No había visto a Siete ni a los chicos en todo el día. Al parecer no habían venido a clases. Por lo cual, había estado todo el día sola.
Salí de la escuela, dispuesta a irme a mi casa caminando sola. Los chicos no estaban y era muy tarde para pedirle a mi abuelo que viniera por mi. No quería molestarlo. No me iba a pasar nada. Además mi casa no estaba tan lejos de la escuela, no iba a tardarme tanto.
Camine alejándome cada vez mas de la escuela. El día estaba nublado, parecía que iba a llover.
Apresure mi paso intentando evitar que me tocara la lluvia, sin embargo, no pude evitar soltar una maldición al notar gotas de agua caer, mojando mi pelo.
Seguí mi paso, hasta que una voz chillona y delicada llamándome, me detuvo.
_Tara.- volvía a escuchar.
Me voltee buscando la voz que me llamaba y cuando la encontré sonreí hasta ver a la persona que estaba detrás de la pequeña Olivia.
_Hola.- Dije al verlos cada vez mas cerca.
_Hola Tara.- Hablo Olivia feliz.
_¿Que están haciendo por aquí?.- Pregunte sintiendo la mirada intensa de Siete sobre mi.
_Venimos a buscarte.- Dijo intentando cubrirse de la lluvia con su suéter de flores.
_¿A buscarme?.- Pregunte volteando por primera vez, a ver a Siete.
El soltó una bonita sonrisa y se acerco más a mi.
_Sigues sin entender que no te vamos a dejar sola.- Dijo viéndome con intensidad.
_Además, te venimos a invitar a comer.- Hablo Olivia
La voltee a ver y le sonreí con ternura.
_Gracias, pero tengo que llegar a comer con mis abuelos.- Dije apenada.
_Oh, vamos. Mi hermano estuvo mucho tiempo cocinando.- Dijo sorprendiéndome. Voltee a ver Siete y no pude evitar sonreír al ver su mirada apenada.
_Bueno. Hace mucho no como lasagna. Se me antojo comerla hoy.- Hablo intentando aparentar.
_Pues si es lasagna lo que preparó, no puedo negarme a ir con ustedes.- Dije sacando mi teléfono para llamarles a mis abuelos, para pedirles permiso. - Denme unos segundos.
Mientras hablaba con mi abuela disculpándome por el imprevisto, pude ver a lo lejos, como Siete le decía algo a Olivia mientras ella solo se encogía de hombros. Acabe de hablar y colgué el teléfono dirigiéndome a ellos.
_Si puedo.- Dije. Viendo como las pocas gotas de lluvia que empezaban a caer, se detuvieron.
_Genial.- Salto Olivia alejándose de su hermano, para luego tomar mi mano.
Reí al ser jalada del brazo por Olivia, mientras caminaba al lado contrario de la calle.
Siete nos alcanzo y se puso a nuestro lado. Caminaba en silencio, sin embargo se veía tranquilo, su cuerpo no estaba tenso y veía a su hermana con una sonrisa y un brillo especial en sus ojos. El amor que sus ojos transmitían hacia su hermana me hizo perder el aliento.
Lo seguí viendo por unos segundos, hasta que su mirada se dirigió a la mía.
Me sonrió y se pego aún más a mi. Pero mi sorpresa llego al sentir su mano tomando la mía. Entrelazando nuestros dedos.
Lo vi sorprendida, ganándome tan solo un guiño de su parte.
Sonreí y voltee a ver hacia otro lado, evitando que viera mi sonrojo.
Luego de unos minutos de haber caminado en completo silencio, vi como Olivia corría hacia una casa a lo lejos.
Nos acercamos y pude ver lo pequeña que era. Las casas de al lado parecían triplicar su tamaño. Estaba pintada de color blanco y tenía un pequeño árbol al lado de la puerta.
_Apúrense. Tengo hambre.- Nos grito Olivia abriendo la puerta.
Siete me dejo pasar a mi primero y cerró la puerta. Alejo su mano de la mía y aventó las llaves hacia una canasta que estaba en frente de un pequeño espejo.
Se quitó la chamarra y me indicó con la cabeza que caminara.
Me adentre más a la casa y pude ver una pequeña sala junto a el comedor de seis personas. Si había pensado que la casa de Marcus era pequeña, esta le ganaba por mucho. La cocina estaba abierta, la cual estaba conformada por un pequeño refrigerador blanco, una estufa con horno, una barra de no más de un metro y un pequeño mueble, que supuse, usaba como despensa.
Habían tres puertas más y ya. Esa era toda la casa.
_¿Quieres ver mi habitación?.- me dijo Olivia.
_Claro.- le sonreí
_Olivia ve a lavarte las manos y luego le enseñas tu habitación.- Le mandó Siete.
Ella bufó y se alejó de mi. Abrió una puerta y se metió a ella.
_Ponte cómoda.- Me dijo Siete para luego dirigirse a la cocina.
_Es un lugar muy bonito.- dije y no mentía. La casa era pequeña, pero muy hogareña.
_Me esfuerzo para que Olivia tenga lo mejor. Pero aveces no alcanza.- Dijo sacando unos cubiertos y platos de un mueble.
Me acerque a el y los tome de sus manos, para luego irlos acomodando en la mesa.
_Lo único que no entiendo es lo que haces con tanto dinero que ganas. Quiero decir, con eso podrías pagarte una casa mas grande.- Dije intentando no sonar interesada. Mi duda era real.
_Ahorro para la universidad de Olivia. Se que falta mucho, pero quiero que se prepare en una muy buena universidad.-
Asentí y me volvi a acercar a el.
Lo vi sacar un recipiente del horno y luego comenzar a picar unas verduras.
_No sabia que sabías cocinar.-
Levanto la mirada de las verduras que picaba y sonrío.
_Bueno. Me gusta hacerlo.-
_¿Y que otras cosas te gustan?.-
El se detuvo y luego de limpiar sus manos con un trapo, se acerco a mi, tomando mi cintura, atrayéndome hacia su cuerpo.
_Muchas cosas.- dijo viéndome directamente.
Lo vi sin poder decir nada, sintiendo como mi corazón comenzaba a ir mas rápido.
_¿Que cosas?- Susurre sin dejarlo de ver.
_Tu.- Dijo ronco y sin mas me beso.
Después de un día, sus labios volvían a estar sobre los míos.
Mis manos viajaron hasta detrás de su cuello y mis dedos acariciaron su pelo.
Sus labios se movían sobre los míos con rapidez, con necesidad. Mientras que sus manos acariciaban mi cintura sobre la ropa. Sentí como su lengua comenzó a abrir cada vez más mis labios, ansioso por entrar a mi boca.
Cuando iba a dejar que su lengua acariciara la mía, una voz nos espanto, separándonos.
_Iugh. No hagan eso en frente de mi. No quiero ver como llenan sus caras de saliva- Hablo Olivia tapando sus ojos con sus manitas.
_Olivia.- La regaño Siete.
Ella se encogió de hombros y se sentó en la silla del comedor. Siete volvió a besar mis labios, como lo hizo ayer en la noche antes de irse y se alejo de mi.
_Vamos a comer.- Hablo.
Me senté al lado de Olivia y el comenzó a servir la Lasagna en nuestros platos. Se veía muy buena.
Cuando los tres estuvimos sentados, comenzamos a comer.
La comida paso entre historias de Olivia y algunos otros chistes. Lo estaba disfrutando.
Pero en el momento en el que Olivia soltó un gran bostezo y sus ojitos le comenzaron a pesar, Siete la llevo a su habitación para que durmiera unas horas.
El regreso y me extendió su mano. La tome y me guío hasta su habitación.
Era pequeña y sencilla. Se quito los zapatos, tomo mi mano, comenzando a guiarme hasta su cama y luego de acariciar mi mejilla me hizo acostarme en ella, con el a mi lado. Por suerte hoy no me había puesto vestido.
Mi respiración comenzó a ser acelerada, pero el al darse cuenta de mi nerviosismo solo volvió a acariciarme la mejilla, indicándome que no era lo que estaba pensando. Me dio seguridad.
Una vez me relaje, recargue mi cabeza sobre su pecho y cerré los ojos.
_¿Qué es esto?.- Pregunte todavía sin abrir los ojos.
_No lo se.- Contesto el con un suspiro. Después de mantenerse callado por unos segundos.
No sabía que me estaba pasando con el, solo sabia que con Siete me sentía segura y si, me gustaba estar con el. Me gustaba cuando no estaba en su postura de chico malo. Me gustaba como trataba a Olivia. Y lo que mas me gustaba, era lo que me hacía sentir cuando estaba a su lado. No lo podía seguir negando.
Comencé a respirar mas lento y sin mas, me quede profundamente dormida.
(...)
_Suéltenme, Suéltenme. Por favor ya no me hagan daño.- Grite despertándome de un saltó. Mi respiración comenzó a ser acelerada y mis pulmones no conseguían aire.
Mire hacia todos lados desesperada. Hasta que unos brazos envolvieron mi cuerpo.
_Tranquila, tranquila.- Me susurro Siete al oído. Sin embargo el aire seguía sin llegarme a los pulmones. El al darse cuenta de esto se separo de mi y tomo mis mejillas, haciendo que lo viera a los ojos.
_Tara tranquila, estas bien. -
Yo solo pude negar con las lagrimas cayendo de mis ojos. Volví a sentir sus manos sobre mis mejillas.
Escuchamos la puerta ser abierta y solo pude ver a Olivia bajo ella, viéndonos asustada.
Siete se levanto rápido de la cama separándose de mi y llego hasta ella.
_¿Que tiene?- Escuche la voz preocupada de Olivia.
_Tranquila, solo una pesadilla.- Intento tranquilizarla.
Cerré los ojos con fuerza y comencé a contra hasta diez. Una pesadilla, solamente fue una pesadilla. - Pensé intentando tranquilizarme.
Volví a sentir los brazos de Siete abrazándome y mordí mi labio hasta hacerlo sangrar. Necesitaba tranquilizarme.
De nuevo conté hasta diez y mi respiración volvió a ser mas pausada.
Una vez mis pulmones volvieron a recibir oxigeno, me pude acurrucar en los brazos de Siete y comencé a llorar.
Unos segundos después, me alejó un poco mas de el para poder volverme a ver a los ojos. Pero yo me negaba a hacerlo. No quería que me viera mas débil de lo que ya soy.
El con un delicado movimiento, tomo mi mentón y me obligo a verlo.
_Estas bien. ¿De acuerdo?.-
Asentí y sin poder evitarlo lo bese. Pero me separe de el al recordar a Olivia.
_Olivia.- Fue lo único que dije.
_Ella esta bien. Se asustó un poco, pero esta bien.- Asentí y volvía a acurrucarme en el.
Nos quedamos así por unos segundos hasta que vi la hora en su reloj de pared.
_Ya son las ocho de la noche. Mis abuelos me van a matar- Dije asustada. Me levante y comencé a ponerme los zapatos.
_Creo que dormimos mas de la cuenta.- Dijo parándose copiando mi acción. - Te llevo a tu casa.-
Asentí y salimos de su cuarto. Vi a Olivia sentada en la sala y en cuanto me vio, se acero corriendo a mi.
_Tara ¿Estas bien?.- Pregunto abrazándome las piernas
_Estoy bien, no te preocupes. _ Dije poniéndome a su altura. - Ya me tengo que ir, pero nos vemos pronto.- Dije abrazándola.
_Por favor que no te pase nada. Eres la primer novia de mi hermano que me cae bien.
Voltee a ver a Siete incomoda recibiendo una mirada seria de el. Así que volví mi mirada hacia ella.
_No me va a pasar nada.- Dije ignorando lo segundo que dijo.
Me puse recta, tome mis cosas y camine hasta la puerta de entrada.
_Regreso en diez minutos. No le abras a nadie.- Le indico Siete a Olivia.
Esta asintió y se metió en su cuarto.
Caminamos hasta a la salida y lo seguí hasta llegar al lado de su coche. El cual estaba estaciónalo a un lado de la calle.
Me subí sin decir nada y el también. Prendió el coche y arrancamos.
_Muchas gracias por la comida. Eres muy buen chef.- Hable intentando romper el silenció que se había creado.
_¿Qué fue lo que paso?- Me pregunto llamando mi atención.
_¿Cuando?.- Pregunte. Aunque sabia perfectamente a lo que se refería.
_La pesadilla- Dijo viéndome serio.
Suspire y voltee a ver hacia la ventana.
_No fue nada.-
_Se que no fue una pesadilla.-
_Si lo fue.- Dije intentando acabar con la conversación.
_Conozco los ataques de pánico Tara y el que acabas de tener fue uno muy fuerte.- Dijo
_Solo, no quiero hablar de eso.- Dije rendida.
El solo asintió y no volvió preguntar.
Cuando llegamos a la casa de mis abuelos, lo voltee a ver no sabiendo que hacer. ¿Solo me bajaba o era mejor despedirme?
Iba a tomar la primera opción así que la abrí la puerta, dispuesta a bajarme, pero su mano jalando mi brazo me lo impidió.
Tomo mi cuello por detrás y junto sus labios con los míos. Al parecer besarnos ya se nos había echo una costumbre.
Estuvimos besándonos por unos minutos hasta que el aire nos falto. Recargo su frente en la mía y suspiro.
_No se que es lo que estoy sintiendo por ti. Pero lo que si se, es que quiero que estes tranquila. Quiero que estes bien y conmigo no vas a poder estarlo.- Dijo y se alejo de mi tan rápido como sus palabras habían golpeado mi corazón.
Lo mire confundida. ¿Acaso, acababa de romper conmigo?
Pero no éramos novios, ¿Como acabar algo que no habías empezado?
Me baje del coche y camine hasta la puerta de mi casa sin voltear a verlo. Entre y supe cuando se había ido, al escuchar el motor del coche alejarse.
_Tara querida. Que bueno que llegas. Ya esta lista la cena. - Hablo mi abuela asomándose desde la cocina.
_No tengo hambre. Gracias. Ya voy a irme a dormir.- Dije subiendo las escaleras de dos en dos, sin escuchar su respuesta.
Llegue a mi cuarto y sin prender la luz, me acoste en mi cama. Habían pasado tantas cosas hoy, que ya no quería seguir pensando en nada.
Cerré los ojos y me quede viendo el techo, evitando pensar en lo que acababa de pasar.
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Nuevo día, nuevo capítulo. ¿Qué les pareció lo que le dijo Siete?
Por favor comenten como les aprecio. Muchas gracias por seguir leyendo. Los quiero.
Maite-ev