Esto no es un cliché, ¿o sí?

By allierngll

3.1M 283K 490K

Luego de que su crush la golpeara por accidente sus vidas se mezclarán irremediablemente y ella descubrirá qu... More

Prólogo
1. La víctima
2. El castigo
3. El beso
4. La fiesta
5. El cretino
6. La salida
7. El deseo
8. El diario
9. La pregunta
10. El acercamiento
11. La excepción
12. El rumor
13. El partido
14. La plática
15. El plan
16. El paseo
17. La cosa
18. La revelación
19. El tiempo
20. La reconciliación
21. El viaje
22. El lago
23. La fogata
24. El mensaje
25. El cuidado
26. El espacio
27. La esperanza
28. La familia
29. La despedida
30. El despertar
Nota Final
1. Extra
2. Extra
3. Extra

Epílogo

54.3K 5.6K 10K
By allierngll

Epílogo

Día de Muertos

Unos meses más tarde.

Me observé frente al espejo.

Me había puesto una falda de piel negra, con unas medias negras de red y un crop top de color negro. En fin, iba completamente de negro, pero eso no es nada nuevo. Brianna se había encargado de maquillarme todo el rostro como solían hacerlo en el país de México para la festividad que celebraban cada 2 de Noviembre.

The day of the death.

Y, para finalizar, una corona de flores rojas.

—¿Cómo me veo? —pregunté.

—Yo diría que no me quedó tan mal —dijo Brianna mientras observa el maquillaje que me había hecho.

—Me refiero a cómo me veo, no si tú maquillaje te quedó bien o no. Me serviría mucho si me dijeras, eh.

Asintió con aprobación.

—Para ser al primera vez que vas a celebrar algo así, pues yo diría que no te ves nada mal.

—Bien, eso es lo que quería escuchar —aprobé.

—¿A qué hora vendrá tu novio?

Observé la hora en mi celular.

—No tarda en llegar.

—Ve a despedirte de mamá —me recordó.

—Ya lo sé.

—¿Y qué le dio a Leonardo por hacer una fiesta Mexicana? No sabía que era fanático de sus culturas.

Me reí.

—Digamos que se lleva muy bien con la cocinera de nuestra escuela y ella es Mexicana. Así que ella le platico un poco de estas fiestas y Leo quedó enamorado. Así que la contrato para adornar y cocinar su casa el día de hoy.

—Vaya, que ingenioso.

—Lo es —sonreí.

—Bueno, ya vete, que se te hará tarde.

Me acerqué y la abrasé.

—Muchas gracias, Bree.

—Te diviertes —respondió.

Antes de salir de mi habitación tomé mis cosas del tocador y bajé corriendo las escaleras. Solo que al terminar de hacerlo me arrepentí, siempre olvido lo pesadas que son mis botas. Busco con la mirada a mi mamá y la encuentro sentada en el sofá de papá leyendo.

—¿Qué tal? —sonreí—. Soy una catrina.

Mi mamá se acomodó los lentes, y luego me sonrió.

—Quedaste bellísima, Mack.

—¿Verdad que sí?

En ese momento llegó Connor.

—Te ves como esas chicas que salen en las películas de terror, ¿segura qué quieres que tu novio te vea así? Lo vas a espantar y terminará huyendo. ¿Sabes que pasará si haces eso? Me quedaré sin el mejor cuñado del mundo.

Sí, lo escucharon bien.

Mi hermano era fan de Alex.

Siempre que venía a casa, tenía que hacer todo lo posible para no dejar que se lo llevara a su cuarto a jugar video juegos y todo esas cosas que solían hacer. Mi propio hermano intentaba quitarme a mi novio. Un clásico.

Me acerqué a él lentamente.

—Está misma te jalará los pies en la noche —susurré.

Connor abrió sus ojos.

—¡No! —gritó—. ¡Que horror!

Y salió disparado escaleras arriba.

—Me preguntó que día dejarán de llevarse así —preguntó mamá mientras se levantaba y se acercaba a mí.

—Todos los hermanos lo hacen.

—Lo sé —asintió.

Alguien tocó al timbre, y sonreí como tonta.

—Ya llegó —chillé. Mamá puso los ojos en blanco y negó con su cabeza y me dio una sonrisa. Sí, Alex le caía bien.

Es que, ¿quién no iba a adorar a ese chico?

Fui corriendo emocionada para abrirle la puerta.

Mi quijada tocó el suelo.

Alex traía puestos unos jeans ajustados de color negro, que le quedaban como si fuesen un guante de látex. Una camiseta de color blanco y una chaqueta negra. Tuve que tragar saliva para poder continuar con mi inspección.

Se había pintado el cabello con una especie de spray de color platinado y le habían pintado el rostro como a mí.

—Joder —susurré.

—Sí, joder.

Mis ojos buscaron los suyos, y fue cuando me di cuenta que él había hecho exactamente lo mismos que yo.

—Te ves delicioso.

—Lo mismo digo, bombón —sonrió.

Volqué los ojos.

—¿Ya vas a empezar de nuevo con eso?

Últimamente le encantaba llamarme de ese modo, ya que decía que mi cabeza era como una cabeza de bombón.

Uno de color rosa.

No le encontraba la gracia, pero eso lo hacía tan feliz que no podía arrebatárselo. Me acerqué para darle un beso.

¿Y les cuento algo? Besaba mejor que en el sueño.

Mis labios acariciaron los suyos, y los de él se mantenían al margen pero, aún así, lograba despertar cosas en mí.

Él se separó.

—¿Por qué tan corto? —hice un puchero.

—No quiero que mi suegra se enoje conmigo.

Me puse en jarras.

—Se supone que debes de quedar bien conmigo, no con ninguno de mi familia, ¿lo sabías?

—Me gusta llevarme bien con ellos —sonrió.

—Lo sé.

Y hablando del Rey de Roma, mi madre apareció detrás de mí para saludar a Alex y sonreírle abiertamente.

—Hola, querido.

—Hola, señora Davis —asintió.

—Entonces, ¿a qué hora tienen planeado volver?

Alex me miró al instante.

Ups.

Se me había olvidado pedirle permiso a mamá para quedarme a dormir en la casa de Leo. Él nos había invitado a quedarnos después de la fiesta, ya saben a lo que me refiero con eso. No diré nada más, ¿ok?

—Este.... —intenté decir.

—¿Qué sucede, Mack?

Le di una mirada significativa a Alex para que se apiadara de mi pobre alma en desgracia y me quisiera ayudar.

Alex me negó con la cabeza.

—Lo que pasa, señora Davis —empezó a decirle ganándose su atención—, que Leo nos invitó a quedarnos a dormir en su casa. Porque la fiesta va a terminar algo tarde y no quiere que nos arriesguemos y vengamos tan tarde y en un estado que no es considerable conducir.

Me aguanté la risa.

Este chico si que se tiraba su labia con tal de convencer a las personas de lo que sea que él quisiese. Es demasiado inteligente, y no lo podía negar. Mi madre lo escucho en silencio y deseé que fuese lo suficientemente bueno.

Teníamos que convencerla.

Bueno, él tenía.

—¿Y bien? —le pregunté.

Ella nos observó a ambos.

—De acuerdo —aceptó—. Con una condición.

—¿Cuál?

—Me tienen que contar si están usando protección.

Abrí mis ojos con horror.

—Vamos, Mack, no nací ayer —se burló.

Alex se puso un poco nervioso.

—S-Sí, lo hacemos —respondió, nervioso.

—Bien, es lo único que quería saber, soy muy joven para ser abuela y a ustedes les queda mucho por vivir.

Me cubriría la cara, si no fuese por el maquillaje.

—Pues, entonces váyanse con cuidado —agregó.

Nos despedimos de ella y comenzamos a caminar en dirección hacia su auto. Mientras abría la puerta, no pudimos evitar soltar una risa y mirarnos con diversión.

—¿En serio acaba de pasar eso?

—Tú mamá no es tonta —negó.

—No, no lo es.

(...)

La casa estaba completamente adornada de un montón de cosas que no conocía. Se habían lucido, aún recuerdo como Leo tuvo que convencer a sus papás y a su hermana de que se tomaran unos días de vacaciones. Y, de esa forma, él poder hacer todo esto. Me aferré a la mano de Alex y seguimos caminando buscando a nuestros amigos.

Soltó un silbido.

—Joder, si que sabe dar fiestas Leo —dijo Alex.

—¿Crees que Caleb tenga competencia?

—Antes no, ahora sí —se burló.

—Tengo que ver su cara cuando lo sepa.

Alex se burló y seguimos caminando.

Una vez que llegamos a la cocina nos encontramos a mi mejor amigo vestido de charro y pintado de la cara.

Su cabello negro estaba peinado hacia atrás, y tenía un sombrero medio puesto en la parte de atrás para no despeinarse. No por ser su amiga no podía negar en que ese traje ajustado y ese maquillaje le sentaba muy bien.

Se veía sexy.

—Vaya, vaya —hablé—. ¿A quién piensas conquistar?

Leo levantó la mirada, que la tenía en el ponche que se estaba sirviendo en un vaso de plástico color verde.

—A nadie, recuerda que soy papa casada.

—¿Con quién? Porque déjame decirte que no te he visto novia en el tiempo que llevamos siendo amigos.

Leo me dio una sonrisa de lado.

Su voz sonó sensual mientras lo decía.

—Soy de todas las chicas a las que les gustó.

Alex se burló y negó con su cabeza.

—Fingiré que no dijiste eso —levanté la mano para silenciarlo y que no dijera nada más—. Así que sí nos permites, vamos a ir a bailar. ¿Verdad, Alex?

Clave mis ojos en los suyos.

—S-Sí —asintió con rapidez.

Nos dimos la vuelta, y luego gritó Leo.

—¡No dejes que te domine, hombre!

—No le hagas caso —pedí.

Alex me susurró al oído.

—Me gusta que me domines de vez en cuando.

Mi cuerpo entero se erizo.

Una vez que llegamos a la especie de pista improvisada que había hecho en la sala de Leo. Alex acercó mi cuerpo al suyo haciendo que nos pegáramos, sentí el calor que emanaba y su loción nos rodeó por completo. Mis manos se envolvieron en su cuello y dejé que mis ojos solo lo vieran a él, nada más que a él. Sus movimientos eran lentos y sensuales, haciendo que los míos le contestaran de la misma forma. La verdad es que antes de Alex yo no sabía lo que era bailar, pero eso de ir a fiesta hizo que él tuviese que enseñarme y me tuvo mucha paciencia.

Dejé que la música se apoderara de nuestros cuerpos y comencé a divertirme. Nunca creí que lo haría viniendo a una fiesta y haciendo este tipo de cosas. Pero es que siempre había tenido la idea de que la diversión solo la podía encontrar en mis libros, series y películas que solía ver hasta el cansancio. Es que aún lo hago, pero no dejo que sean mi todo, también le doy la oportunidad a otro tipo de cosas. Esas mismas que me hacen que lo comparta con las personas que más quiero en este mundo.

Entendí que siempre se debe tener la mente y el corazón abierto a nuevas cosas, experiencias y personas. ¿Les cuento algo? El primer mes fue difícil, porque aún me costaba aceptar que nada había sido real y ya me había acostumbrado a ciertas actitudes de las personas. Cuando me llevé la sorpresa de que nadie era como lo imaginé.

Tuve que aprender a querer sus verdaderas personalidades y aceptarles sin renegar. Porque ningún de ellos tenía la culpa de que hubiese soñado lo que soñé. Y sin mentir, me gustaba más estas versiones que las anteriores. Hasta podría decir que también me gustaba más la mía.

Me volví a enamorar de Alex.

Y puedo decir que con más intensidad de lo que alguna vez creí llegar a hacerlo. Tenemos peleas, como cualquier pareja, pero siempre buscamos la manera de arreglarlo.

Nuestras citas siempre suelen ser mejor que la anterior y su relación con Leo es demasiado bien. No me arrepiento de nada de lo que ha pasado porque gracias a eso tuve una segunda oportunidad de hacer las cosas mejores. No tuve que perder a nadie para aprender y ahora puedo decir con orgullo que el saber que papá no está no me deprime.

Cada día intento entender que todos en esta vida somos un par de viajeros. Los cuales no tenemos un destino fijo y, que en cualquier momento, tenemos que partir. Para ir a un nuevo lugar y convertirnos en algo más eterno.

Mi papá cumplió con todo lo que tenía que hacer.

Se encargó de darnos un felicidad inalcanzable, y dejó en nosotros un montón de sentimientos que no tendrán fin.

Y sé que en algún momento de mi vida lo volveré a ver.

Y, hasta entonces, haré que se sienta orgulloso de mí.

Alex se acercó más a mí.

—¿En qué piensas? —me habló al oído.

—Si te lo dijera, no me lo creerías.

—¿Por qué no?

—Es algo demasiado irreal —expliqué.

Se alejó y me sonrió.

—Intentaré entenderlo.

Muchas veces se me pasó por la cabeza la idea de contarles a ellos todo lo que me había pasado. Aunque ustedes pensaran que soy un poco egoísta por no hacerlo.

Pero... es mi historia, después de todo.

A mi me corresponde decidir a quién debo o no debo contársela. ¿No lo creen? Y yo decidí contárselas a cada uno de ustedes y puede que haya mejores. Sin embargo, no se trata de calidad o perfección. Se trata de lo que está te enseño y todo lo que te hizo sentir. Me decidí a abrir mis pensamientos y sentimientos a ustedes. Puede que te esta te haya ayudado en momentos difíciles, o puede que no lo haya hecho. Pero si te hice sentir algo, por muy mínimo que sea. Me hace sentir orgullosa, porque mis errores, mis locuras, mis momento felices y tristes valieron la pena después de todo. Esta es una historia de muchas de las que pueden existir y siempre habrá una nueva. Ningún será mejor que la otra, solo serán diferentes y únicas. Así como mi amor por Alex.

Le di un beso casto en los labios.

—Tal vez algún día lo haga.

—Te esperaré todo el tiempo que necesites.

Me recosté en su pecho.

—Te amo —musité.

—Te amo más.

FIN.

Continue Reading

You'll Also Like

135K 16.1K 51
Y si viviéramos en un mundo diferente. En donde sea fácil encontrar un chico con un libro y difícil encontrar una chica con uno. "Oye, ¿estás leyendo...
823 245 23
Nada, silencio. Todo se mantiene en calma hasta que por fin...late, una y otra vez. Abro los ojos pero ya nada es lo mismo; yo he cambiado; no, el mu...
543 76 10
Un verano que parecía perfecto para este grupo de amigos, termino siendo una máscara. Infieles, mentirosos, irresponsables, sed venganza, juegos, et...
75.8K 8.7K 6
¿Que los americanos lo arruinaron? ¿Los Mexicanos Lo harían mejor? ~pues si we nmms :v~ •mejor que la de netflix xD•