5. El cretino

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Capítulo Cinco

El cretino

Sus brazos habían rodeado mi cintura y, si no fuese porque estaba a punto de caer en la piscina, se me hubiese detenido el corazón.

Mi cuerpo fue absorbido por el agua.

Cuando toqué fondo me impulsé hacia la superficie para buscar el oxígeno que comenzaba a hacerme falta. Tomé un fuerte respiro y me llevé las manos a la cara para retirar el agua de ella. Al bajarlas me percaté de cómo Alex me observaba con diversión.

—¿¡Qué carajo tienes en la cabeza!? —espeté.

Una sonrisa tiró de sus labios.

—Creí haber escuchado que estabas aburrida.

Tenía que ser una maldita broma.

—¿Y eso significaba que tenías que tirarme a la piscina contigo incluido? —solté irónica.

Volcó sus ojos.

—Pensé que te daría risa, no seas una amargada.

—Jódete, Alex.

Sus ojos nunca abandonaron los míos.

El aire había abandonado mis pulmones cuando sentí sus palmas rodear mi cintura. ¿Qué demonios estaba tramando? Me quedé quieta al percatarme de sus intenciones. Extendí mis brazos hacia arriba para que él pudiese quitarme la sudadera. La sostuvo entre sus manos antes de dejarla en la orilla. Me quedé solo con una blusa de color azul cielo con tirantes. Sin mencionar que está debido al agua se transparentaba.

Lo observé con cautela.

—Noté que te estaba estorbando —intentó explicar.

Tragué saliva.

—Gracias.

—¿Me estás dando las gracias? Considero que estamos comenzando a avanzar.

—Tal vez —sonreí.

—Estando aquí no podrás escapar de mí.

Mis ojos se abrieron.

—¿Qué?

—Me refiero a que es la única manera en la que podré hablar contigo sin que te vayas.

—¿Y no te preguntas por qué es?

Alex se quedó callado.

Mi vista viajó a su camiseta que se le pegaba al cuerpo como una segunda piel. Su cabello húmedo peinado hacia atrás, y esos labios que me volvían loca. Este chico era malditamente celestial. Podía sentir el tamborileo de mi pulso en los oídos.

Él fue acortando la distancia entre nosotros.

¿Cómo nos había traído hasta allí? De un momento a otro habíamos pasado de estar peleando a estar así de cercanos.

Un escalofrío me recorrió la espina dorsal. No sabía si era por el frío que debería tener por estar dentro del agua o por tener a Alex tan cerca. Esto tenía que ser un sueño, ¿o por qué otra razón él actuaría de esta forma?

Esto no es un cliché, ¿o sí? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora