por lo que más quieras no entres a la habitación que está a lado de la de Hans.

Recordé que yo ya había entrado ahí. Gracias a Dios el no se dio cuenta.

–Esta bien, haré todo lo que él diga y no entraré ahí.

–Yo regresare en dos semanas, cuídate mucho y cuídalo a él por favor.

¿Yo cuidar a un hombre que es peor que un delincuente? Creo que el puede cuidarse solo, es más, nadie se acercaría a él, es atemorizante.

–Esta bien.-Asentí y me fui corriendo de nuevo a mi habitación.

–¡Alto ahí!-Dijo el hombre deteniéndome.

–¿Qué sucede?

–Necesito hablar sobre unas cosas contigo.

–Esta bien.

Espere por varios minutos en lo que el se despedía de la señora Tereza.

(...)

–Muy bien, ven aquí Anett.-Dijo mientras señalaba uno de los sofás.

–¿Qué sucede? ¿Ya me dejará ir?

–No, no tienes tanta suerte.-Dijo riendo.

–Entonces ¿que quiere?

–Quiero que me hables de tu familia.-Lo mire sorprendida.

–¿Para que?

–Necesito saber sobre la familia de mi nueva prometida.-Lo mire, podía sentir como los ojos casi se me salían de la impresión ante sus palabras.

Reí.

–¿Qué? Esto debe ser una broma.

–¿Ves que me estoy riendo?

–Yo no puedo ni quiero casarme con usted.

–Tú harás lo que yo te diga y ordene Anett ¿te digo por que?

–Dígame el porque.

–Por la sencilla razón que yo te compre, yo le ofrecí una fuerte suma de dinero a tu esposo... ahora ex-esposo Mauricio Collins.