-Su llave, señorita.
-Gracias, buen hombre. -Agradezco y me encamino al ascensor.-
Escucho como a Tanjirou le dan su llave tambien y corre hacia mi.
-¿Y bien?
-Justo al lado del suyo. -Sonreimos.-
Realmente no me molesta en general el hecho de que el edificio haya sido especialmente para hombres, en realidad me gustó más porque las mujeres llegan a ser demasiado molestas en particular, no generalizo.
Igual mi suerte siempre está en encontrar viejas celosas con poco cerebro que buscan hacerme pleito por cualquier pequeño factor. En fin.
Por lo que llevaba de trayecto noté a Tanjirou algo nervioso.
-¿Qué te pasa? -Le digo.-
-¿Y si empiezan a hablar mal de usted? ¿Su imagen no se arruinará?
-Todo mi trabajo es tan relevante que creo que pequeños factores como estos no arruinarán mi carrera. Tranquilo, nada te afectará a ti.
-¡Pero no es por mi! Me da cosa que el consejo de la UT no la seleccione por falsos rumores.
-¿Qué pasó con tu actitud positiva? -Él se calma y respira.- Eso es, así me gusta. Debes pensar positivo como siempre haces, no dejarte llevar por corrientes mundanas que hacen que cualquiera deje lo que hace y quiere hacer. -Le acarició el pelo.-
Las puertas del ascensor se abren y un chico de pelo blanco pasaba frente con unas cajas. Se me quedó viendo muy fijamente y lo ignoré pasando por su lado con el Borgoña detrás.
Muy a lo lejos escuché susurros masculinos. Unos en particular que me dejaron una sensación terrible en la boca.
"oh demonios, una prostituta"
Un comentario, como dije, no me arruinará el día. Estudié, trabajé, me esforcé tanto para estar donde estoy. No me dejaré llevar por falsos testimonios y sucios rumores que intenten arruinar mi autoestima.
Cómo sea.
El pasillo se extendía con bastantes puertas de departamentos, lo conocido del lugar es que tienen un muy buen espacio incluso para cuatro personas en cada lugar.
Las llaves en mi mano resonaban como un silbido de mi boca, definitivamente demostraba entusiasmo y claramente el Kamado se me unió.
-¿Está emocionada, verdad?
-En lo absoluto. Probablemente cuando me logre graduar de mi doctorado nos iremos directo a hacer cupo en la NASA.
-¿¡LA NASA!?
-Bueno, bueno. Claro que si encuentras una bonita novia en el transcurso yo te dejaré la decisión de quedarte con un buen trabajo obviamente. Seguramente te cera mi puesto en la empresa. -Lo mira por unos instantes, él igual.-
-Yo... No quiero dejar mi puesto como su asistente, ___. Yo estoy dispuesto a seguirla, y ver la luna si es posible a su lado.
Sonrío con calidez.
-Entonces ya está. Tendrás un futuro grandioso por delante.
Dicho esto llegamos a nuestros respectivos departamentos y en un pequeño despido nos metemos.
Ah, tan grande como me dijeron. Mis cosas ya estaban ordenadas, las cajas apiladas en un lugar para no estorbar, y por supuesto, lo que más me importaba es mi oficina de trabajo.
Al entrar a ella lo primero que huelo es el exquisito aroma de los materiales, la electrónica y papeles; libros, carpetas y cuadernos.
Todos con mis apuntes, teorías, conclusiones, tareas también por supuesto.
Algo que noté fue que como es algo grande la oficina, hay una puerta demás que sin duda la abro y me encuentro con otro cuarto también acomodado. Lo observé un poco más y noté algo en particular; una mochila.
La cual es de Tanjirou Kamado.
Éste mismo abre la puerta de aquella oficina y nos vemos estupefactos. Procesamos y procesamos hasta que de mi rostro una gran sonrisa se formó y como una adolescente recibiendo un auto nuevo, corrí y lo abracé.
-¡Nuestras oficinas están conectadas! -Grito.-
-¡Eso veo! -Ríe con entusiasmo.-
Nos separamos y comenzamos a charlar sobre lo increíbles que son nuestros departamentos. La cosa no terminó ahí pues comimos unas tartas que su madre le mandó, yo invité otros bocadillos para el gusto de ambos.
Esto será fantástico.
...
Omnisiente.
Varios chicos se encontraban en el living con el dueño del edificio. Él solo tomaba un té de manzana y fue arrumbado por demasiados cuerpos musculosos, y dos en particular de complexión pequeña.
Fue tan gracioso que hasta solo imaginarlo me reí.
-Señor, exijimos una explicación del porqué hay una mujer en el edificio. -El primero en hablar es un albino de cicatrices.-
-Bueno yo... -Intenta hablar pero es interrumpido ahora por un azabache de ojos azules.-
-Creo que usted especificó que este edificio es especial para hombres, y que incluso traer a una mujer de visita está prohibido.
-Si pero...
-¿Cómo es posible que ahora incluso deje a una cualquiera rentar un departamento? -El chico que estaba fuera del ascensor hace ratos en la llegada de ___, habla.-
-Chicos...
-¡Y además trae consigo a un cliente! ¿Es acaso una prostituta? -Un chico de cabello en llamas exalta a todos con esa pregunta.- ¡Tengo un hermano menor!
-Si me dejaran hablar...
-Señor Himejima, esto es inaceptable. Se supone que este lugar es exclusivo para estudiantes y trabajadores con harto esfuerzo. No para distracciones. -Otro azabache esta vez bicolor alza la voz.-
El dueño se levanta y todos retroceden. Su altura daba miedo a decir verdad pero su gentileza da mucho de que hablar. Aunque por su parte, a nadie le gusta que no lo dejen hablar y dar su explicación.
-Ella me contactó porque no encuentra un buen sitio para quedarse en lo que termina su carrera. -Por fin explica.-
-¿Su carrera en qué? ¿Prostituta en cuántica? -Uno de los gemelos se burla con su hermano.-
-Fisica cuántica. -Responde y todos se quedan helados.-
Literalmente todos ahí tienen profesiones como: maestro, cocinero, y... ¿Ya? Sin contar a los estudiantes. Ser un físico cuántico es algo muy popular en aquella ciudad porque no todos logran acabarla. Normalmente se les hace tan difícil que llegan a perder la esperanza, o simplemente les aburrió por no poder lograrla.
-Además que también es técnico e ingeniero en sistemas. Su currículum y en la entrevista me explicó que tiene un trabajo en una empresa de inteligencia pública importante. También es hacker, y solo por diversión. El chico que la acompaña es su asistente, un chico de universidad de 20 años. ¿Algo más para que no la espanten de mi edificio? -Relajó la mirada y se volvió a sentar.- Ah, también está en la lista de postulados a la NASA, en los primeros lugares.
(Me verán algo traumada con programación y otras carreras pero literal estoy saturada con ello. Xd lo siento)
-¿Cuántos años tiene? -Un rubio de unos veinte años pregunta.-
-Veinticinco.
-¡¿Veinticinco?! -Todos preguntan asombrados.-
Si, es una edad muy joven para ser todo eso, y más porque realmente parece una jovencita. Todo lo que el señor Gyomei dijo fue suficiente para cerrarles el hocico de perro a los chicos quienes ahora ya no sabían cómo dirigirse al respecto hacia la mujer a la cual, deben tenerlo el debido respeto ahora.
Realmente unos tontos. Pero unos tontos muy guapos, no les voy a mentir.
-Un momento. -Voltean a ver a un chico de ojos verdes de aspecto femenino.- ¿Qué es física cuántica?
Sin poder golpear su frente con sus palmas, alguien muy amable le dió su propio teléfono y le buscó el significado más a fondo. El joven de aspecto femenino no dudó en leer aquello en voz alta.
-La física cuántica es la rama de la ciencia que estudia las características, comportamientos e interacciones de partículas a nivel atómico y subatómico... Ah... Ya. -Se guardó el teléfono.- Creí que las mujeres solo eran bonitas y servían a nosotros.
-¿En qué siglo vives?
-Uh... ¿Monitsu, en qué siglo estamos? -Le susurra a su amigo y este sí que se golpea la mano contra la frente.-
-Veintiuno.
-Vivo en el siglo veintiuno. -Asiente.-
-Como sea. ¿Entonces básicamente la admitiste como alguien trabajador y responsable que no es una distracción?
-Efectivamente. -El más alto de todos, responde.- Así que por favor no la espanten. Gemelos Tokito, no hagan travesuras ni bromas. Solo sean buenos vecinos. Ella tiene un horario apretado y hoy tuvo tiempo libre así que por favor y gracias. Buen día.
Los chicos se salen de el living y se van a sus respectivos departamentos, pensando en cómo demonios les cerraron el hocico con tan solo revelar que alguien aquí tiene mejor trabajo y carrera que la tuya. Eso significa que tiene mejor salario, mejores cosas, y además, es mujer.
Al menos unos cuantos pensaban que por fin abría algo que alegrara el lugar; la bella sonrisa de una mujer. Y no ver cuerpos musculosos sudados luego de correr kilómetros en ejercicio, saliendo del elevador. Claro que para nosotras eso es realmente un arte, quizá un milagro, pero para sus cabeza dura de hetero... Pues no.
Pasemos nuevamente a la joven ___, quién terminó ya su junta con Tanjirou y ahora están descansando por lo que les espera el día de mañana. Un pesado día de trabajo, escuela y demás.
...
Tú.
Admito que necesito un descanso y que quiero bañarme ahora. Fue un camino muy largo, aunque sólo manejé. Pero manejar es cansado.
Obviamente me metí a bañar luego de pensarlo y sentir como el agua, al igual que la música fluían solo tenía ganas de bailar.
-Rain, on, me. -Imito la voz grave de lady gaga.-
(Promocionando su nuevo éxito con Ariana grande 😎👌🏼. Y si no te gusta pues cámbiale de estación uwu)
Después de secarme, me lavo los dientes, la cara, me coloco mis pantuflas al salir del baño para no mojar mi piso y cuando estaba a punto de aventarme a mi cama, tocan la puerta.
¿Quién demonios toca la puerta a las diez de la noche? Quién sea pues ya qué.
Voy a abrir y me encuentro con dos cabelleras rubias flameantes. Abro un poco la boca de la sorpresa, puesto que es un cuerpo musculoso y el otro solo es pequeño y delgado.
-¡Buenas noches! -Saludo y yo con una risita asiento.-
-Buenas. -Devuelvo.- ¿Pasa algo malo?
-¡Para nada! Mi hermano y yo queríamos venir a saludar a la nueva y única vecina en el edificio.
¿Cuántas veces he escuchado la palabra edificio hoy? Ni idea.
-¡Oh! -Parpadeo varias veces.- Lo siento por no pasar a saludar de mi parte, es que tuve un día atareado.
Oye, es guapo este chico. El pequeño es lindo también. Uy.
-¡No te preocupes! -Me sorprende su tono al hablarme. Es muy como entudiasmado.- Mi nombre es Kyojuro Rengoku y él es Senjuro.
-Un gusto, señorita. -Hace una reverencia sonriendo.-
Ignorando el respeto, le revuelvo el pelo notando que es extremadamente suave, incluso más que el de Tanjirou.
-El gusto es mío. Mi nombre es ____. -Sonrío.- uh, ¿Quieren pasar?
-No, no, no. Vemos que está por dormir así que no queremos molestar. Solo queríamos conocer en persona a la señorita. -Asiento comprendiendo al mayor.- Yo soy maestro en la academia kimetsu. Espero podamos llevarnos bien como profesionistas.
Eso último me lo dijo con una sonrisa triunfadora, a lo que se la devuelvo obviamente. Sin contar que estrechamos las manos como dos amigos muy cercanos.
-Entonces, Sejuro. -Lo miro.- Cualquier cosa o duda de una tarea, no dudes en hablarme. Pasenme sus números.
...
Los pájaros me cantaron en la ventana, eso ocasionó que me levante si o si con el pie derecho.
Todo bien realmente.
Mi chico Kamado fue a la escuela, más tarde lo vería en la empresa.
Salí de mi departamento con varias carpetas en manos decidida a ir al ascensor.
No estaban pesadas pero si me temía que pueda caer. Aún así no tengo prisa.
Pero como el destino es muy travieso, dos personas me tumbaron y fue ahí cuando todo voló, al igual que yo también. Caí tan tontamente que ni siquiera me quería levantar de la vergüenza.
Escucho como los papeles son agarrados y en eso dos voces.
-¿Qué demonios es esto? ¿Ecuaciones para llegar a Marte? -Una voz joven y masculina me saca una risa en silencio.-
-No, yo creo que es para el sándwich perfecto. Son demasiado complejas. -Otra voz similar.- ¿No te piensas levantar?
-¡Oigan! ¡Más respeto a la señorita! -Una tercera voz se escucha y veo hacia arriba para ver cómo me tienden una mano.- Lo siento señorita, realmente estos mocosos sólo hacen destrozos.
Tomo su mano y me ayuda a levantarme.
-No es problema. -Me sacudo la ropa.- Un gusto, soy ___. -Ahora yo extiendo la mano y él rubio la acepta gustoso.-
-Agatsuma Zenitsu. -Sonríe muy lindo y educado.- ¡Yuichirou, Muichirou, disculpese!
-¿Por qué? Me vale huevo lo que le pase a los demás. -Responde uno.-
Aún no me giro para encararlos.
-Oh no te preocupes, joven Zenitsu. A mí me vale un chorizo lo que piensen de mi. -Yo digo sin escrúpulos, imitando su tono.-
Por fin me volteo y los miro con una sonrisa relajada y vaga, respondiendo a sus miradas de sorpresa. Seguramente les cerré la mente por pensar que sería una damita tímida. Pero no, nada de eso.
Cambiando de tema, los tres chicos son realmente guapos. Al rubio le cálculo la edad de Tanjirou, a los gemelos los veo de preparatoria.
Me agacho y recojo mis papeles con ayuda de Zenitsu quien muy amablemente se ofreció. Al tenerlos todos en manos me los tendió y agradeciendo le di un beso en la mejilla. Por un momento le ví volar con un gran sonrojo. Qué lindo.
En cambio los gemelos permanecieron muy indignados frente a mi ida, y a como me iba al ascensor. Estando a poco de cerrarse las puertas, casi mágicamente se aparecen en el elevador y ellos cierran las puertas.
-Me agradas, ¿Cuántos años tienes?
-Tiene veinticinco, recuerda.
-Si pero quiero escucharlo de ella.
-Pues si, tengo veinticinco, ¿Y ustedes? -Sonrío vagamente de nuevo.-
-Diesiciete. -Responden al unísono.-
-Cool. -Me concentro ahora en ordenar las carpetas y guardarlas en mi mochila con más calma.-
Para evitar otro accidente.
-Eres linda. -Ok eso ya me confirma que estos chicos tienen unos muy grandes.- Incluso mucho mejor que todas las zorr*s de nuestro salón.
-Diablos señorito. -Me río y ellos igual.-
-¡Lo decimos enserio! ¿Sabes lo feo que es llegar y escuchar un "¡Gemelos!~"? -Me dió una fuerte carcajada el como imitó una voz chillona y excitada.- En mi caso es "Muichirou-kun~"
-Yo no diré cómo me dicen a mi, es asqueroso. Gimen nuestros nombres como si no lo hicieran en sus casas.
-¡Jajaja! Bueno yo también pasó por cosas así en mi trabajo. A veces llego y un tipo re caliente me hace la danza del apareamiento que rechazo cerrando la puerta de mi oficina.
Y así, es como te ganas la amistad de dos gemelos sin escrúpulos.
Al mirarlos bien noté que llevan su uniforme escolar.
-¿Van para el colegio?
-Sip. -Me responden otra vez juntos.-
¡Ay qué lindo! Bueno ya dejó de fangirlear.
-Los llevo, ¿O en que se van?
-Micropobre. -Suelto un bufido audible al abrir las puertas del ascensor y que los tres salgamos.-
-Bueno, los llevo y se ahorran dinero para un dulce.
-¿Así como así? ¿De verdad? Apenas nos conocemos. -Quien creo que es Yuichirou pregunta y asiento sin dejar de caminar.-
-No me molesta. Tampoco es que vaya tarde a mi trabajo.
-Pues... Muchas gracias, __-
-¡Ataque porcino!
Y antes de ser impactada por segunda vez en la mañana, lo esquivo y él chico cae de pie. Lleva una sudadera con corro de jabalí, unos jeans y unas botas negras extrañas.
Suspiré de alivio al saber que no ocurriría otro accidente.
-¡Quítate tontolon! -Uno de los gemelos le grita mientras se acerca al tipo loco.-
Él gira la cabeza hacia mí y con un grito muy grave corre a mi dirección.
Oh no.
-¡No espera! -Me cubro con los brazos.-
Pero no llega el impacto, así que abro los ojos y aquel tipejo está frente a mi con su extraña sudadera y los ojos de jabalí viéndome. Una de sus manos baja el cierra de la capucha y se la quita, dejando ver una ara femenina; ojos verdes, cabello semi largo de tonos azules al final y un lindo chonguito.
Oh, se parece un poco a los gemelos ahora que lo pienso. Solo que Muichirou tiene el pelo suelto y Yuichirou en una coleta. Como sea.
¿Qué acaso todos en este lugar son guapos? Porque si es así, qué bueno será estar aquí. El trabajo cansado, se convertirá en nada al llegar aquí y ver tantos rostros de modelo. El único que tenía conmigo era a Tanjirou, pero ahora hay más y wow.
-Uh... Hola mi nombre es ___. -Saludo un poco nerviosa.-
El otro suelta un aire de toro que me produce escalofríos.
-Hashibirs Inosuke. -Y vaya que su voz es demasiado gruesa.-
No dijo más, solo me olfateó como un animal y antes de irse me entregó una bolsita.
Los gemelos me jalaron hasta la puerta para no llegar tarde y ahí yo los conduje a mi auto.
Los dos se sentaron detrás, luego de escender el auto me fui directo a la escuela de los chicos.
...
Llegando del trabajo, mi asistente corrió primero a su departamento para alistarse con algunas cosas. Yo ahora debía pasar a la universidad.
Antes de entrar al living un chico realmente alto chocó conmigo y se disculpó como un millón de veces a pesar de que fue algo super simple.
Quiero decir, no fue la gran cosa, solo un empujón muy pequeño.
-Tranquilo, todo bien, chico. -Lo miro a los ojos, él se sonroja bastante.-
Quizás es tímido.
-E-está bien. Soy Genya. -Tartamudea.-
-Ah, soy ___. Un placer. -Le tiendo la mano y él acepta muy nervioso, sentí su mano sudar.-
No me molestó por supuesto.
-Eres universitario, ¿Verdad? -Asiente muy rápido.- Mmmm, ¿veintiuno?
-Si...
-¡Oye tonto! ¡A ver a qué hora te dignas a venir!
Un chico de baja estatura se nos acerca y noto un gran parecido con el pelinegro más alto. Me mira molesto y pronto relaja la expresión.
-Sanemi Shinazugawa. Maestro de matemáticas.
-Ah, ___ ____, técnico e ingeniero en sistemas. -Le extiendo la mano y me la estrecha profesionalmente.- ¿Son hermanos?
-Si, nos alejamos un poco de la familia por cuestiones laborales. -Responde serenamente.-
-Oh, cool.
Yo por mi parte soné muy informal, realmente no me interesa ser formal con mis vecinos, me gusta ser social si se trata de tenerlos todo el tiempo a mi alrededor.
-¿Entonces puedo tutearte? -Pregunta con esos ojos terroríficos bien abiertos.-
-Claro, no veo porqué no. -Me encojo de hombros.-
-Bien entonces creo que podemos contar con ayuda porque mi hermano es realmente tonto para la física.
Lo miro confundida. Él se calla de inmediato y se sonroja brutalmente.
-¿Cómo sabes que...?
-Eh... Genya vámonos. -Tomó su mano y salió corriendo de ahí.-
-¿Ah?
Me dije a mi misma. Intenté no prestarle mucha atención respecto a que sepan que estudio aún.
Me fui a mi departamento a cambiar por algo más cómodo, tomé mi mochila y regresé a mi auto.
...
-Disculpa la molestia, mi serpiente entró a tu departamento porque se espantó. -Parece nervioso el de ojos de color.-
Sin embargo ahora estoy en mi tesis y no tengo mucho tiempo.
-Si, si, no te preocupes. Pasa y búscala, yo estoy ocupada. -No tuve tanto tiempo y corrí a mi comedor porque justo estaba degustando una crema de zanahoria.- Soy ___, por cierto.
-Iguro Obanai.
Siguió buscándola, pero no le puse tanta atención al estar resolviendo una fórmula por mi cuenta.
Tecleaba de lo más rápido en mi laptop, tanto así que de momentos volteaba el azabache extrañado.
-Se te nota muy apurada.
-Lo estoy.
-¿Y como puedes responderme sin equivocarte?
-Ese es mi don. Y otros más. -Me río.- ¿Gustas algo de crema?
-¿De zanahoria?
-Yes, puedes servirte.
-Oh, gracias entonces.
Él se va directo a la cocina de lo más normal y al entrar grita.
-¡Kaburamaru, aquí estás condenado!
Suelto una carcajada sonora y pronto sale el chico, algo irritado.
-Es lindo. -Dejo un momento la tesis para mirarla.-
-Si... Tiene casi mi edad. Y por cierto, ¿Es normal en ti dejar pasar a tus vecinos como si nada?
-Nah, pero como estoy prestando mucha atención a mi al rededor no me molesta por ahora. Y te ves confiable. -Dije de forma amistosa.-
-Soy un repelente de persona, y más de mujeres.
-Uh, entonces que mal porque soy un reptiliano. Me llevaré muy bien con Kaburamaru así que prepárate la que te parió.
-¿Qué demonios...?
-Que me encantan tus ojos, nunca había visto a alguien con heterocromia. -Me llevo una cucharada de crema a la boca.-
-Ese también es mi repelente.
-Pues que idiota está la gente, eh. Cómo sea, puedes tomar tu tazón de crema e irte, o puedes hacerme compañía y charlar un rato conmigo. Conocer gente es bueno para la salud.
-Lo tomaré pero me ofende como espanta personas. -Se va a la cocina y vuelve para sentarse con su plato lleno de crema.-
...
Suelto una gran carcajada y golpea el hombro del albino robusto.
-¡Te lo prometo! Me golpeó tan fuerte que salí contra el suelo.
-¡Jajaja! ¿Pues que le hiciste a esa pobre mujer? -Tomo un sorbo de mi vaso con leche.-
Si, estamos en un bar de leche y malteadas.
-Pedir el divorcio.
-Uh... Qué feo caso. Entonces tienes tres divorcios.
-Así es. No estoy orgulloso de igual forma pero pues ya ves como es la vida conmigo y el amor. Ahora sólo me voy a burdeles para tomar y ver.
-¿Ver? -Alzo una ceja confundida?-
-Ya sabes. -Mueve los hombros como baile.-
-Ahhhh. Ya veo. No creí que me invitarías a un lugar así. Pero es bueno que podamos ser buenos amigos, Uzui. -Sonrío.-
-Digo lo mismo, ___. Pensé que los profesionales de tu rango eran super serios pero me demuestras que no. Además que nunca había conocido a una mujer tan...
-¿Tan?
-No lo sé, dedicada a lo que es el trabajo. ¿No estás interesada en alguien?
-El amor no es parte de mi horario. Tampoco la familia nueva. Me quedo con la que ya tengo; mi madre, padre, hermanos y abuelos. -Termino el contenido del vaso.-
-¿Y la diversión? -Me sonríe pícaro y lo encaro.-
Le devolví la sonrisa.
Llegamos al edificio y entramos a su departamento, cerrando tras de sí la puerta. Con una mano en mi muñeca me guió a un cuarto y estando adentro cerró la puerta también.
Ví muchas pinturas hermosas.
-Oh, es bellísimo.
-¿Lo crees?
-¡Definitivamente! -Afirmo.- ¿Vamos a pintar?
-¿Me concedes el honor, bella dama?
Asiento acercándome a él. Tomamos pinceles, cubetas pequeñas de pinturas y me regaló un lienzo en blanco. Ahí comenzó la verdadera dimensión.
...
Habían pasado unas largas semanas llenas de buenas vibras y lindos tratos. Al final esos rumores se dispersaron y fuera de que me importe, estuve más tranquila a decir verdad.
Mi puerta es golpeada ligeramente con tal de escuchar y me levanto a abrí.
Ahora está vez veo a un chico de cabello muy largo y negro. Ojos azules y tes blanca en extremo.
-Señorita ___. Es invitada al convivio mensual de la terraza organizado por todos aquí. Al ser nueva es más que bienvenida. -Me mira serio.-
-¿De verdad no es molestia? -Rasco mi nuca.- No te ves convencido tu de que yo vaya.
Bromeo pero al notar su asombro de inmediato mi sonrisita se desaparece.
-Es brom-
-No me molesta que vaya. -Dice apenado.- Solo soy tímido y me obligaron a venir a dar la cara.
-Entonces muy mal por haberte obligado. Iré a regañarlos a todos.
-¿E-eh? -Levanta el rostro y me impide el paso.- ¡No!
-¿No qué? Voy a subir para reprenderlos por eso que hicieron. -Sornio divertida.- Claro que es broma. Iré porque te obligaron y no es bonito regresar aún más apenado sin nada en manos.
El chico se hace a un lado para dejarme cerrar la puerta. Noto como rasca su brazo avergonzado y comenzamos a caminar uno al lado del otro.
-¿Tanjirou también va?
-¿Kamado? Ah si, le avisé hace momento. -Responde.- Soy Tomioka Giyuu.
-Lindo nombre. -Si, es realmente lindo, pienso.- ¿Trabajas?
-Soy maestro de educación física.
Entonces él ha de tener un físico realmente poderoso para dejarme atrás en una carrera.
-Genial, debes de ser muy atlético. -Rio un poco y él solo me mira estático.-
Subimos al ascensor y comenzó a andar hacia la terraza.
-Lo lamento. -Suelta de repente.-
-¿Por qué?
-Fuimos unos completos idiotas cuando apenas te vimos entrar.
-No es problema, cosas así no me afectan. Es por eso que estoy donde estoy. -Le pongo mi mano en su hombro.- Además, todos han sido muy lindos conmigo, no tengo ningún problema.
-¿De verdad?
-Seguro. Las personas que se dejan llevar por las malas vibras que el mundo les brinda, son personas que tienden a fracasar por el simple hecho de dejarse lastimar. Muchos parientes me criticaban por mi oficio, incluso decían que lo dejaría en cualquier momento. Eso sólo me impulsó a terminar mi primer carrera y por supuesto, a comenzar otra.
No dijo nada más en todo el transcurso. Al llegar a la azotea todos me recibieron con una cálida bienvenida y sonreí. Tomé del brazo a Giyuu y lo atraje con todos.
-Eres asombrosa. -Susurró y ya no respondí.-
Estuvimos todos acomodados en mesas, queda aclarar que no todo el edificio estuvo presente, solo los vecinos más recurrentes. Junto al dueño.
Había karaoke y más juegos divertidos.
Entre la música y comida, no podía parar de reír por los chistes que algunos me contaban. Y entonces fue cuando alguien detuvo la música y corrió hacia mi.
Mi chico Kamado.
-¡___ te aceptaron en la Aeronáutica Nacional y Administración Espacial!
-¿¡Qué!? -Me levanto de mi silla.- ¡Pero aún no me gradúo!
-¡Pues no sé pero ya estás dentro!
-¡Qué, qué!
Si amigas, comencé a llorar. Era como recibir una carta de aceptación de Harvard, pero aún más importante. Definitivamente era el mejor día, el mejor de muchos que pasé en las sombras.
Todos me abrazaron y casi me hago agua ahí mismo.
Fue una gran idea venir a mudarme a este edificio, lleno de chicos guapos con suerte.
Ufff.
...
Iba a ser originalmente corro el oneshot pero pss aquí está está cosa loca que se me salió. JAJA
Ya enserio que pasen bonita cuarentena que ya estoy hasta la fregada.
ATAQUE PORCINO