~Capitulo #138~

154 12 0
                                    

3 años después.

Bajo las cosas del auto para después meterlas dentro de la casa.

–Cariño, saldré a un viaje de negocios.-Dise Mauricio mientras me ayuda a cargar todas las bolsas.

–¿Cuantos días saldrás?

–Será una semana y media.

–Esta bien amor, te extrañaré.-Dije y lo abrace.

–Y yo a ti hermosa.

Nos besamos.

–¡Mierda!-Grito.

–¿Qué sucede?

–Olvide mi celular en el súper mercado, iré por el.-Digo y salgo de la casa rápidamente esperando a que mi celular esté en el lugar donde lo olvide.

Voy conduciendo un tanto rápido, una lata de refresco cae y sé derrama.

Me estiro para tratar de alcanzarlo, bajo poco la velocidad, cuando siento que arrollé algo.

Bajo rápidamente muy nerviosa y preocupada.

–¡AY NO, SEÑOR!-Grite, había arrollado a un señor.

Llame a una ambulancia, la cual tardó unos minutos.

El joven se comenzó a levantar.

–¿Diablos que me pasó?.-Esa voz.... era su voz.

–¿Benjamin?-Pregunte mirándolo con asombro.

–Si... tú quien... Anett.-Dijo mientras se levantaba.

Se tambaleó un poco.

–Hey espera no te levantes espera a que llegue la ambulancia.-Dije tomándolo del brazo.

–De acuerdo, lo que la señorita diga.

Tardaron mucho.

–¡Al diablo yo te llevare al hospital! Sube al coche.-Dije mientras abría la puerta para que Benjamin subiese.

–Si hubiese sido una herida más grave hubiese muerto ya, que incompetentes.-Dijo y reí.

–Oye no rías, es algo serio.

–Es que lo dices de una forma muy graciosa.

Conduje hasta el hospital.

Bajamos y lo lleve hasta adentro.

Una enfermera nos pasó a una habitación para hacerle curaciones.

Le enyesó un brazo y le curó una herida en su frente.

–Que suerte que no pasó a mayores.-Dijo la enfermera.

–Por poco y me mata esta señorita.

–¡Oh Dios mío!-Dijo sorprendida la enfermera.

–Que mentiroso eres.-Dije mirándolo molesta.

–¡Ay me duele mi brazo!-Dijo Benjamin llorando falsamente.

–Tonto.-Dije mirándolo mientras sonreía.

–Que bonita pareja hacen, ¿cuanto tiempo llevan de noviazgo?

–No...

–Dos años, ya casi nos vamos a casar.-Dijo interrumpiéndome.

Lo mire con desaprobación.

–Que lindos, espero y duren juntos para toda la vida.-Dijo la enferma y salió.

Salí muy molesta.

Benjamin salió detrás de mi.

–¿Anett qué pasa? ¿Por qué estás molesta?

–Benjamin dijiste que éramos pareja y que estábamos a punto de casarnos ¿que tienes en la cabeza?

–¿Y eso que importa?

–¡Mi esposo es Mauricio Collins Stuart hijo de unos muy reconocidos empresarios, tod...

–Espera.... ¿esposo?–me quede en silencio–¡RESPÓNDEME!

–¡SI, ME CASE CON MAURICIO!

–¡Oh Dios mío! Anett recuerda en lo que habíamos quedado, que me ibas a esperar hasta que yo saliera de prision, que me amabas.

–Lo se y lo siento.

–¡TODO ESO FUE UNA MALDITA MENTIRA!

–Mi familia estaba batallando de dinero...

–¡Dinero! ¡TODO EN ESTE ASQUEROSO MUNDO SE BASA EN EL DINERO!

–Benjamin las personas no viven de amor.

–Tienes razón, pero yo habría trabajado muy duro para poderte dar la vida que mereces, pero eso si una vida llena de amor que es lo que más importa.-Dijo mientras se alejaba.

–Benjamin ¿a donde vas?

No respondió.

Subí al coche y lo seguí.

–¿Donde te quedarás?-Pregunte.

–Que te importa.

–Ven sube vamos para que pases la noche en mi casa.

–La que también es casa del estupido de Mauricio, no gracias prefiero dormir en la calle.

–¡Benjamin sube al coche!

–Solo por que no quiero dormir en la calle por que le temo a la oscuridad.-Dijo y subió al coche.

–Eres un terco ¿lo sabías?

–Si, ¿y tu marido está en casa? No quiero causarte problemas.

–No, salió a un viaje de negocios.

–Que extraño, el hombre que ama a tu esposa dormirá en tu casa en tu misma cama.

–¿Qué? No dormirás en la misma cama que yo.

–Dormiré con el perro.

–No tenemos perro.-Dije mientras bajaba del coche.

Entramos a la casa.

–¡Vaya! Mauricio tiene mucho dinero.-Dijo mirando con detenimiento.

–Sus papás nos regalaron la casa pero Mauricio decidió pagárselas y lo hace trabajando en la empresa.

–No creí que Mauricio no fuese hijo de mami y de papi.

–No lo es, el es un buen hombre.

–¿Y si vemos una película en tu televisión?-Pregunto cómo niño pequeño.

—Está bien.-Dije mientras encendía la televisión.

Pasó el tiempo y comenzamos a decir chistes y nos reíamos a carcajadas.

Él me hizo cosquillas.

–¡Ya basta!-Suplique.

Nuestros rostros quedaron muy cerca, mire sus labios, él tomó mi rostro y nuestros labios se juntaron en un beso.

¡No Soy un Chico!©Where stories live. Discover now