Turquesa, jade y esmeralda

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Entre al camarote de mi madre, estaba sentada en su escritorio cosiendo muñecos, me acerque a ella sin mirar nada en específico. El camarote es amplio, con colores oscuros y sin espejos por ningún lado, detrás de mi madre los cristales de las ventanas estaban sucios desde afuera, se veían oscuros y la poca iluminación con velas era suficiente para ver por lo menos lo importante dentro del lugar. En la pared del lado derecho las gruesas puertas detrás de las rejas con cadenas y un enorme candado guardaban todos los trofeos que mi madre iba tomando; los barcos atrapados en botellas de ron vacías. Pasamos años buscando el Venganza que cada barco pirata que se cruzaba en nuestro camino terminaba dentro de una botella resguardado detrás de esas cadenas.

-¿Qué quiere?

-El prophètée -mi madre se puso tensa, no está dispuesta a sacar ningún barco de su botella, de eso estoy segura-. Le dije que no pasará y...

-Entonces querrá irse -negué, debía contarle a mi mamá la verdad, pero entonces sabrá porque dejé que ganara, soy buena mentirosa pero no con ella, no suelo mentirle acerca de nada. Debo idear un buen plan sino no quiero ni saber que planes hará para Peter-. No creo que quiera morir, es joven y muy apuesto, tiene mucho que vivir aún.

-Quiere el anillo de jade -mentí rápidamente, sé que si hago creer a mi madre que Peter quiere algo valioso para gastar en un futuro, entonces no sospechará nada en el futuro, para mi madre los hombres solo quieren riquezas para gastar en placeres y vicio, si creía que Peter es cómo todos entonces lo ignorará igual que al resto de la tripulación-. El que robamos en la joyería de Cádiz.

Mi madre miró su mano en busca del anillo, pero ese no lo lleva puesto jamás, es demasiado grande y llamativo, además de que estorba en combate. Todas esas joyas las guarda en un cofre debajo de su escritorio, y la llave siempre está en su cuello colgada, me erguí mirando su sombrero sobre el globo terráqueo lleno de marcas, lugares que hemos visitado, saqueado, buscado y sobre todo los lugares que no debemos cruzar jamás. Se puso de pie y rodeo el escritorio hasta quedar frente a mí, me miraba como cuando quería saber más, ese brillo de inquietud en sus ojos que tiene cada que intenta descubrir toda la verdad en una persona resaltaba aún bajo la leve luz de las velas. Me mantuve erguida y dejé de respirar para no delatarme, hace tiempo rebasé a mi madre en estatura, le llevo al menos cinco centímetros, aunque no se notan demasiado ya que ella siempre usa botas con tacón y yo no.

-Lo tendrá ésta noche -mi madre se giró para volver detrás de su escritorio, en ese momento solté el aire y respiré con tranquilidad, no notó que mentí.

Es difícil imaginar a mi madre en mi lugar y a Barbanegra sentado en aquel escritorio, mi abuelo había sido el pirata temido por piratas y mi madre se está ganando el mismo título o aún peor, ya que al ser mujer todo es distinto. Vi a mamá sacar la llave de su cuello y asomarse un crucifijo de su escote, se agachó perdiéndose bajo el escritorio y escuché como abría el cofre, me di un pequeño recorrido por el camarote, hacía tiempo no venía aquí, al menos desde la última vez que tocamos tierra y eso fue un mes atrás, todo seguía casi igual.

No quería volver esa noche al Jewel of the Ocean, quería quedarme aquí, con mi madre igual que cuando era pequeña. Me sentía culpable por dejar que Peter ganase en el combate pero finalmente, sé que mi madre lo comprenderá algún día, o tal vez lo haría ya mismo más no estoy segura de querer confesar aún. Primero quería cometer el error y después arrepentirme, al menos así sabré que se siente. En el estante de libros, mapas y pergaminos había algo inusual, o quizá no lo había notado antes, cartas en hojas azules, con el sello real de un reino desconocido para mí, nunca había visto nada escrito en hojas azules, siempre son blancas o amarillentas. El golpe del cofre cerrándose me hizo dar un salto y disimule estar entretenida mirando el libro de hechizos que descansa sobre la pequeña cajonera, el hechizo que ahí había era uno de liberación de alma, mente y corazón, ¿para que quiere ese hechizo mi madre? en la otra página había un conjuro para liberarse de las cadenas que te atan a un lugar maldito. Los pasos de mi madre caminando cada vez se hacían más cercanos. La sangre de tu peor enemigo, el cabello de un ladrón, las llamas azules de Hades, el vínculo de un amante perdido y la vida de un traidor. Que sangriento suena, parece hasta satánico, pero comprendo que quizá las más difíciles de obtener son las llamas azules de Hades, hasta donde sé los dioses odian sino a todo humano, al menos sí a todo pirata. Mi madre leyó lo mismo que yo y señaló el procedimiento; en un caldero de bronce se pondrá fuego, el cabello trenzado de un ladrón y el vínculo de amor se pondrán en este, se pedirá clemencia a Hades por tus pecados, pondrás la sangre tiñendo de rojo y con una daga de plata tomarás la vida de un traidor como ofrenda al dios, si éste la acepta las llamas se volverán azules, frías como el hielo, te iluminará la salida y guiará tu camino hacia un mejor destino. Nada de eso suena muy convincente pero si hablamos de escapar de un lugar maldito, mejor consigo un libro igual a éste.

El destino de Medusa || Harry Hook  #PGP2020Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin