Dos idiotas enamorados

By MrsShades50

1.3M 98.8K 27.8K

"Sí dos personas están destinadas a estar juntas no importa cuántas peleas tengan ni cuánto tiempo estén sepa... More

PRÓLOGO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16 MARATÓN 1/3
Capitulo 17 MARATÓN 2/3
Capitulo 18 MARATON 3/3
Capitulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27 MARATÓN 1/3
Capítulo 28 MARATÓN 2/3
Capítulo 29 MARATÓN 3/3
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
¿Qué pasó?
Capítulo 34 {1/3}
Capítulo 35 {2/3}
Capítulo 36 {3/3}
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41 MARATÓN {1/3}
Capitulo 42 {2/3}
Capitulo 43 {3/3}
Capítulo 44
Capítulo 45 {1}
Capítulo 46 {2}
Capítulo 47
La carta de Ailen
Capítulo 48 {1/2}
Capítulo 48 {2/2}
Capítulo 49 {1/2}
Capítulo 49 {2/2}
Capítulo 50
Capítulo Especial #1
Capítulo Especial #2
Capítulo Especial #4
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53

Capítulo Especial #3

7.3K 425 136
By MrsShades50

Antes de comenzar con el capítulo les advierto: mucho texto.
Es un capítulo que me costó un poquito escribir porque debía decidir que cosas agregar o no a la vida de este querido personaje.
Ahora que está terminando debo decir que estoy conforme.
Espero que les guste, y lo conozcan un poco más
El sábado subo el último especial, el de Abby.
Me despido por hoy, les mando un abrazo enorme, nos leemos de nuevo en unos días.
●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●

Narra Gabo

-Amor, ya me voy.

Sonrío al sentir el beso que deja sobre mi frente y tomo su brazo antes de que se aleje.

-Cuidate por favor.

Él asiente, y después de dar un par de vueltas más por la casa para buscar sus llaves y el celular, se escucha como la puerta de entrada se cierra, indicándome que ya partió para su trabajo.

Internamente pido que nada le pase y que vuelva sano a casa.
Lucas es policía desde hace un par de años ya, pero todavía no puedo quitarme de encima el miedo de que algo pueda pasarle estando de turno en las calles, y que yo no pueda hacer nada para ayudarlo.

Aunque bueno, al fin y al cabo ese es el miedo de todos, que le arrebaten la vida a un ser querido es la pesadilla de cualquiera.

Como es viernes, no me toca ir a trabajar temprano así que decido posponer la alarma para unas horas mas tarde y cuando ya estoy un poco más tranquilo vuelvo a dormir.

***********
13:00

Son muy pocas las veces en las que pienso en mi madre, porque cada vez que la recuerdo no puedo evitar ponerme triste.

Hoy particularmente la extraño mucho.

Tal vez sea un poco ridículo tener esta clase de pensamientos cuando estoy a punto de bajar de un colectivo, pero no pude evitar recordarla al ver a una mamá y a su hijito de unos 5 años riendo en los asientos del fondo.

Así era ella.

Graciosa, espontánea, generosa, empática.

Mi madre era la mujer más buena de todo el mundo.

Tal vez sea por eso que Dios se la llevó, o al menos eso es lo que me dijo mi padre cuando falleció después de haber luchado por mucho tiempo contra el cáncer de mama.

Estoy seguro de que si ella estuviera acá muchas cosas serían diferentes.
A veces pienso que si fuera así mi relación con papá no se habría roto, después de todo ella era la luz que nos mantenía unidos.

Intenté por mucho tiempo entender a mi padre, ponerme en su lugar. Entendí que debió ser muy difícil para el perder al amor de su vida y al poco tiempo enterarse que su hijo le había salido gay, "desviado", "maricon".

En ese momento, cuando escuché esas palabras salir de su boca para dirigirse a mi, nuestra relación se quebró.
Pero se terminó de romper cuando, luego de algunos años, conoció a María, quien en poco tiempo se convirtió en su nueva esposa.
Y no, no porque ella lo pusiera en mi contra y tratara de separarnos, como podría llegar a esperarse.
Siempre había escuchado que las madrastras eran malas, pero esa no es más que una falsa generalización. Esto lo comprendí cuando la conocí a ella.

María era, y es, una mujer increíble, y desde que llegó a mi hogar, cuando yo tenia aproximadamente 14 años, se convirtió en una segunda madre para mi.
Al enterarse de que mi padre me ignoraba y desvaloraba por mi sexualidad, fue la primera que intentó hacerlo entrar en razón.
Por las noches podía escuchar como ella trataba de hacerle entender que nada malo sucedía conmigo, pero eso empeoró aún más las cosas.

Mi padre de repente se encontró siendo juzgado. Después de haber pedido a su esposa y de haberse enterado de lo que era su hijo, además tenia que soportar que su nuevo amor lo hiciera creer en cosas que no pensaba, y que lo criticara.

Yo me volví el culpable de su mala suerte.

Por ser así iba a estar condenado para siempre, iba a irme al infierno, eso decía el.

Crecí en una familia muy creyente, muy católica. Conservadora, por así decirlo.
Casi todos los domingos íbamos a misa, y aún después de la muerte de mi mamá, seguíamos yendo con María.

Mucha gente usa la religión para ayudar a los que mas necesitan creer y ayudarse a sí mismos, para darles algo en qué confiar, en que encontrar consuelo.
Otros, deciden atemorizar a todo aquel que no siga la "norma", con la palabra de Dios juzgan como si fueran el mismo, a su nombre.

Mi padre se convirtió en esta última clase de persona.

Siempre escuchaba de su parte que Dios iba a juzgarme, a repudiarme, porque había pecado.

Es por eso que empece a trabajar en un sitio de comida rápida para no tener que soportar sus palabras por mucho tiempo. Mi objetivo era terminar la secundaria con el dinero suficiente e irme a vivir a otro lado. Aquel lugar en donde estaba viviendo no era mi hogar, había dejado de serlo desde hace mucho tiempo.

Entonces nos mudamos por unos meses con las chicas y esa fue una salida muy gratificante.
Encontré la paz que tanto había buscado y necesitaba.

A pesar de que pasé momentos horribles y triste con una antigua pareja, fue en ese año en particular cuando conoci a Lucas, quien llegó a mi vida como un regalo del cielo, como un Ángel.

A partir de ese día mi vida gris empezó a tener un poco más de color.

Mientras camino hacia la entrada de la escuela me doy cuenta de que estuve mucho tiempo pensando, tanto que si no me apuro podría llegar tarde.

Observo mi tatuaje sobre el dedo anular y recuerdo que a pesar de que sufrí por muchos años, ahora puedo decir que soy feliz.

Aún recuerdo esa frase de la serie que me recomendó Ailen que en su momento me marcó mucho.
Decía: "Uno no encuentra la felicidad sin haber conocido antes el dolor."

Cuanta verdad.

-Buenos días, profesor.

Saludo con un asentimiento de cabeza y una sonrisa a una alumna que pasa a mi lado.

Haber estudiado ingeniería en sistemas había sido una buena elección.
Pero además, haber hecho la pedagogía que me permitiría dar clases, resultó ser la mejor decisión de toda mi vida.
Había juntado mis dos pasiones y cada día que pasaba dando clases era un poquito más feliz.
Si bien a veces trabajaba para alguna que otra empresa, la docencia es, para mi, lo primordial.

Observo a los pocos chicos que hay en el establecimiento y me pone un poquito mal verlos estresados de esa manera.
Siendo diciembre, la única razón por la que podrían estar aún acá seria que tiene que dar alguna materia, y entiendo cuán horrible deber ser eso.

Más aún estando en estas fechas.

Algunos de ellos se percatan de mi presencia y fruncen el ceño sin entender el porqué estoy acá, ya que las mesas de examen de mi materia terminó hace unos días, pero un mensaje de mi compañero de trabajo informándome que daríamos una charla a los chicos que entraban al último año cambió totalmente mis planes para el día de hoy.

Camino más tranquilamente hasta el SUM donde se encuentran los chicos para que no noten que estuve practicamente corriendo para llegar a tiempo y antes de entrar tomo una respiración profunda. Al ser una charla opcional, no sé exactamente con cuantos estudiantes podria llegar a encontrarme.

Al entrar, en seguida me encuentro con un grupo de aproximadamente 20 chicos, a los que saludo con un "buenas tardes"
Dejo que mi compañero, el profesor de arquitectura, termine su charla y aprovecho para preparar todo lo que voy a decir.

Pasan unos cinco minutos hasta que el docente se marcha y entonces me toca a mí.

-Bueno chicos, mi nombre es Gabriel Kappel y hoy voy a hablarles de la carrera de Ingenieria en Sistemas.

Empiezo mi discurso contando sobre los años que lleva la carrera, las materias y la carga horaria de la universidad en particular a la que fuí.

En cierto momento, noto que en una esquina del salón, unos chicos se giran para hablar con otro que se encuentra totalmente apartado del grupo.
Frunciendo el ceño sin entender, sigo explicando sobre las salidas laborales que se les puede ofrecer, pero es cuando veo que el chico apartado empieza a levantar la voz que decido intervenir.

-¡¿Que está pasando ahí?!-

-Nada, Gustavito está un poco susceptible hoy-dice uno que estaba dado vuelta hace unos segundos.

-Pero si no quiere hablar con ustedes, no lo molesten, déjenlo escuchar y hagan silencio.

Los del grupo asienten de mala gana, pero para que la cosa no empeore decido dejarlo pasar y sigo hablando.
Dos segundos después noto que estos siguen molestando al chico.

-Bueno, me cansaron, ustedes tres- señalo a los culpables- Vayan a sentarse al otro lado del aula, no puede ser que tenga que separarlos como nenes chiquitos.

-Pero profesor! Es un maricon, que se haga un hombre de una vez por todas y deje de ofenderse por todo!

Maricon.

Cuando estoy por pedirle que se calme, el chico que hasta ahora estaba callado se revela.

-¿Cómo querés que no me ofenda si me viven diciendo "puto de mierda"?- grita parándose de su silla- ¿Quienes se creen que son para llamarme de esa manera?

Hace algo, pará esto YA

-Ya está, salgan del salón- me acerco a la entrada bajo la vista de todos y sin titubear abro la puerta.- Se van.

-Pero profesor estamos escuchando lo que dice...- se queja uno.

-Estan molestando a un compañero, y yo no voy a tolerar ninguna falta de respeto, así que se retiran inmediatamente.

-Pero esta mintiendo, no dijimos nada!- se queja otro.

-Dale, Jorge, no te hagas el pobrecito, a el lo viven jodiendo siempre.-dice una chica desde otro punto de la sala

-Vos que te metes, tortita-

-Chau- le hago una seña al preceptor que justo pasaba por el patio y cuando se acerca le digo- Lleva a estos que se creen bien machos, con el director, por favor. En unos minutos termino y hablamos.

-Pero profesor!-

Profesor las pelotas.

Ignorando sus berrinches vuelvo a mi lugar, donde la charla se alarga más de lo previsto debido a la cantidad de dudas que me presentan los chicos.

Una vez que termino de responder sus preguntas doy por terminada la mini conferencia y todos empiezan a salir del aula.

-¿Estás bien?- pregunto al chico de hace rato cuando veo que es el último en salir y guarda sus cosas con brusquedad.-Tranquilo, no hace falta que...

-No, ¡no está bien!- contesta tirando su mochila al piso- Nada está bien, yo no estoy bien y nunca lo voy a estar!

Su reacción me toma por sorpresa así que no puedo evitar quedarme callado por unos segundos.

¿Qué?

- Primero tranquilízate, ponerte así va a ser peor, vamos a sentarnos- lo empujo suavemente contra la silla haciendo que se siente de nuevo en ella- ¿Querés compartir conmigo lo que te pasa?

El chico, cuyo nombre no logro recordar, apoya su cara entre sus manos y noto como sus hombros tiemblan, indicandome que está llorando.

Apoyo mi mano sobre su hombro sin decir nada.
Con los años aprendí que a veces el silencio puede ser reconfortante en momentos como este. Preferible el acompañamiento en silencio que palabras que puedan dañar aún más.

-Ya no puedo más-

Algo dentro de mi inevitablemente se rompe al escuchar estas palabras.

Observo aún en silencio al chico de no más de 17 años que no deja de llorar tratando de pensar en qué será que lo puede estar atormentando a tan corta edad.

Los mayores muchas veces piensan que los jóvenes no pueden tener problemas porque no tienen grandes ocupaciones, que no pueden estar frustrados porque su único deber es estudiar, pero la realidad es que al final de cuentas todos tenemos nuestros problemas, nuestros demonios dentro, no importa la edad que uno tenga.

-¿Queres hablar de ello? Acá nadie va a juzgarte.- murmuro.

-Deberia hacerlo, al final de cuentas lo merezco. Yo mismo lo hago.- contesta friamente.

-¿Se puede saber porqué?- pregunto despacio.

-¿Nunca le pasó que hubiese querido nacer de otra manera? ¿Nunca se odió por ser como es? Porque es lo que me estaría pasando ahora mismo- apoya la espalda en el respaldo de la silla y me observa con atención mientras intenta calmarse, esperando mi respuesta.

-La verdad es que sí, pero eso fue en el pasado- contesto con sinceridad, sin entender por donde quiere ir.

-¿Y cómo cambio? ¿Cuanto tiempo le llevo? Porque yo trato, pero no lo consigo, y ya estoy cansado.- dice exasperado.

-No cambié, me acepté- el chico pone los ojos en blanco, confundiendome aún mas.

-ojala fuera así de fácil para mí, yo nací mal y no tengo solución...¿Qué mira?- pregunta confundido al ver que lo estoy analizando.

-Estaba tratando de confirmar que no tuvieras cuatro ojos, tres narices y dos cabezas, y la verdad es que no, no entiendo que tenes mal entonces.

-No es gracioso...para usted es fácil decirlo, es como ellos, es normal...- ríe sarcásticamente y vuelve a hablar- todos dicen que la sexualidad es una elección, pero si así fuera entonces me gustaría ser como ustedes, y no esto.

Claro... ahora todo tiene sentido.

-Tenes razón, uno no elige de quien puede enamorarse, pero es en vano tratar de ir en contra de lo que uno siente.

-¡Pero está mal! No debería sentir esto, así nunca voy a ser feliz, y yo quiero serlo, como mis compañeros que salen a bailar y están con quienes quieren, quiero ser un profesional y que me respeten, como usted, y así nunca lo voy a lograr, estoy condenado.- dice tratando de hacerme entender.

-¿Crees que soy un profesional a quien respetan?- pregunto y el asiente- ¿Crees que soy feliz?- vuelve a asentir- Bueno, no voy a mentirte, la verdad es que lo soy.

El joven rie e intenta levantarse, pero se lo impido.

-Pasé por momentos difíciles cuando tenía casi tu edad, después conocí a mi actual pareja, empecé mi carrera y acá me ves, ahora soy muy feliz- comento sonriendo.

-Ve! Eso quiero yo, pero nunca lo voy a lograr, porque usted no pasa por lo mismo que yo, es normal y no...-interrumpo antes de que siga.

-Conoci a Lucas cuando estaba pasando por unos de los peores momentos de mi vida, él fué quien me ayudó a levantarme y hasta hoy en día hace que me sienta una mejor persona.

Gustavo me mira con los ojos abiertos como platos, totalmente sorprendido.

-No puede ser, pero si ustedes parece...

-Yo soy normal, al igual que vos y que cualquiera ahí afuera

-No! Lo normal es tener una mujer, una familia! Lo que dice Dios y...básicamente todos, es eso, y nosotros somos...pecadores.

Por favor, quien pudo hacerle creer esas cosas?

-Yo tengo un esposo, y estamos planeando tener una familia, tengo un empleo maravilloso y amigos que me aman, ¿que está mal en todo eso? ¿Dios va a juzgarme por amar? ¿Nos va a juzgar por eso? ¿Somos malas personas? ¿Le hacemos mal a alguien? ¿Matamos acaso? Créeme cuando te digo que más que nadie entiendo como te sentis, porque yo pasé por lo mismo, pero nada de eso malo que pensas de vos mismo es real.

-Pero ellos...

-¿Acaso esos chicos que te molestaban son mejores que vos simplemente porque les gustan las chicas? ¿De qué sirve ser así de "normal" si después andas criticando y haciendo sentir mal a los demás?

-Yo solo quiero ser feliz y muchos me dicen que no voy a serlo por ser como soy- se tapa la cara cuando su voz empieza a quebrarse- Intenté con ir a terapia, pero la doctora me dice lo mismo que vos y no entiendo.

-Escuchame bien lo que te voy a decir- antes de hablar, una parte de mi piensa en sí esta bien que me involucre de esta manera, al ser mi alumno no debería entrometerme en su vida, pero por el contrario no puedo dejar que se siga lastimando a sí mismo- Si seguís nadando contra la corriente no vas a ser feliz. ¿A vos te gustan los chicos, no?- lo piensa por una minutos hasta que finalmente asiente despacio- ¿Y entonces cuál es tu plan? ¿Encontrar a una chica, fingir amarla y tener una familia? ¿Para qué? ¿Para hacer feliz a los demás? Tu felicidad es primero, permitite enamorarte de quien quieras, no cierres tu corazón para tratar de encajar con el resto. ¿Sabes qué? Hace rato, cuando pasó lo de Tomas y sus amigos, los chicos que estaban delante no te miraban mal a vos, sino a ellos, porque saben que los únicos que tienen malas actitudes son ellos, vos no sos el que está mal

-Mis padres...- susurra el, pero lo interrumpo asustado.

-¿Ellos no te aceptan?

No reflejes tus problemas

-Ellos ya lo saben, lo aceptaron antes que yo- ríe secándose una lagrima.

-¡Pero bueno! No hay nada más bonito que ser aceptado por tu propia familia- comento sin poder evitar sentir melancolía- ¿Te das cuenta? Nunca vas a estar solo. No te prometo que lo que te pase en un futuro vaya a ser fácil, pero te aseguro que cuando logres aceptarte vas a empezar a ser más feliz. En todos lados hay personas malas, si no lo juzgan a uno por su sexualidad, lo juzgan por el color de piel, la nacionalidad, por cualquier cosa, pero mientras vos te quieras y puedas protegerte a vos mismo, vas a poder salir de cualquiera. Y te aseguro, que como hay gente mala, también hay gente buena, y la chica que saltó por vos hoy, por ejemplo, es una de ellas, juntate con gente que te entienda, con los que puedas ser vos mismo, ahí es donde vas a encontrar paz.

-Gracias, profe.

-Mira, como último consejo que puedo darte es que hables de esto que sentís con alguien más, ya sea con tus padres u amigos. Tenés que sacarte todo ese dolor que se nota que tenes por dentro para no ahogarte. Deja que te escuchen, y escucha lo que ellos tienen para decirte.

-Lo haré, gracias de nuevo

-No hay nada que agradecer, dale para adelante y vas a ver que poco a poco todo va a mejorar.

Gustavo asiente sonriendo levemente para después sorprenderme con un abrazo que dura pocos segundos, y luego sale del aula, dejándome solo.

Suelto un suspiro y paso mis manos por mi rostro.

Que día intenso, y eso que recién son las dos de la tarde

Mientras saludo a varios compañeros del trabajo con los cuales me cruzo en el patio pienso si dije las palabras adecuadas a ese chico.
Debo admitir que me dejé llevar por lo que sentía que sería lo correcto en ese momento y no pensé racionalmente las cosas.
Aún así no puedo evitar sentir que al menos algo bien hice, después de todo es lindo sentirse escuchado.

Me dirijo a la dirección con paso apurado para ver como va la situación de los tres muchachos.

Golpeo tres veces la puerta y cuando escucho el "pase" entro al pequeño despacho.

-Profesor Kappel, hace unos minutos acaban de retirarse los tres chicos que usted me mandó, ¿puede decirme que es lo que sucedió?

-Durante la charla empezaron a molestar a un compañero, en cierto momento cuando vi que las cosas empeoraba uno de ellos lo llamó "maricon", una alumna intentó defenderlo pero otro del grupito le dijo "tortita"...Me parece que no es necesario explicar que significan esos apodos.

-Pero son chicos, solo están...bromeando...

Bueno, yo no lo puedo creer

-No, señor. Con todo respeto pemitame contradecirle, ellos no son chicos. Dentro de poco empiezan su último año de la secundaria, van a convertirse en profesionales y no se puede seguir tolerando está clase de actitudes.

-¿Pero qué actitudes? Son apodos nomás, me parece que está exagerando.

-Es claro que con "maricon" y "tortita' estaban refiriéndose a la sexualidad de sus compañeros, les faltaron el respeto y eso no puede pasarse por alto. Además el chico al que estaban atacando dijo que no era la primera vez que le hacían eso, no es justo ni para el ni para nadie que esto quede así nomás.

Héctor suspira y desvía la mirada, quedándose callado por unos minutos.

-Divertirse a costa del sufrimiento del otro no está bien, y como mayores debemos dar el ejemplo rechazando esa clase de comportamiento.

-Esta bien, se tomarán las medidas pertinentes, puede retirarse.

Asintiendo por última vez me despido del director y salgo del despacho sintiendo un poco de paz en mi interior.
A veces pequeños actos ayudan mucho.

***************

-Me compré un sanguchito de jamón y queso, supongo que sigo lleno de la cena de anoche- rie Lucas del otro lado de la línea.

Esto es parte de nuestro día a día.

Trabajamos cada uno por su lado y a eso de las 3 de la tarde nos llamamos para saber como está el otro, a veces, si es que tenemos el rato libre, hacemos videollamada e incluimos a compañeros de trabajo.

-Yo tuve unos momentos algo moviditos, para resumirte un poco hablé con un chico que está pasando por lo mismo que yo cuando estaba en la secundaria, y prácticamente le dije todo lo que a mi me hubiera gustado escuchar, lo que me habría ayudado, y... no se si hice bien.

-Amor, mira yo...

-Lucas apura que salimos - escucho que dice una voz masculina a lo lejos.

-No puedo hablar ahora, mi vida, me tengo que ir, pero necesito que sepas que todo consejo mientras sea bueno, constructivo y busque hacer sentir bien a la otra persona, es aceptable, yo creo que hiciste bien, por lo general usas las palabras justas así que no temas! Por cierto...acabo de leer lo de Ailen, felicitala de mi parte, ¡Te amo!-

Antes de que pueda contestarle, corta la llamada dejandome con las palabras en la boca. Frunciendo el ceño abro el grupo de WhatsApp que tengo con mis amigas y sonrio al leer la hermosa noticia.
La felicito a ella y a su familia de nuestra parte y continúo caminando hacia la parada del colectivo.

Mis pasos se detienen cuando noto que hay una joyeria abierta y recuerdo que tengo que comprar un regalo de navidad para Lucas.
Este es el momento adecuado.

Dentro de la tienda una señora de unos 40 añosb me recibe con una sonrisa amable en el rostro.

-Buenas tardes, ¿le puedo ayudar en algo?

-Me gustaría ver relojes para hombre

-Bueno, tiene estos que están en el mostrador...- señala la vidriera debajo de ella.

Desanimado observo que la gran mayoría se parecen a los que Luquis ya tiene.

-No tiene otros que tengan diseños...¿especiales? no sé si me entiende, ¿alguno con dibujito, forma, color?

-Claro, ahora le traigo unos nuevos que me llegaron hace poco, espere por favor.

La señora desaparece por unos minutos y aprovecho para ver las alianzas que se encuentran en otra vidriera .
Si bien ya estoy casado y, por lo rápido e imprevisto que resultó todo, mi anillo lo llevo tatuado, aún deseo tener uno de esos en mi dedo.
Tal vez debería dar yo esta vez el primer paso y pedirle a Lucas que hagamos una ceremonia más formal, con nuestros amigos y...sí, con un anillo.

Mientras observo uno adornado con pequeñas piedras rojas, escucho una voz a lo lejos que hace que me incorpore sobresaltado.

-Ya vamos, mi amor, deja de lloraaaar-

No puede ser.

Escucho la voz por unos segundos más hasta que esta se pierde entre los ruidos de la multitud que está fuera de la tienda.
Trato de no pensar en la persona a la cual puede llegar a pertenecer esa voz, esquivo la imagen de ese rostro que por mucho tiempo intenté olvidar.

En Argentina, concretamente en Buenos Aires, viven más de dos millones de personas como para que me encuentre casualmente con ÉL.

-Mire joven, acá le puedo ofrecer estos. Los tenía guardados porque bueno...la verdad es que no todos se interesan en estos y además mucho no me gustan, yo soy más de lo clásico jajaja

Carraspeando un poco para recuperar la voz me acerco a la señora, que me muestra una cajita de madera llena de relojes de todo tipo.
Uno solo logra captar mi atención por su particular similitud con una...brújula.

-Ese es muy bonito, yo creo que a usted le iría muy bien.

-A mi no me van los relojes, me molestan- niego riendo- Pero mi pareja tiene una obsesión con ellos, tiene unos 20 en casa y estoy seguro de que le gustaría tener uno más... creo que este es el indicado

-Ah...entiendo, entiendo, mi marido es igual pero con las corbatas, yo no lo entiendo pero bueno, todo sea por amor, no?

-Si- río un poco incómodo sin saber como seguir con la conversación. Soy malísimo interactuando con gente que no conozco- Me llevo este para regalo.

-Perfecto, también le podemos grabar algo en la parte de atrás de la cajita, lo que usted quiera.

-¡Me encantaría!- digo emocionado. Siempre le pongo una dedicatoria en un papelito, ahora si está grabado es mucho mejor- ¿En cuanto tiempo lo tendría?

-Ahora mismo lo hago, ¿que le gustaría que pusiera?

No me lleva mucho tiempo pensarlo, la señora sonríe con ternura cuando le digo "Por más chachachás a tu lado", me dice que espere un ratito y vuelve a desaparecer con el reloj en mano.

Después de unos 10 minutos dejo la tienda con una sonrisa en el rostro y el paquete en una mano. Reviso la hora en mi celular y me convenzo de que es una buena idea ir a comer al McDonald's que está a unas pocas cuadras, despues de todo no comí nada desde que salí de casa y dentro de poco van a ser las 4 de la tarde.
Con el paso apurado para no demorar mucho, llego a la casa de comida rápida y hago la fila para que me atiendan.
Sorprendido por lo rápido que avanza la cola, sonrío a la chica que me toma la orden.

-Papi, ¿ya viene mamá?-

-Está pidiendo las hamburguesas...

Vuelvo a sobresaltarme al escuchar esa voz

-Señor, ¿cómo quiere las papas?- la chica delante de mi me mira elevando una ceja.

-Disculpe, no la escuche, ¿puede repetir?- río incómodo y giro mi cuerpo hacia la derecha, tratando de darle la espalda a la persona que está a unos pocos metros de mi.

-¿Papas chicas, medianas o grandes?-

-Grandes, por favor.

Dos minutos después agarro el ticket con el número de mi pedido y me voy en dirección contraria para no encontrarme de cara con él.

Mi celular suena indicando una llamada y eso hace que le preste toda mi atención.
Grande es mi sorpresa cuando descubro que es mi padre quien se está contactando conmigo.
Con las dudas a flor de piel, atiendo.

-¿Hola?

La llamada se corta luego de unos segundos de silencio, dejándome aún más confundido, si no quería hablar conmigo entonces ¿por qué me llamó?

-Vamos a sentarnos acá abajo, mamá ya viene.

Me giro lentamente cuando la niña y su padre pasan por mi lado, y vuelvo a respirar cuando me doy cuenta de que él no logra reconocerme.
Dos minutos después avanzo rápido al mostrador cuando descubro que ya puedo retirar mi hamburguesa.

Sabiendo que ellos van a quedarse abajo, subo cuidadosamente por las escaleras para ir al otro piso y así no cruzarlos

No te parece que estás...¿EXAGERANDO?

Tal vez.

Una parte de mi siente como si volviera a tener 17 años, como si tuviera algo que ocultar, pero no es así, entonces ¿por qué actúo de esta manera?

Tal vez porque temo enfrentarme a una de las personas que más daño me hizo en el pasado. Tal vez tengo miedo de verlo nuevamente a la cara después de tantos años.

Mientras tomo asiento en una mesita al lado del pelotero donde juegan los niños, no puedo evitar darle vueltas a lo que puede llegar a pensar él.

¿Se acordará de mi?

¿Se arrepentirá?

¿La habrá pasado igual de mal que yo?

¿Me habrá querido alguna vez?

Todos estos pensamientos son interrumpidos cuando me llegan mensajes desde WhatsApp.

😈 Gruño, gruño, gruño 😈 {+18}

Annee: Si no me voy en cualquier momento del trabajo, me mato.

