~Capítulo #155~

117 10 5
                                    

Llegue a casa y estaba ansiosa por contarles la buena noticia a todos.

– ¡Consegui en trabajo!- Grite.

Todos festejaron conmigo.

– ¿Donde trabajarás?- Pregunto Alexis.

– En el Hospital San Andrés.

– No, ese hospital es para personas con mucho dinero, trataras con personas odiosas.

– De hecho seré la secretaria del Doctor Stephen More.

– Buscare una foto en Google.- Dijo Caín.

Comenzó a Googlear.

– No es muy viejo, es joven, cabello castaño y ojos azules, aunque algo payaso.

– Es guapo.- Dijo Caín y Alexis lo miró extraño.

– ¡Oh vamos! Se apreciar la belleza de otro hombre, eso no me hace homosexual.

– Claro que no.- Dijo Alexis.

– Pero Anett, es casado.

– Cain y eso a mi me importa ¿por qué?...

– Porque podrías tener una bonita relación con un hombre guapo, inteligente y millonario. Y no con uno que...

– Esta bien no te preocupes, la verdad no quiero pensar en más cosas que juntar dinero para mi divorcio y para poder ayudar a mi padre, desde hace unos meses se que esta teniendo problemas económicos.

– En eso Anett tiene razón.- Dijo Alexis.

– Chicos es hora de cenar, tu padre quiso ir a un Restaurante en un lugar muy costoso, le dije que prepararía yo la cena pero insistió, así que vamos chicos.- Dijo la mamá de Alexis y Caín.

Me parecía una señora muy amable y linda.

Todos subimos al auto y nos dirigimos al lugar.

Llegamos al lugar, todo era muy bonito.

Nos sentamos todos en una mesa.

– ¡Mierda!- Grite por lo bajo.

– ¿Qué sucede?- Pregunto Cain.

– Mi nuevo jefe, está llegando al restaurante.

– ¡Hey Stephen por aquí!- Grito el señor Mauricio.

Alexis, Cain y yo nos miramos.

– Mauricio ¿qué tal? Tanto tiempo sin verte.

– Lo sé, siempre te la pasas salvando vidas amigo.

– Y tu en tu oficina.

Ambos rieron.

— Ellos son mis hijos Alexis y Caín, y ella es Anett, es hija de la madre de Demian, la siento también como parte de mi familia.

– Ya había tenido el placer de conocerla.

– ¿En serio? ¿Dónde?

– Yo seré su secretaria.- Dije y sonreí.

– Muy bien, ¿gustas acompañarnos a cenar?- Dijo el señor Mauricio.

– De hecho solo venía por una copa al bar ¿gustas tu acompañarme? Claro, si tu familia te da el permiso.

– Ve cariño, para que platiques con tu amigo, nosotros cenaremos.- Dijo su esposa.

– Gracias cariño.- Dijo y se retiraron.

– Es un escándalo.- Dijo la señora.

– ¿Por qué señora?- Pregunte.

– En primera llámame Amelia, lo decía por que no vino acompañado de su esposa, muchos dicen que el señor More es homosexual.

– Mamá, eso es mentira.- Dijo Alexis.

– Bueno, es verdad, no podemos llevarnos por lo que dicen las personas.

Todos comenzamos a cenar.

Alexis y Caín también fueron al bar al igual que Amelia.

Yo me quedé en la mesa.

Al finalizar todos regresamos a casa.

Me senté en el borde de la banqueta.

– Anett ¿qué sucede?- Pregunto Amelia.

– Estoy demasiado confundida.

– ¿Por Hans?

– Si– comencé a llorar– Lo quiero, pero es que me hizo tanto daño, siento que lo necesito, que nunca podré estar sin él.

– ¡Oh cariño! Él no puede ser parte de tu vida, por que el solo te está haciendo daño, no puedes permitirlo, tu eres una mujer que vale mucho, por lo que tu padre nos contó, has arriesgado tu felicidad por el bienestar de tu familia, pero ahora te toca buscar tu felicidad.- Dijo apuntándome.

– Yo solo quiero ser feliz conmigo misma Amelia, hasta este punto siento que me odio. Me odio por no ser suficiente para alguien.

– Mañana ve al trabajo, distraerte te hará bien cariño, y en la noche te invito a un lugar secreto.

– ¿A dónde?

– Tu solo confía en mi.

Entro a la casa.

Tenía razón, debo ser feliz.

¡No Soy un Chico!©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora