Terminamos yéndonos de ese lugar cuando comenzó a llenarse, no tenía sentido quedarnos si lo único que harían sería beber. Pasamos el resto de la tarde dando vueltas por el pueblo hasta que fue hora del ensayo de las Manzanas Podridas y Maddy se fue a casa porqué no quería verme babear por Diego.
Llegué al castillo De Vil y me encontré con Diego sentado en el pórtico escribiendo en una libreta mordiéndose los labios, debe estar componiendo una canción, se ve tan guapo que desee tener la cámara de mi madre para tomarle una instantánea, mordisqueó la punta de su lapiz, tachó algo y siguió escribiendo. Me pregunto que escribirá.
—Hola.
Diego levantó la cabeza sorprendido, soy ágil y silenciosa como un gato, o él estaba demasiado concentrado. Me sonrió y guardó su libreta en el bolsillo interno de su chaqueta.
—Hola Ginny —Diego se levantó— el ensayo se canceló, ya sabes... por lo de Auradon.
¿Cómo es que todos se enteraron menos yo?
—¿Qué de Auradon?
Vale, tengo una idea de qué pasó, pero si hacerme la ignorante me da tiempo con Diego, pues lo voy a aprovechar. Diego me contó todo lo que sabía y vio en las noticias mientras caminábamos por el jardín lleno de maleza, definitivamente tuvo mucho mejores épocas, este lugar fue sacado de una película de terror. Le pregunté más tarde que escribía, dijo que era una nueva canción y que no estaba completa aún, le insistí para que me la mostrara pero no me dejó, aunque me prometió que sería la primera en escucharla cuando estuviera completa.
Pasamos un rato agradable, hasta que Harold y Jacob aparecieron por la puerta principal para decirle a Diego que era la hora de cenar. Era obvio que Diego se vio en un aprieto, así que me disculpé diciendo que debía volver a casa, nos despedimos y caminé hasta la torre en silencio, feliz y un pelín decepcionada, me gustaría que me presentara a su familia pero no somos nada más que amigos, lo que me decepcionó más. Al llegar a casa fue lo de siempre, revelar fotos con la cara de mi madre y dormir tarde.
Al día siguiente no llegué a mi primera clase porqué mi cabello tuvo un mal comienzo, Maddy me hizo una trenza en el baño y yo le conté mi cita con Diego. Las siguientes clases fueron de lo más aburridas, a la hora del almuerzo salimos de la escuela y comimos unas empanadas que les quitamos a unas brujitas menores en la cima de unas escaleras de emergencia.
Al volver a los pasillos escuché algo muy extraño, aunque no tenía sentido, debía ser solo otro chisme. Aunque me dejó pensando el resto de las clases, hasta que me quedé dormida en la clase de astrología.
—Si no besas a Diego —susurró Maddy en mi oído despertándome— le contaré a Mila que estás enamorada de él.
—Si le cuentas eso —abrí un ojo y la vi riéndose a sus adentros para que el profesor no se diera cuenta— le diré a Anthony que estás enamorada de él.
—Eso es bajo, incluso para ti.
¿Que quiere decir con eso? No me dio tiempo de preguntarle, la chicharra sonó y todo mundo se puso de pie, la última clase del día, al fin. Cruzamos los pasillos y salimos lo más rápido que pudimos, Maddy quería ir al Palacio del Dragón para algo que no dijo, no me apetecía mucho ir, ahí va Harry y sus piratas, Anthony, los Gastones, mi madre... pero también Diego. Me detuve antes de llegar a la entrada, Maddy se giró al darse cuenta que no iba a su lado.
—¿Qué estamos haciendo aquí?
Maddy no respondió, se lamió los labios y miró a otro lado.
—Maddy...
La ahora pelinegra se acercó a mí y me jaló de la muñeca, no puse mucha resistencia porqué la verdad es que tengo curiosidad, aunque no me agradan mucho las sorpresas. Parloteó diciendo que no era nada malo y que iba a gustarme, así que la seguí por los pasillos hasta llegar a un aula vacía, más con fintas de no ser utilizada.
—Okay, cierra los ojos —no lo hice, Maddy me dirigió una mala mirada y la obedecí—. Esto va a encantarte —escuché como movía algunas cosas y luego ya no—. Ábrelos.
Me encontré con Maddy sosteniendo un sombrero frente a mí, lo tomé e inspeccioné, si es el sombrero de Uma.
—¿Cómo lo conseguiste?
—Un ladrón me debía un par de favores.
Dejé el sombrero en la mesa más cercana y la abracé, Maddy se rió pero me devolvió el abrazo. La chicharra -que suena igual a un cuervo bebé- sonó y en segundos los pasillos fueron un caos, Maddy dijo que debíamos buscar a Harry y dárselo para terminar con este lío en el que me metí. Salimos y nos empujamos con la estampida de alumnos hasta llegar al pasillo principal, da igual de que lado salgan, todos cruzarán este pasillo para salir. Vi a las nietastras, los De Noir, algunos piratas, muchos ladrones y demás, pero Harry nunca cruzó, incluso vimos a los Gastones coqueteando con unas chicas menores que ellos. Cuando estaba por vaciarse, Anthony pasó con una chica de pelo rubio bajo su brazo, nos vio de soslayo y se fue con una sonrisa que me dieron ganas de seguirlo y golpearlo, a ver si le parece tan gracioso.
—Está casi vacío aquí, ¿crees que no ha venido?
Preguntó Maddy distrayéndome de mis pensamientos violentos.
Me encogí de hombros como única respuesta, ya no habían muchos alumnos por ahí, sólo algunos que sufrieron alguna broma pesada o se escondieron para no ser las victimas de estas, recuerdo mi tiempo en esta escuela, solía fastidiar a los ñoños con Freddie, burlarme de los más pequeños con Mal en cambios de clase, criticar a medio mundo con Anthony y gastarle bromas pesadas a cualquiera que no pudiera defenderse con CJ. No fue hasta que Maddy y yo nos hicimos amigas y me cambié a la escuela de brujas con ella, lo que fue una locura mal pensada porqué está lleno de brujas odiosas y petulantes -más que las nietastras-. Decidí ir a buscar a Harry a su barco, si no estaba en la escuela, es seguro que estaría allá, salimos del Palacio del Dragón, esperaba ver a Diego de lejos por lo menos, y nos dirigimos a la Bahía Pirata, me contó como fue que encontró a Iol De Noir detrás del puesto de su familia malherido y lo ayudó a curar algunas heridas que le hizo Harriet, resultó que Medusa jamás tomó el sombrero en la fiesta, sino que Robin se lo quedó, y me mintió sobre no saber donde estaba.
Llegamos al barco y vimos que todos seguían con su día como siempre, sin rastro de algún Hook por ahí. Vi a Gil con un pirata anudando cuerdas, nos acercamos a ellos.
—Hola Gil.
Gil levantó la cabeza y nos vio a ambas como si intentara adivinar que hacíamos ahí, Maddy se adelantó y antes de que pudiera decir nada le preguntó—: ¿Está Harry por aquí?
—Sí está adentro con Uma.
Lo dijo con tanta normalidad que me sorprendió, el rumor es verdad, Uma está de vuelta, quiero saber como fue que la volvieron a encerrar aquí. El compañero de Gil se levantó y se fue con su cuerda perfectamente enrollada, Gil siguió batallando con su cuerda. Maddy me preguntó si era cierto lo que dijo con los ojos, le respondí que estoy igual de asombrada que ella, Maddy giró la cabeza de manera coqueta hacía Gil y llevó su mano hasta su brazo, atrayendo su atención, es buena.
—Y de casualidad tú puedes llevarnos con él, ¿no?
Creo que hasta pestañeó, Gil asintió y dejó su cuerda en donde estaba sentado, nos pidió que lo siguiéramos y Maddy sonrió victoriosa. Tenía razón cuando dijo que no tenía idea de lo mucho que puedes saber coqueteando con sus hermanos, tampoco tenía idea de que Gil estuviera incluido. Cruzamos el barco bajo la mirada chismosa de su tripulación, Gil abrió una puerta y esperó, la voz de Uma le preguntó que quería.
—Ginny y Maddy están aquí.
La puerta se abrió y Harry nos vio de arriba abajo, lo primero que notó fue el sombrero en mi mano y sonrió divertido. Nos hizo entrar, Uma estaba junto a una ventana con los brazos cruzados, la puerta se cerró de un azotón, Harry fue hasta ella y le dijo algo en voz baja, Uma se giró y nos vio asombrada, le di su sombrero y lo examinó minuciosamente, lo dejó sobre una vieja tv.
—Cuéntenos que tanto saben de Medusa Teach.
—Que está loca —respondió Maddy observando todo a su alrededor, Harry y Uma se echaron a reír.
—Mira quien lo dice —comentó Harry sentándose en una silla.
Uma avanzó hasta mí y me invitó a pasar, el lugar es increíble, debe ser su habitación, por todos lados dice Uma. Maddy chasqueó la lengua y se cruzó de brazos junto a mí, Uma se recargó en su tocador y se revisó las uñas. Me quedé junto a Maddy al pie de la cama, Uma nos dijo que nos sentáramos y que comenzáramos a hablar.
—Su barco se hundió por la tormenta de hace unas semanas, sus hombres murieron y entró a la Isla.
Uma le dirigió una mirada a Harry de esas que dicen todo, como un signo secreto entre amigos, no sé lo que Harry le ha dicho, solo espero que no le haya contado sobre mi alianza con ella.
—¿Y que hay de ella? ¿Quién es?
—Cuéntale de sus trucos de magia —me dijo Harry recargando sus brazos en sus rodillas, sin interés en nuestra conversación jugaba con su garfio— como fue que se transformó en Uma y se intercambió por esa ladrona para liberarla.
Con eso supe que ya le había contado su versión de la historia, lo mejor es solo contarle lo que él sabe, necesito estar de su lado ahora mismo, si pudiera elegir a quien ponerme de enemigo, no me pondría a Medusa, el problema es que no tengo elección, Harry la tomó por mí al decirle que hice un trabajo para él, y la única opción que me queda ahora es protegerme tras Uma y Harry.
—¿Es una bruja?
Negué, es verdad que sabe de magia, pero las ilusiones como las que ella hace no son humanas.
—Tiene dones de sirenas —eso asombró a Uma, y atrajo la atención de Harry— dijo se los dieron al nacer o algo así. Es poderosa, puede transformarse en cualquier persona, sabe pelear y tiene decenas de monstruos bajo sus ordenes.
—Dice que es nieta de Barbanegra —comentó Harry, ahora sí estaba interesado, me pareció que me estaba probando a ver que tanto sé— ¿es verdad?
—Eso creo —miré a Maddy sentada junto a mí, se encogió de hombros—. No lo sé, no tengo idea de quién es Barbanegra.
Harry soltó una carcajada, Uma rió a coro con él pero en voz baja, la vi separarse del tocador y acercarse hasta quedar frente a nosotras. Se cruzó de brazos y se inclinó un poco para quedar más cerca de ambas, al estar sentadas la vimos hacía arriba.
—¿Qué están haciendo aquí?
Intercambié una mirada con Maddy, asintió, se a lo que se refiere, sabe que tengo miedo de lo que esa chiflada con espadas y muertos pueda hacerme.
—Quiero protección —Uma abrió la boca como si fuese a soltar una exclamación pero no emitió sonido—. Quiero que me protejan de ella, como si fuera uno de los suyos.
Uma se mofó y caminó hasta donde estaba Harry, le tocó el hombro y él sonrió como si supiera algo que yo no, Maddy me tomó de la mano y con un suave apretón me dio su apoyo.
De la Isla salieron dos camionetas pero solo una llegó a la preparatoria Auradon, la segunda llegó hasta el viejo castillo de Bestia. Angélica daba vueltas en la sala de estar, sus dos oficiales la seguían con los ojos desde sus posiciones. Las puertas se abrieron y cuatro guardias entraron cargando valijas, Angélica finalmente se quedó quieta, la primera en entrar fue Medusa, quien sonrió en cuanto la vio, detrás suyo entró una chica de cabello negro que veía todo asombrada, Peter entró detrás con el oficial zombificado a cargo de la seguridad de Medusa.
—Bienvenida de vuelta al mundo —Angélica abrazó a Medusa rápidamente y la soltó.
—¿Dónde está el Venganza?
—Iremos al anochecer, debemos seguir con el curso.
—Mamá, quiero presentarte a alguien —Medusa se acercó a la pelinegra que curioseaba en un estante y la llevó hasta Angélica—. Ella es Harriet, es hija de James Hook.
Angélica observó a la muchacha sorprendida, Medusa le sonrió, sabía lo que significaba, tenía una idea en mente para recuperar el tiempo que estuvo prisionera en la Isla. Eso cambiaba los planes que tenía para su siguiente travesía.