Aileeeen: Si Sebastián no deja de hablar sobre su colección de piedras de cuando era adolescente me voy a matar x2

Aileeeen: mentira, me gusta escucharlo hablar, esto soy

AbbeEEE: me voy a matar x3

Aileeeen: si necesitas hablar aca estoy
:(

Yo: lo que dijo Ailen, Abby, cualquier cosa llámame.

Yo: Yo también estoy teniendo un día raro, me encontré con una persona,,, después les cuento mejor.
Tengo miedo.

AbbeEEE: debe estar la luna en conjuncion con marte como diría Ailen.

Aileeeen: No es así...

Riendo por las cosas que dicen mis amigas como mi almuerzo casi merienda y olvido lo que sucedió hace unos minutos.

No tardo más de media hora en acabar todo. Cuando estoy terminando de poner todo en la bandeja para tirarlo en el tacho de basura, escucho su voz y entonces todo vuelve a irse para abajo.

-¡AL TOBOGAAAAAN!

Soy un salame.

Claro.

¿Cómo no?

Los niños vienen al McDonald's no solo para comer una hamburguesa, sino también para subir a los jueguitos, y yo vengo a sentarme justo al lado de estos.

Soy un SALAME.

Agarrando la bandeja lo más cuidadosamente que puedo para no tirar nada y pasar más vergüenza, avanzo hacia el pequeño tacho de basura que está a unos metros.
De reojo veo a una mujer pelirroja sosteniendo a la niña morena en brazos.

Tal vez solo subieron ellas dos.

Suspiro.
Con ese pensamiento en mente y más tranquilo, acomodo mi bolso y me dirijo a las escaleras.
Reviso que el regalo de Lucas esté bien guardado y entonces me choco con alguien cuando estoy por bajar el primer escalón.

-Disc...¿Gabriel?

Bueno, me voy a matar.

-Hola, Tomás-murmuro carraspeando, tratando de mostrarme lo más seguro que puedo.

-Pero bueno, ¡qué sorpresa! Hace rato en la entrada se me hizo conocida tu cara pero no te reconocí, ahora que te tengo así se cerca sí- ríe

...

-Yo no te había visto, la verdad

Mentira

-¿Y cómo estas? ¿Qué es de tu vida? No cambiaste mucho, la verdad.

-Todo bien, yo justo me estaba yendo jaja- río incómodo tratando de bajar un escalón más, pero el me lo impide empujándome un poco para atrás, volviendo a estar en el piso de arriba.

-Pero hablemos dos minutos, dale, me gustaría saber como estás, que coincidencia encontrarnos en este lugar.

-Trabajo a unas cuadras de acá, es la primera vez que vengo a este Mc, la verdad.

Primera y última vez.

-Ah, yo traje a mi gordita, ama este lugar, mira, ella es- señala a la nena de unos 6 años que se tira por el tobogán azul del pelotero.

-Es preciosa tu hija- digo con sinceridad.

-Si, lo es- concuerda orgulloso.

Un silencio incómodo se forma entre nosotros, pero el lo rompe con una sonrisa.

-¿Así que trabajas por acá?

-Si, en la escuela técnica de la zona, bueno, la única que hay... soy profesor.

-Wow, ¿de verdad? ¡Me alegro mucho por vos! Yo trabajo como fotógrafo en una empresa de modelaje.

-¿En serio?- pregunto sorprendido- ¿Pero no querías ser abogado?

-Sí, pero...me di cuenta de que sacar fotos es mi vocación, es lo que más amo y no quería atarme a una carrera que no me atrapaba, iba a ser horrible para mi, por suerte mi...bueno, mi mujer me hizo abrir los ojos.

Vuelvo a ver a la chica pelirroja que está sonriéndole a la nena.

-¿Ella?-pregunto señalando con la cabeza. El responde con un "Ajam" y empieza a rascarse la cabeza, nervioso.- ¿Es con quien vos...

-Sí- afirma serio. Después de unos segundos sigue hablando- yo...Gabriel yo quiero pedirte disculpas, fuí un estúpido.

Ahí está

-Sé que no es excusa, pero era un pibe, era...un tarado, básicamente.- Al ver que no tengo pensado decir algo, sigue hablando- No creas que no me dolió lo que pasó, vos...vos fuiste muy importante para mi, Gabo, de verdad, lo nuestro no fue un juego, simplemente esa noche en el boliche...pasó.

-Me alegra saber eso, la verdad- murmuro mirando aún al frente- Pero si le vemos el lado positivo, ambos conseguimos encontrar a nuestras parejas después de eso, no? Vos formaste una familia con esa chica y yo...bueno, estoy casado- le muestro mi tatuaje sin poder evitar sonreír.

Ya no es momento de mostrar resentimiento...

-¡No puede ser! ¿Cómo se llama? ¿Cómo es?- pregunta entusiasmado, sin rastro de falsedad en su rostro.

No puedo evitar ponerme colorado al recordar que él lo conoce perfectamente, ya que Luquis llegó a nuestras vidas antes de que termináramos.
Ahora que lo pienso, en más de una ocasión me hizo una escena de celos por el...

-Es Lucas, el amigo de Ailen, ¿te acordas?- río incómodo.

Al ver que frunce el ceño tratando de recordar su rostro, sacó mi celular para mostrarle mi fondo de pantalla, una foto que nos saco nuestra amiga Abby en la que Lucas y yo reímos viéndonos el uno al otro.

-Ahh- murmura. Cierro los ojos esperando algún comentario sarcástico, pero por el contrario los abro sorprendido al sentir su mano sobre mi hombro, y me encuentro con que me mira con una sonrisa tranquila en el rostro- Se nota que se quieren mucho, Gabo, te felicito.

A partir de ahí nuestra charla se tornó un poco más relajada, si bien aún había un toque tenso en el aire, no era lo suficiente como para impedirnos reír de algunas anécdotas del pasado.

Después de contarle un poco sobre el estado de las chicas, nos despedimos con un "te deseo lo mejor, espero que seas muy feliz" para finalmente seguir nuestro camino, cada uno por su lado, él con su mujer y su niña, y yo en dirección a casa, a mi hogar.

Mientras cruzo la puerta no puedo evitar pensar en que por fin le estoy dando un cierre a una etapa de mi vida que por mucho tiempo había quedado en mi corazón como una herida abierta, pero que ahora está sanando y toca seguir adelante.

***********************
21:30

-Dos palabras, "vamos a pedir delivery"

-Esas no son dos- río sin dejar de ver la pantalla de mi computadora- Aparte eso es trampa, ayer cociné yo, hoy te toca a vos.

-Pero me duelen las piernas, ¿sabes cuantas cuadras tuve que correr hoy porque se nos rompió el patrulla? No siento los pies.

-Cociná sentado- murmuro encogiendome hombro, fingiendo indiferencia, la cual no dura mucho porque Lucas me mira haciendo esa cara, y logra convencerme- Pedí nomás.

Mientras el se va sonriendo a buscar el número de teléfono del restaurant de comida peruana que está a unas cuadras, nuestro favorito, agarro mi celular cuando escucho que este suena.

Llamada entrante de:

"Alejandro"

Atiendo rapido y, al igual que hace unas horas, mi papá vuelve a cortar.
Cuando estoy por mandarle un mensaje a María para preguntarle si esta pasando algo, mi celular vuelve a sonar indicando ahora una llamada proveniente de ella.

-Hola Gabitoooo, ¿cómo estás?-

Su voz tan alegre como siempre hace que me relaje y que inmediatamente elimine la idea en mi cabeza de que algo está mal.

Debe ser lo mismo de siempre

-Hola Marimá- digo sonriendo al escuchar que ríe como cada vez que la llamo de esa manera cariñosa.- Yo estoy muy bien...tuve un día movido, pero todo bien por suerte, ¿cómo están las cosas por allá?

-Me alegro Gabito, me alegro. Por acá...- la línea queda por unos segundos en silencio y de pronto se escucha como ella susurra a lo lejos un "vení para acá, cabeza hueca"- Por acá todo bien pero...

-¿Pasa algo?- pregunto confundido.

Lucas aparece frente a mi levantando los dedos pulgares de ambas manos para indicarme que el pedido ya está hecho y despues me señala el baño mientras murmura un "me voy a bañar".
Asiento con la cabeza antes de que vuelva a desaparecer.

-Si, ¡pero acá tu papi quiere hablarte!- exclama María de golpe y entonces la línea vuelve a estar en silencio.

Pasan 1, 2, 3, 4 segundos en los que siento que mi corazón late a unos 200 por hora, hasta que finalmente escucho a alguien carraspear.

-Gabriel

Dale, voz podés.

-Alejandro- respondo con el mismo tono indiferente.

-¿cómo estás?-pregunta

-Bien, ¿vos?

-Tambien.

Sostengo el celular presionandolo contra mi oreja y hombro mientras me dirijo a la cocina para servirme un poco de agua.

De repente siento la garganta seca y un poco de dolor en el estómago, todo esto provocado por los nervios que siento en estos momentos.
Siempre es igual cuando tengo aunque sea un mínimo de contacto con él.

-Yo...

-Me llamaste y cortaste dos veces hoy, ¿por qué?- pregunto yendo directamente al grano, manteniendo la voz lo más neutral que puedo.

-Estamos a nada de Navidad- comenta él despacio. Respondo con un "Ajam" y sigue hablando- Me gustaría que...- la línea vuelve a quedar en silencio por unos segundos- Que vengas a casa...vos y tu amigo.

-Mi marido- corrijo suavemente.

-Vos y tu marido. Me gustaría invitarlos a cenar esa noche, si no les molesta- de fondo escucho a María susurrar un "Bien, vas bien"

-Agradezco la invitación pero ese día lo pasamos con la familia de él y...- paro de hablar al notar un golpe en la cabeza.
Giro frunciendo el ceño y me encuentro a Lucas susurrandome un "¿sos bobo?", luego anota algo en una servilleta y cuando termina me la muestra.

"Decile que sí, yo arreglo después con mis padres para año nuevo"

-Perdón, olvida lo que dije, vamos para navidad- hago señas a Lucas para que vuelva al baño ya que está mojando el piso, y este sale corriendo.

-Perfecto entonces- noto una ligera muestra de emoción en él, lo que hace que dentro de mi algo se rompa.

-¿Era eso nomás?- pregunto luego de darle un sorbo a mi vaso con agua.

-Yo estuve leyendo y...- el silencio nuevamente hace que me ponga más nervioso mientras espero sus palabras- ...Y nada, eso, eh...nos vemos.

Veo la pantalla y una vez que compruebo que cortó la llamada, me permito empezar a llorar.

-¿Qué pasa, gordo?

Cuando siento que Lucas nuevamente está conmigo me acerco a el para abrazarlo.

-Nada, hace mucho que no hablaba con el más de dos palabras- contesto pegando mi rostro a su pecho.

-¿Pero todo bien? Solo pude escuchar esa partecita de la conversación en la que nos invitaba a su casa- pasa su mano por mi pelo para calmarme.

-Eso parece, no hablamos mucho más pero...bueno, es un avance- sonrío de lado.

Lucas es el único que sabe por todo lo que pasé esos años, además, claro, de María.
Aunque mis amigas son como hermanas para mí, siempre evité hablar en profundidad sobre la relación que tenía con mi padre. Si bien ellas preguntaron en más de una ocasión cómo nos llevabamos, en un momento entendieron que no quería hablar de ello y simplemente lo aceptaron.

Podría decirse que soy una persona que evita pasar malos momentos, no me gusta recordarlos ni nombrarlos, prefiero estar y que me vean siempre con una sonrisa, mostrando la mejor parte de mi, y no aquella que aún se siente como un niño de 14 años que llora por su padre.

-Mi día fue muy raro, ¿sabías?- comentó después de unos minutos.

Lo dijiste más o menos unas 10 veces.

-A ver, contame.

-Primero lo del chico del que te hablé a la tarde- el asiente con la cabeza- Después...me encontré con alguien.

Ante mi silencio Lucas se separa un poco de mi para verme la cara.

-¿Con...?

-Con Tomás-

Al pronunciar su nombre el abre mucho los ojos, sorprendido, pero enseguida cambia su rostro a uno más neutral.

-Quería comer hamburguesa, así que entré a un McDonald's y...bueno ahí estaba el, con su hijita y su mujer.- le explico.

-¿Y cómo te sentiste...o te sentis, con ese encuentro?- pregunta despacio.

-La verdad es que traté de evitarlo a toda costa, pero al final nos encontramos. Me pidió disculpas, hablamos de nuestras vidas, le conté sobre nosotros, nos despedimos y listo, te hice un buen resumen- digo riendo.- Me siento...en paz.

-No voy a mentirte, no sé qué decir pero me alegra que no estés mal o decaído...no lo estás, no?- pregunta dándose cuenta de que sigo llorando.

-No, solo es un rejunte de emociones, todo eso más lo de mi papá ahora...es demasiado-

-Bueno, pero esto hay que celebrarlo no? Voy a conocer a mi suegri por fin, y al parecer el está interesado en mi, no?- asiento riendo al ver su emoción.

Mientras esperamos a que llegue la comida, Lucas pone un poco de música para que pase el tiempo más rápido.

De pronto empieza a sonar nuestra cancion y nos miramos.

-Esto hay que bailarlo, no me digas que no- dice el acercandose a mi con los brazos abiertos.

Dame de tu vida y de tu tiempo
Suficientes para ver
Dentro de tus ojos el momento
Que me obligue a renacer

Pongo mis manos sobre su nuca y el apoya las suyas sobre mis caderas.

Dame vida y dame aliento
Que yo ya perdí el conocimiento
Solo quédate un momento
Hasta evaporarnos en el viento

-Tal y como ese día- murmuro sonriendo.- El mejor de mi vida.

No hay motivos para decirnos adiós tan pronto
Sigo vivo, creémelo mi amor, no soy tan tonto

-¿Cuál? ¿El de nuestro primer beso o nuestra mini boda?

-Bueno...ambos- río.

Si tu quisieras esta noche ir a bailar un chachachá...

-Yo te puedo enamorar...- canta el sobre mi oído.

-Y lo hiciste eh- murmuro emocionado- Con solo una sonrisa, ¿te parece justo?

-Igual de injusto que el que me guiñaras el ojo durante toda la noche sabiendo que eso me encantaba, creo que estamos a mano.

Apoyo mi rostro sobre su pecho y una lágrima vuelve a escaparse de mis ojos.

-Fua que lloron- dice el y ríe cuando le doy un golpe en la cabeza- ¿Estás mal?

-No, es que me haces muy feliz- susurro, a lo que el me abraza más fuerte y contesta un "vos también" y seguimos moviéndonos lentamente de un lado para el otro.

Sólo quédate un momento
Hasta evaporarnos en el viento

***********

00:00

Alejandro: Sé que es muy tarde, te pido perdón si te levanté...bueno, perdón por eso y por todo lo que te hice en estos años.
No soy bueno con las palabras hijo, llevo tratando de escribir este mensaje toda la tarde porque sé que decírtelo en voz alta se me va a ser más difícil.
Estuve leyendo y una cita se me quedó muy pegada en la cabeza:
"El amor no hace mal al prójimo. Por lo tanto, el amor es la plenitud de la Ley"
Aunque no lo creas, yo nunca dejé de amarte hijo.
Se que mis actos demostraban lo contrario y dejaban mucho que desear, pero la ira que tiraba contra vos en realidad iba contra mi.
No podía entender como es que había hecho tan mal trabajo siendo padre, pensaba que mamá estaría decepcionada de mi, sabes? Pero ella siempre decía "ama a nuestro hijo sin importar lo que pueda pasar" y por mucho tiempo me olvide de eso.
Sé que ella te hubiera amado, y yo lo hago.
Es difícil entenderlo de todo, soy un cabeza de termo, lo sé, pero por mucho tiempo la cagué, y ahora quiero hacerlo bien.
Quiero ser el padre que mereces.
Entiendo que nada va a curar todo todo el daño que te hice, pero prometo abrazarte lo suficiente como para tratar de sanar esas heridas.
Te amo hijo, y te pido perdón una y mil veces más.
Espero verte en navidad, a vos y a tu marido, acá te espera un fuerte abrazo de este viejo que está arrepentido.

-Queres...¿pañuelitos?

Golpeo suavemente en el pecho a Lucas cuando se ríe nervioso y escondo mi cabeza en su cuello para que no me vea con los ojos hinchados.

-¿Qué pensas?- pregunta después de un rato.

-Esperé tanto tiempo que el dijera algo así que ahora no creo que esté pasando-murmuro sin moverme.

-Tal vez debas escucharlo, tal vez así logres sanar.

Puede que tenga razón.

Decidimos finalmente apagar todas las luces y acomodarnos para dormir con la idea de hablarlo mejor en unas horas.
Apoyo mi cabeza sobre su pecho y antes de caer en un sueño profundo no puedo evitar pensar en si este podrá ser por fin el momento de cerrar una etapa profunda y triste en mi vida, para empezar otra con mi padre a mi lado.

Rezo para que así sea.

Continue Reading

You'll Also Like

600K 26.1K 46
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...
312K 21.9K 33
Las mentiras envenenaron los corazones de aquellas dos personas malditas. Lu va en su 4to año en Hogwarts. Parecía que su vida iba normal, claro, su...
187K 14K 26
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...