-Booby, llevas toda la maldita semana con ese humor de mierda ¿Me vas a decir que te pasa de una buena vez?- me pregunta Brent en voz baja mientras coloca sus codos sobre la barra y recarga su cabeza sobre su mano derecha. Yo lo miro por unos segundos y después ruedo los ojos.
-¿No podíamos hablar de esto en otro lugar?- reclamo en un tono más fuerte que el suyo provocando que varias personas se giren para mirarnos. Ignoro a todos y continuo pero en un tono más bajo de voz- Sabes que a James no le gusta que holgazanee en horario de trabajo.
Sé que solo estoy poniendo excusas para evadir sus preguntas, pero en realidad no me importa tanto hacerlo. Enterarme de que el chico que me gusta desde que era básicamente una cría es gay no ha sido nada grato. Toda mi vida me la he pasado imaginando lo perfecto que sería tener una relación con él, luego casarnos, tener hijos y no he de negar que también he pensado en lo perfecto que sería tener sexo con un hombre como el: alto, con un cuerpo generosamente proporcionado en lo que se refiere a musculo, bello rostro y perfecto cabello. ¡ESO SERIA BUEN SEXO!
Pero ahora sé que todos mis sueños no podrán ser, por una simple razón: a Harry le gustan los penes y para mi mala suerte yo no tengo uno. Existen los dildos, sí. Pero no sería lo mismo, un homosexual y una mujer simplemente no congenian al momento de tener relaciones sexuales.
-¡Booby!- la voz de Brent me saca de mis tristes pensamientos y me regresa a mi realidad que es aún más triste.
-Lo siento- me disculpo sinceramente- ¿Qué me decías?- pregunto y ahora es su turno de rodar los ojos.
-Te decía que no creo que por un día que te tomes unos segundos de descanso James te vaya a despedir. Tu cara ha estado en el cuadro de empleados del mes el último medio año, apuesto a que eres su favorita.
-Es que tu no lo conoces Brent, James no tiene favoritos, por mas buen empleado que sea. James en cuanto ve la oportunidad de recortar el personal, la toma, sin importar la persona.- doy una pausa para suspirar y después continuo.- No me puedo dar el lujo de que me despidan, sabes que necesito el dinero.
Cuando digo que necesito el dinero es porque en realidad lo hago, muchos lo consideran un simple capricho, pero para mí es un plan de vida. Él porque es simple, cuando comencé la secundaria se me ocurrió la idea de terminar mi carrera en Londres, yo veía por la televisión y diarios que las universidades de Londres eran las mejores, si querías triunfar, en Londres habías de estudiar. La idea estuvo rondando por mi pequeña mente tantos días que decidí contarle a mis padres, ellos por el hecho de ser una nena de doce años no tomaron mi idea en serio. Pero ahora con diecinueve años la idea no se ha desvanecido, de hecho estoy más segura que nunca.
Pero aquí viene la parte triste, mis padres no hace mucho tiempo se divorciaron, así que por ende mi mama es la que ahora mantiene la casa y paga mis gastos y los de mi hermano, obviamente pagar una escuela en Londres no está dentro de su presupuesto. Así que hemos llegado a un acuerdo, yo debo de recaudar todo el dinero que me sea posible hasta que termine el año y ella me pondrá el dinero faltante para la inscripción. Pero obviamente debo conseguir una beca y pasar el examen.
-Lo se Booby, Londres ¡woho!- dice y levanta ambas manos al aire para después toma el pequeño menú entre sus manos y observarlo con el ceño fruncido- Creo que ayudare a tu causa, mmm quiero una malteada.- termina dudoso y yo niego con la cabeza y sonrió al saber que es de las cosas más económicas que venden aquí.
-¿De chocolate?- le pregunto riendo mientras me voy acercando a la máquina, el asiente con la cabeza y hace una pose que él considera sexy.
-Si amor, y con crema batida extra.- añade y pasa la lengua por sus labios.
-¡Pagaras extra por eso!- lo señalo con el dedo índice de mi mano derecha.
-Lo que quieras.- responde el sin quitar su mirada seductora y yo estoy a punto de soltar una carcajada cuando el timbre que indica que alguien ha entrado suena. Por inercia dirijo mi mirada hacia la puerta pero en cuanto veo a las personas que van entrando me arrepiento al instante de haberlo hecho.
-¿Qué hacen ellos aquí?- pregunto aun sintiendo el latido de mi corazón sobre mis orejas. Brent sigue mi mirada, se queda ahí por unos segundos y después se concentra de nuevo en mí.
-Seguro también querían una malteada o un café.- dice y se encoje de hombros restándole importancia.
-¡Existe Starbucks!- grito de nuevo levantando los brazos al aire. Por unos segundos temo haber llamado su atención pero en cuanto ellos se sientan tranquilamente en una mesa sin siquiera mirar hacia nuestra dirección suspiro aliviada.
-Tal vez querían algo más sencillo- por unos segundos creo que Brent ha utilizado su ya tan conocido sarcasmo, pero después de unos segundos de silencio compruebo que no es así. Aprieto los labios y dejo la malteada delante de Brent.
- Ellos no son de ese tipo de personas que prefieren las cosas sencillas Brent.- le digo sin dejar de mirar hacia la mesa donde ellos están.
Harry está sentado al lado de un chico de ojos azules y cabello castaño al que nunca antes había visto y delante de ellos hay dos chicas, una de ellas es la misma que me confeso que Harry era gay hace unos días y no puedo reconocer el rostro de la que está a su lado.
No pienso atenderlos, hay otras tres meseras aquí que estoy segura están encantadas de recibir la propina de aquellos atractivos chicos, o tal vez algo más.
-¡Booby!- grita una voz aguda detrás de mí y yo me giro para encarar a la mujer al instante. Jiehan nunca alza la voz, a menos que este molesta o estresada y esta vez el motivo va más por el primer punto. Jiehan a pesar de su poca estatura- que en su lugar de origen es bastante normal- puede resultar bastante intimidante y si ella lo desea te puede hacer temblar de miedo- ¿Por qué no has ido a atender a esa mesa Booby? ¡Vienes a trabajar, no a holgazanear!- grita al final y yo agacho la mirada.
-Yo...esperaba que fuera alguien más.- digo honestamente jugando con mis dedos, sé que se va a enojar más. Me va a despedir y adiós Londres. El tan solo pensarlo hace que un escalofrió me recorra todo el cuerpo.
-¿Quién querías que fuera Bobby? ¡Todas las chicas se han marchado ya a casa!- la realidad me golpea como si un futbolista profesional me hubiera golpeado con un balón. Hoy era su día de descanso ¡que estúpida fui al olvidarlo!
Me va a despedir.
Adiós Londres, adiós futuro.
-Perdón, yo... lo olvide.-digo en voz baja a punto del llanto, sé que tal vez exagero, es solo un trabajo y sé que puedo conseguir otro. Pero la mera idea del no hacerlo y que todo se vaya por la borda me aterra.
Jiehan me mira por unos segundos y después suspira- Que sea la última vez Booby.- yo levanto la mirada y contengo una sonrisa- Solo lo hago porque sé que en realidad necesitas el trabajo, ahora ve antes de que me arrepienta y te eche de aquí.- dice y mira su alrededor, frunce el ceño cuando su mirada se posa en Brent.- Y también echare a tu amigo que no deja de comerse las galletas muestra.-dice y va en dirección a él.
Brent me mira con pánico en los ojos cuando Jiehan está delante de el pero yo solo me encojo de hombros y lo ignoro. Esta solo en esto.
Trato de relajarme y regular mi respiración conforme me acerco a la mesa. Paso mis dedos por mi cabello repetidas veces en un intento de peinarlo y dejo de hacerlo en el instante en el que me doy cuenta de lo que realmente estoy haciendo. Estoy temblando porque aún me preocupa lo que Harry piense de mí. ¿Por qué me tuve que enamorar de un gay tan sexy Jesús? Soy una buena samaritana y estoy segura de que no merezco tal castigo.
En cuanto estoy delante de ellos ninguno centra su atención en mí, suspiro, saco la pequeña libretita que llevo en el bolsillo de mi delantal y un bolígrafo.
-¿Qué van a ordenar?- digo notablemente incomoda llamando la atención de todos.
Miro cada uno de los rostros y cuando llego al de Harry siento como mis piernas fallan.
Lo odio por ser tan atractivo, lo odio por ser tan humilde y carismático, lo odio por ser gay ¡joder lo odio por haber arruinado mi vida!
Abro la boca dispuesta a hablar una vez más pero- para mi desgracia- Harry me interrumpe.- No sabía que trabajaras aquí Booby ¿Por qué no me habías dicho?-pregunta curioso.
-No vi la oportunidad, además no es la gran cosa.- contesto incomoda al sentir las miradas de su grupo de amigos en mí y cambio el tema rápidamente- ¿Van a ordenar algo?
Todos asienten con la cabeza y me comienzan a decir lo que quieren ordenar, anoto lo más rápido que mis temblorosos dedos me lo permiten y en cuanto terminan de hablar salgo corriendo- literalmente- de ahí con la excusa de que soy la única mesera y que estoy muy ocupada.
Le entrego la orden al chef y me siento delante de Brent detrás de la barra sin despegar la vista de Harry quien no deja de ser disimuladamente tocado por el chico que está a su lado. Frunzo el ceño en cuanto la mano del chico de ojos azules se posa sobre la rodilla de Harry.
-Brent ¿Quién es él? Nunca lo había visto- pregunto mirando fijamente al chico que está al lado de Harry, no quiero que lo toque.
-Es Louis Tomlinson, era un año más grande que nosotros, seguro alguna vez lo viste, pero ahora se ha mudado a Alemania y viene algunas veces a visitarlos.- termina de decir pero mi cerebro aún sigue tratando de procesar el hecho de que él es el famoso Louis, el novio de Harry o lo que sea.
La cabeza me da vueltas y el estómago se me revuelve, esto confirma que Harry si tiene algo con ese chico, lo amigos no se comportan tan cariñosamente como ellos lo están haciendo ahora. Quiero llorar porque la leve esperanza que tenia de que la pequeña noticia no fuera cierta se ha roto.