－Y entonces estábamos justo afuera, así－ dijo JJ, presionando su espalda contra la pared de ladrillo en el porche lateral de John B.－Y todo lo que escuchabamos era solo, '¡Bam! ¡Bam! ¡Bam!' Tiraban pintura de la pared, desde adentro. ¿De acuerdo? Y entonces nosotros nos quedamos ahí, como...
－JJ, necesitas calmarte.－dije, levantando mis piernas sobre el sofá donde estaba sentada al lado de Pope.
Se alejó de la pared y se dirigió hacia nosotros, inclinándose y pasandose los dedos por el pelo.
－Espera, en primer lugar, mira esta mierda.－dijo mientras se sacudía el pelo, sacándose restos de pintura que quedaban en su cabello.－Miren.
－La casa...－fue a decir Pope, alejándose de JJ.
－Eso es caspa, asqueroso.－ dijo Kie, recostándose en su silla y sacudiendo la cabeza.
－No, no, es pintura, mira...－Se acercó a mi, y comenzó a desordenar mi cabello.－¿Ves? ¡Pintura!
－¡JJ, déjalo ir!－Lo empujé a un lado cuando me liberó de su agarre y me aparté el cabello de la cara.
－Está bien, gracias－ dijo Pope, empujando a JJ más lejos.
－¡Mira eso! ¿De acuerdo?－dijo, señalando el piso donde había caído la pintura. －Eso es pintura. En ese momento, estaba como... esperando la muerte.
Alcancé su brazo y lo jalé hacia el costado del sofá, indicándole que se sentara.
－Buen trabajo, ahora relájate. Estás empezando a marearme con tu ritmo.
－Oh, está bien, entonces viste a los tipos que nos dispararon, ¿verdad?－ Pope preguntó, mirando a John B, luego a JJ y a mí.
－Sí.－dijo JJ, volviendo a levantarse del sofá y comenzando a respirar más rápido nuevamente mientras trataba de alcanzarlo.
Pope se llevó las manos al borde de su gorro y tiró de él.
－Um, ¿obtuviste una buena descripción de ellos? ¿Cómo se veían?
－Sí, ¿algo?－ Preguntó Kie, mirando de JJ a mí.
－No vi nada－ sacudí la cabeza, recostándome en el sofá.－No estaba mirando esa esquina.
－Está bien, JJ ... ¿algo que podamos aportar como un informe policial, tal vez?－Pope preguntó, mirando a JJ.
JJ miró hacia mi casa por unos momentos antes de darse la vuelta y señalar a Pope.
－Fuertes.
Pope hizo una pausa, parpadeando un par de veces como si estuviera tratando de entender la breve descripción de JJ.
－¿Fuertes?
－Sí.－asintió JJ, alejándose.－Ya sabes como...
－Eso no es muy útil.－Kie suspiró, descansando su cabeza en sus manos.
－Está bien, bueno, no, como el tipo de hombre en el garaje de mi padre. Quiero decir, ustedes saben que hizo escondites de carga para los traficantes de drogas.
－Estamos muy conscientes.－ suspiré, acercando mis piernas.
－Sí. Sí, lo sabemos－ Añadió Kie, asintiendo con la cabeza hacia él.
－Y puedo decirles con total confianza chicos, estos muchachos ... estos asesinos.－descansó contra la pared de ladrillo nuevamente, sacando su Juul y inhalando, exhalando humo después.－Son meros traficantes.
Pope se llevó las manos a la cabeza y la sacudió.
－¿Son meros traficantes, como narco traficantes?－Bajó la cabeza y miró a JJ.－¿Como el traficante de Pablo Escobar?
－Sí hombre－ dijo JJ, soplando más humo.
－Chicos, no todo es una película de Kingpin－dijo Kie, mirándome como respaldo.
－Ella tiene un punto. Quiero decir, piénsalo... Scooter Grubbs no era necesariamente el Sr. Perfecto. ¿Quién sabe si se metió en algo sospechoso y esos tipos son parte de eso?－ JJ fue a decir algo y levanté la mano para detenerlo. －Otras cosas pueden ser sombrías además del uso de drogas, JJ.
－Bien, entonces, ¿cómo se ven estos traficantes, específicamente?－ Pope se volvió hacia JJ, empujando mis pies con sus rodillas.
JJ llevó el Juul de vuelta a su boca, sacudiendo la cabeza.
－¡No estabas allí, hermano!－Gritó, volviéndose hacia Pope.
－¡Aparentemente no sabes qué buscar!－Pope gritó cuando me senté más atrás en el sofá, apartándome de su confrontación.
－¡Amigo!－JJ le gritó, señalando su cabeza mientras se acercaba a Pope. －No tomaba pequeñas polaroids mentales todo el tiempo, hombre. Estaba bajo presión, ¿de acuerdo?
Le di un empujoncito a Pope cuando JJ comenzó a caminar hacia atrás, respirando pesadamente de nuevo. Pope se echó hacia atrás, renunciando al altercado cuando JJ nos enfrentó a todos nuevamente.
－Pero puedo decirte... por los gritos de la Sra. Lana... que estos tipos son hombres serios, serios.
El silencio cayó sobre el grupo mientras la respiración dificultosa de JJ era el único sonido. Miré a John B para verlo sacar la brújula de su bolsillo.
－Bien, digamos que son traficantes. Eso no explica exactamente por qué estaban destruyendo la casa de Lana Grubbs buscando la brújula.
Todos nos miramos el uno al otro cuando JJ regresó al sofá y se sentó en el costado.
－Es una vibra fuerte en este momento, ¿de acuerdo? No me gusta mucho esto.
－Está bien, pero Junie saca un buen punto.－dijo Kie, sentándose y dejando caer su mano sobre su regazo.－¿Por qué quieren la brújula?
－Esa cosa es un pedazo de mierda. No podrías pagarlo por cinco dólares si quisieras.－ Pope dijo, sacudiendo la cabeza antes de volverse hacia John B. －Sin ofender, John B. Sé que está en tu familia.
－La oficina.－ dijo John B, volviéndose hacia todos nosotros.
－¿Qué?－Pope preguntó.
－Mi papá. La oficina de mi papá.－ John B caminó junto a nosotros y hacia la puerta corredera de cristal.－Siempre mantuvo la oficina cerrada porque le preocupaba que sus competidores robaran su investigación sobre el Royal Merchant.
Los tres lo seguimos hasta la casa y hacia la oficina de su padre.
－Así es.－ dije, mirando a JJ, Pope y Kie.－Cuando éramos más jóvenes, siempre intentábamos irrumpir en su oficina porque pensábamos que escondía los regalos de Navidad allí.
John B se volvió hacia mí y sonrió, mirando al resto del grupo.
－Solíamos reírnos de él todo el tiempo como si fueramos a encontrarlo.－ desapareció por el pasillo, con el resto de nosotros tratando de ponerse al día cuando se detuvo frente a la puerta. －Pero ahora que se fue, yo solo... lo dejé como él lo guardó.
Se metió la mano en los bolsillos y sacó la llave cuando los cuatro nos miramos.
－Sí, para cuando regrese－ dijo Kie, cruzando los brazos.
－Sí.－ dijo John B, mirando la llave mientras la llevaba a la cerradura.
Descansé mi cabeza sobre su hombro, sonriéndole mientras él asentía con la cabeza, acercando la llave a la cerradura y abriéndola. Nos quedamos allí por unos momentos, sin saber si iba a abrir la puerta. Respiró hondo y giró el pomo, abriéndolo y revelando la oficina de Big John para todos nosotros.
John B entró de inmediato, sin perder el tiempo mientras se dirigía al escritorio, mientras que el resto de nosotros estábamos demasiado ocupados teniendo en cuenta el hecho de que la puerta estaba abierta.
－He dormido aquí como 600 veces, y nunca he visto esta puerta abierta.－ dijo Pope, siguiendo a Kie a la habitación.
－Esto.－ respondí, siguiéndolos y pasando mis dedos por algunos de los libros que cubrían las estanterías.－No se parece en nada a lo que yo, en siete años, había imaginado.
－¿Y qué era entonces?－ JJ preguntó, parándose a mi lado y hurgando en un frasco de vidrio que tenía un modelo del Royal Merchant dentro.－¿Que estaría lleno de dulces y cachorros?
－Ja ja, no－respondí, rodando los ojos y tocando el frasco de vidrio a continuación.－Solo dulces y los regalos de Navidad que Nana mintió acerca de esconderse aquí.
JJ se echó a reír, sacudiendo la cabeza antes de darse la vuelta.
－Adorable, de verdad.
－Miren, miren.－Dijo John B, colocando un panel de corcho en el escritorio de Big John. Estaba lleno de imágenes y trozos de papel pegados debajo de las imágenes. Nos reunimos alrededor del escritorio cuando John B señaló la primera foto. －Este es el propietario original, aquí mismo.
－Robert Q. Routledge, 1880 a 1920.－ Señalé la imagen, donde la brújula colgaba de su cinturón.－Ahí está la brújula de la suerte, justo ahí.
－En realidad, um...－ John B se aclaró la garganta.－Le dispararon después de que lo compró. Luego, la brújula fue enviada de regreso a Henry.－ señaló la imagen de abajo.－Lo mataron en un accidente de fumigación cuando tuvo la brújula.
－Creo que estoy empezando a ver un patrón aquí.－me incliné y le susurré a JJ, que estaba mirando el panel de corcho.
－Después de su muerte, se le dio la brújula a Stephen.－ Señaló una foto de un soldado en uniforme.－Stephen tenía la brújula con él cuando murió en Vietnam.
－Déjame adivinar, murió en acción, ¿verdad?－JJ preguntó, asintiendo con la cabeza hacia la imagen.
John B inclinó su cabeza hacia un lado.
－Algo así.
－¿Algo así?－Pregunté, asintiendo con la cabeza a la foto.－¿Cómo mueres en acción?
－Uh, en realidad, fue asesinado por un camión bananero. En el país.
Miré a JJ y me puse derecha, encogiéndome de hombros.
－Supongo que si es algo parecido.
－De todos modos.－su dedo se movió hacia la imagen de Big John.－Después de eso, Stephen le pasó la brújula a mi papá.
－Hm. Parece que hay un tema recurrente aquí.－Dijo JJ, cruzando los brazos.
Le di un codazo en el hombro, mirándolo.
－Dije eso hace diez segundos.
－Sí, tienes una brújula de muerte.－ agregó Pope, asintiendo con la cabeza.
John B sacudió la cabeza, señalando la brújula.
－No, no tengo una brújula de muerte...
－Tienes una brújula de muerte.
－En serio amigo, deshazte de eso... por favor.－ JJ intervino, señalando la brújula.－Está maldito y ha vuelto a ti.
John B se alejó, sentándose en la silla del escritorio, volteando la brújula en su mano.
－Mira, mi papá solía hablar de este compartimiento aquí. Los soldados solían esconder notas secretas.－ Se quitó la gorra, sacudiendo la brújula hasta que se abrió una parte, revelando un pequeño compartimento.
－Oh, mierda－ dije, sacudiendo la cabeza.－Mira eso.
－¿Que es eso?－Preguntó Kie, caminando detrás de John B y señalando la brújula.
Sus ojos se entrecerraron mientras lo acercaba a su cara.
－Eso no estaba allí antes.－ Nos miró con los ojos muy abiertos. －Esta es la letra de mi papá.
－¿Cómo puedes saber eso?－ Pope preguntó, rodando los ojos.
－Porque hace estas R's extrañas.－ Le dio la vuelta al Pope.－Miralo.
－¿Puedo verlo?－ JJ preguntó, extendiendo su mano. －Red... Rout...
John B se inclinó y señaló la brújula.
－No, creo que es una A.
－Dice Redfield.－ suspiró Kie, con los brazos cruzados.
JJ frunció los labios y estuvo de acuerdo con ella.
－Correcto.
－Está bien, bueno, ¿qué es Redfield?－ Preguntó Kie, mirando a John B.
－¿Además del nombre más común en el condado?－Pope se burló, encogiéndose de hombros.
－Oh, tal vez, ¿tal vez sea una pista?－ Sugirió John B, sacudiendo la cabeza. －¿De acuerdo? Tal vez sea una pista de dónde se está escondiendo.
Una vez más, Pope sacudió la cabeza y se burló.
－¿Una pista? Vamos, eso es... pero si es una pista, ¿tal vez es un anagrama?
－¡Si!－Dijo John B, agarrando un trozo de papel del escritorio.－Perfecto. Anagrama. Necesitas papel.
－Está bien, realmente estamos haciendo esto.－suspiré, parándome al lado de Pope mientras John B le daba el papel.
－Aqui tienes.
Pope tomó una pluma y sacudió la cabeza.
－¿Cómo puedes concentrarte con esa cosa que constantemente te canta?
－JJ ama al gallo.－ dijo John B, sentándose nuevamente mientras JJ miraba por encima del hombro de Pope.
－Me encanta el gallo.－ agregó Kie, encogiéndose de hombros.
－Su nombre es Cluck Norris－ dije, todos, deteniéndose para mirarme. －¿Qué? No puedes llamarlo gallo todo el tiempo, necesita un nombre.
－Está bien, suficiente sobre el gallo... Cluck Norris y déjame pensar.－Pope suspiró, mirando el papel en blanco.
Respiré hondo y me giré para salir por la puerta de la oficina.
－¿A dónde vas?－Me di la vuelta para ver que JJ me había seguido hasta la puerta, con voz baja.
－Um, ¿al baño? Solo necesito enfriarme un poco, ya vuelvo.
Me miró por unos segundos, sin decir nada, solo asintiendo.
－Está bien, no te pierdas.
－He estado en esta casa un millón de veces JJ, no me perderé.－ Me reí, saliendo de la oficina y regresando por el pasillo hacia el otro lado de la casa donde estaban las habitaciones.
Fue extraño, cómo JJ me detuvo justo antes de que saliera de la oficina... como si estuviera nervioso o algo así. Una vez más, desde esta mañana en la casa de la Sra. Lana, él realmente no se ha parado en ningún lado excepto a mi lado. Estaba nervioso por lo que escuchamos y vimos hoy, eso estaba claro. Y él siempre ha sido bastante protector con todos nosotros, así que ¿tal vez este sea solo su lado protector?
Llegué al baño y me detuve frente al espejo, observando mi reflejo. Hoy hacía calor, como todos los días en verano, así que mis mejillas estaban un poco rojas. Mi cabello todavía estaba desordenado por culpa de JJ cuando me usó como ejemplo para mostrar que, de hecho, eran trozos de pintura que cayeron sobre nosotros. Encendí el fregadero y me incliné hacia adelante, ahuecando mis manos y llenándolas con agua. Salpique mi cara, una, dos, tres veces, finalmente resfrescandome. Agarré una pequeña toallita y me sequé la cara, tomé otra respiración profunda y exhalé. Mis ojos se detuvieron en mi reflejo, sonriendo a la camiseta que llevaba puesta. JJ tenía razón, sus camisetas parecían mucho más cómodas que las de John B.
Iba a salir del baño cuando escuché el portazo de la puerta. Justo cuando estaba a punto de salir a la sala de estar, levanté la vista para ver a JJ justo frente a mí, con los ojos muy abiertos.
－JJ que estas...
Sacudió la cabeza antes de indicarme que fuera hacia él. Fruncí las cejas, inclinando la cabeza hacia un lado. ¿Por qué estaba siendo tan raro? Cuando fui a hablar de nuevo, se llevó el dedo a los labios.
－Cállate.－articuló, antes de señalar en la dirección a la puerta principal. Me asomé por la esquina para ver a los dos hombres de esta mañana, caminando por el porche. Cuando me volví hacia JJ, me indicó que bajara al suelo y me arrastrara hacia él.
Mi cuerpo temblaba mientras hacía lo que decía, poniéndome de rodillas y gateando silenciosamente por la sala de estar. Estaba casi a mitad de camino cuando los dos hombres comenzaron a tirar cosas en el porche, golpeando con sus manos en el exterior de la casa.
－¡John Routledge!
－¡Sal ahora!
Me congelé, mirando a JJ mientras miraba hacia atrás desde la puerta principal abierta, sus voces y golpes en el exterior se hacían más fuertes mientras caminaban por el porche. Sacudí la cabeza.
－Están demasiado cerca, no puedo.－ Susurré, mirando de un lado a otro entre él y la puerta.
Señaló detrás de mí, asintiendo con la cabeza.
－Ve a mi habitación y sal por la ventana.－ susurró, mirando a la puerta principal mientras sus sombras se proyectaban a lo largo de la pared, dirigiéndose a la puerta abierta.
Asentí, arrastrándome hacia atrás detrás del pasillo y levantándome, llegando a su habitación designada. Me di vuelta para verlo parado en la esquina donde estaba la oficina de Big John. Él asintió y me despidió antes de desaparecer a la vuelta de la esquina, cerrando la puerta poco después. Fui a su habitación, pero sabía que tenía que ganarme tiempo una vez que entraran. Cerré la puerta del dormitorio de John B y la puerta del baño antes de entrar en la habitación de JJ, y cerrar la puerta detrás de mí.
Tan pronto como me dirigí a la ventana de la habitación, los dos hombres entraron a la casa e inmediatamente arrojaron cosas, tal como lo hicieron en la casa de la Sra. Lana esta mañana. Mi adrenalina comenzó a tomar el control, mis manos temblaban mientras trataba de desbloquear la ventana y empujarla. Fue lenta para moverse, crujiendo cada vez que intentaba empujarla.
－Vamos, vamos, vamos.－ susurré, pateando el zócalo cuando la ventana no se movía tanto como quería.
Fui a empujarla más cuando el sonido de pasos justo afuera de la puerta me detuvo. Miré a la puerta, oí que abrían la puerta de la habitación de John B y suspiré, soltando el aliento que no me di cuenta de que incluso había estado conteniendo. Miré hacia la cama y me agaché en el suelo antes de deslizarme debajo de la cama, llegando justo a tiempo cuando la puerta se abrió.
Jadeé suavemente, cubriéndome la boca con ambas manos mientras los escuchaba saquear la habitación. Sus pies pisotearon el suelo, pesados como un trueno.
－¡Sabemos que tienes la brújula, muchacho!－La voz dijo, sonando exactamente como uno de los dos que escuchamos esta mañana.
Observé, absolutamente aterrorizada mientras arrojaba todo lo que podía encontrar, al suelo. Metió su pie debajo de la cama, acercándose a centímetros de mi cara, deslizándolo por el piso como si esperara que estuviera allí. Solté un pequeño suspiro de estremecimiento y cerré los ojos con fuerza, esperando que no me encontrara. Sus pasos se detuvieron y cuando el silencio se hizo cargo, abrí los ojos. Se detuvieron a mi derecha, su sombra llegó al suelo mientras se agachaba y comenzaba a levantar el edredón que me ocultaba.
Cerré los ojos con fuerza, tratando de evitar temblar mientras me preparaba para mi próximo movimiento.
－¡Oye! ¿Encontraste algo?
Abrí los ojos para verlo dejar caer el edredón y caminar alrededor de la cama, las lágrimas en mis ojos nublaban mi visión.
－¡Nada en las habitaciones! ¡Estoy revisando la cocina, ahora!
Cuando salió de la habitación, me quité las manos de la boca y solté un pequeño sollozo, esperando unos momentos para escucharlo dar vueltas por la cocina antes de salir de debajo de la cama. Tuve que pararme en el ángulo correcto de la habitación para estar completamente fuera de la vista del hombre en la cocina.
－Controlate, Juniper.－susurré, agarrándome fuertemente de la ventana y empujándola hacia arriba.
Mi lucha con ella antes debe haberla aflojado, porque solo me tomó un pequeño empujón antes de que se abriera por completo. Justo cuando comencé a empujarlo, sonaron dos disparos. Vi al hombre comenzar a salir de la cocina y me moví para empujar la ventana más rápido. JJ venía corriendo por la casa, agachado. Empujó la ventana por el resto del camino y en el momento en que atravesé las dos piernas por la ventana, me sacó de la habitación y me acerqué a un lado de la casa.
Mi cuerpo temblaba ya que el ruido de la cocina todavía se podía escuchar desde la ventana abierta. No podía dejar de mirarlo, mi cerebro aún no procesaba lo cerca que estuve de ser encontrada.
－Hey, hey.－susurró JJ, ahuecando los lados de mi cara y volviéndome hacia él. －¿Estás bien? ¿Te encontraron?
Estaba inclinando la cabeza, buscándome alguna herida.
－No.－dije, sacudiendo la cabeza. －P-pero los disparos...
－Le dispararon a la puerta de la oficina para romper la cerradura, pero salimos justo a tiempo－ Él respondió, asintiendo con la cabeza mientras sus pulgares acariciaban mis mejillas. Me miró de nuevo antes de tirar de él con fuerza, enterrando su rostro en mi hombro.－No vuelvas a hacer esa mierda.－ susurró, podía sentirlo temblar ligeramente.
－Las chicas tienen que calmarse, ¿sabes?－Bromeé, tratando de aliviar la tensión mientras me alejaba de él.
Sus ojos me miraron, sin indicio de diversión por mi horrible broma. No estaba apagando sus emociones, estaba realmente preocupado por mí. Me atrajo hacia él, relajándose ligeramente en el abrazo.
－Te odio.－susurró, apartándose y sacudiendo la cabeza.－Estúpida.
Ambos sonreímos y él agarró mi mano, guiándome por la casa mientras los dos hombres adentro continuaban saqueándola. Nos quedamos agachados y una vez que estuvimos a la intemperie, corrimos hacia el gallinero. Me empujó delante de él y me arrastré adentro mientras él me empujaba a un rincón.
－Oh, Dios mío.－suspiró Kie, inclinándose y abrazándome.－Estás bien, estás bien.
Le devolví el abrazo y asentí con la cabeza.
－Me escondí debajo de la cama, casi me encontraron, pero él siguió adelante.
－¿Estás bien, Junie?－ John B preguntó, mirando hacia otro lado de la pequeña ventana en el gallinero.
Asentí cuando JJ se acercó a mí, prácticamente protegiéndome mientras los cinco nos escondíamos en el gallinero, esperando que los hombres se fueran.
－Tienen cajas de cosas.－ susurró John B, mirando por la ventana.－Se llevan sus cosas.
－John B, sal de la vista.－ suplicó Kie, sacándolo de la vista cuando Cluck Norris comenzó a cantar con más frecuencia.
－Haz algo Pope.－ dijo JJ, manteniendo un brazo delante de mí. －Cállate.
－¿Que quieres que haga?－ Pope entró en pánico, agachado contra la pared.
－Acarícialo o algo así, háblale, ¡no lo sé!－ Susurró Kie, comenzando a temblar de miedo de que los dos hombres nos encontraran.
Cluck Norris voló en el gallinero, acercándose a Pope y cayó hacia atrás cuando John B miró por la ventana.
－Oh, mierda－ susurró, fuera de la vista y presionando su espalda contra la pared. －Siente algo, estaba mirando hacia acá.
Cluck Norris volvió a cantar.
－Cállate, Cluck Norris.－ susurré, manteniendo mi cuerpo presionado contra la madera. －Cállate cállate.
－Hace algo－ susurró Pope, empujando a John B en la pierna.
Cluck Norris volvió a cantar y JJ me miró.
－Junie, mira hacia otro lado.
Fruncí las cejas, sacudiendo la cabeza.
－¿De qué estás hablando?
－Solo...－Levantó un poco su susurro, sacudiendo la cabeza.－Solo hazlo... ¿de acuerdo?
Asentí justo cuando Cluck Norris agitaba sus alas y volaba, JJ lo agarraba. Me giré más hacia la esquina, manteniendo mi mirada enfocada en la madera envejecida. Miré a Kie que estaba empezando a verse cada vez más aterrada y extendí mi mano hacia ella. Ella lo agarró mientras JJ continuaba luchando con Cluck Norris. Su gruñido apenas cubrió el sonido de los huesos de Cluck Norris, seguido de silencio.
Kie dejó escapar un pequeño sollozo, apretando mi mano antes de soltarlo, volviéndose para mirar a John B. Tan agradecida como estaba por el silencio, no pude obligarme a mirar lo que JJ tenía que hacer. Se tambaleó lejos de Cluck Norris y yo me aparté de la esquina, hacia él. Tenía una expresión de sorpresa escrita en todo el rostro, incredulidad en lo que había hecho. Cuando cayó de espaldas contra la pared, dejándose caer al suelo, su mano encontró la mía, sosteniéndola. Inmediatamente envolví un brazo alrededor de su cuello, llevándolo a mi pecho mientras continuaba sosteniendo su mano, apretándola cada pocos segundos. Él simplemente se sentó allí en mi abrazo como si estuviera hecho de piedra. Después de unos segundos, exhaló un largo suspiro y se relajó en mis brazos, apretando mi mano hacia atrás y enterrándose más en mí.
Puse mi cabeza sobre la de él, apretando su mano cada pocos segundos, solo para que él la apretara. Miré a Kie, para ver que todavía estaba visiblemente molesta y John B sosteniéndole la mano.
－¡Ratter! ¿Qué demonios estás haciendo? ¡Vamos!
La voz nos hizo saltar a todos, JJ apretó mi mano nuevamente mientras lo abrazaba con más fuerza. Nos sentamos allí con miedo, mientras el motor del camión arrancaba de nuevo y los neumáticos se deslizaban por el suelo, el sonido del motor se alejaba en la distancia. Miré a mi alrededor al grupo: Pope seguía mirando al gallo muerto que se había quejado minutos antes. John B le estaba susurrando algo a Kie, probablemente intentando calmarla. JJ todavía estaba tratando de controlar su respiración mientras lo abrazaba. Y no podía dejar de mirar por la abertura del gallinero, preguntándome en qué demonios nos habíamos metido.
Esto era mucho más que una simple brújula.