Bienvenidos a Auradon

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Respiré profundo, intentando desacelerar mi corazón, me concentro en el avanzar del reloj de pared, cada tic es un segundo más perdido,abrí los ojos encontrándome de frente con la hoja en blanco. Tomé el lápiz y apoyé la punta en la hoja. Alcé la vista, me veía expectante, asiento y gira el reloj de arena. Comencé a escribir tan rápido como pude, intentando no romper la punta de carbón, vi los miles de granitos de arena cayendo y acomodándose frente a él, acelerando mi corazón de nuevo. Cada latido sonaba mucho más fuerte que el tic tac del reloj de la pared, me retumbaba en los oídos, sentía cada latido en mi pecho, en mi cuello. Di vuelta a la hoja para seguir escribiendo. Cierro los ojos un momento respirando profundo, los abro y veo que la arena está por terminar de caer, apresuro mi escritura, aunque eso signifique descuidar la gramática. Todo comienza a ir más rápido a cada segundo, se escucha más fuerte, me abruma. Pone su mano sobre la hoja informándome que se ha terminado el tiempo, suelto el lápiz y finalmente respiro con tranquilidad, tengo dos minutos para soltar presión, antes de la siguiente prueba. El latín es horrible, tantas conjugaciones, me dan dolor de cabeza.

—Ahora el mantenimiento —hice una mueca que no le agradó. Puso 5 pistolas en la mesa, todas diferentes, aún me cuesta trabajo recordar el nombre y calibre de cada una, son demasiadas. Dejó todos los instrumentos de limpieza frente a mí y coloca una mano sobre la otra— ¿Preparada?

No. Asentí tomando el trapo más limpio que he visto en mi vida, debe ser nuevo, en cuanto dejó de nuevo el reloj de arena sobre la mesa levanté un revolver y lo desarmé tan rápido como pude, lo limpié y pulí, una pequeña marca de rasguño me quitó más tiempo del que debía, al terminar la armé y fui a por la siguiente pistola. Una semiautomática, estaba más sucia que usada, no es la favorita de nadie por aquí, suelen burlarse de quien la usa porqué es "arma para mujeres", lo que me parece ridículo ya que es de las más fáciles de usar. Termino con esta y voy por la siguiente, una vieja pistola magullada, llena de raspones y un poco oxidada, no tengo idea de donde la ha sacado, al limpiar el cañón se me resbala y casi cae al suelo. Le veo por un segundo de soslayo, observa todo sin expresiones, me siento avergonzada por este pequeño error. El reloj ya lleva más de la mitad, siento que voy a llorar, aprieto los ojos y armo la pistola con cuidado para seguir con la siguiente. La cuarta es nueva, no está sucia ni gastada, la limpio con torpeza, estoy nerviosa, los ojos me escuecen y me siento azorada por mi reciente equivocación. Tomo la última y se me dificulta desarmarla, está demasiado pesada para mí, sostengo el aire, la desarmo perdiendo valioso tiempo, la arena está por terminar de caer de un lado del reloj al otro, no lo voy a conseguir. Limpiarla es sencillo, armarla de nuevo es el problema, tiene que quedar bien ajustada para que se pueda usar y no falle durante un disparo. Me faltan dos piezas cuando cae el último granito de arena, siento una lagrima escaparse por mi mejilla. No lo conseguí. Suelto el aire y tomo más. Levanto la vista esperando una represalia, me indica que termine de armarla, eso hago, dejo todo en su lugar y meto mis manos entre mis piernas agachando la cabeza.

—Lo hiciste bien.

—Me equivoqué —le respondo avergonzada— la dejé caer.

—Estabas bajo presión, es solo limpieza —pero no es solo limpieza, es que me equivoqué, no puedo defraudarle. Sé que se levanta, guarda las pistolas y pone en la mesa dos espadas— ¿Te parece si posponemos la siguiente prueba después de un combate? Elige una.

Me sorprende que saque esas espadas, solo me deja utilizar más pequeñas, o de madera para no lastimarme. Tomé la más cercana a mí, dudando de hacerlo, no puedo creer que me deje usarla, son su tesoro. Toma la otra y empuja la mesa a la pared, me levanto y llevo mi silla hasta la mesa. Me pongo en guardia y hace lo mismo, chocamos las espadas y comienza la batalla. Es como un vals, al menos eso me enseñó, no sé bailar, pero se pelear, supongo que no es tan diferente. Izquierda, derecha, izquierda... doy un par de pasos de lado para no chocar contra la mesa, arriba, abajo, izquierda, derecha. Intenta quitarme la espada, hago un movimiento arriesgado que le sorprende. Derecha, izquierda, al centro, lo esquivo y contraataco. Dimos un giro de 180 grados antes de que cambiara de defensiva a ofensiva, casi caigo al suelo un par de veces. No usa la fuerza, eso lo sé, sino ya me hubiera ganado desde el inicio. Explica que la técnica lo es todo en un combate, tienes es saber lo que el contrincante hará antes de que lo haga y para eso debes hallar un patrón en sus movimientos, que la mayor arma es el factor sorpresa, hacer algo que no vea venir el otro. Me felicitó por ser tan buena improvisando luego de sorprenderle dos veces seguidas. La tercera vez que lo intenté me venció, supe que erré en mi ataque, sin notarlo cree un patrón.

El destino de Medusa || Harry Hook  #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora